martes, 21 de febrero de 2017

La Iglesia. Fe y caridad por el bien de todos (2012). Fuentes de financiación. Los voluntarios de «Caritas» no nacen por generación espontánea, sino que «nacen de un encuentro personal con Cristo, y eso hace que, ante una situación de hambre o de enfermedad, vean el rostro de Cristo». La confianza en la labor de la Iglesia sigue creciendo: de hecho, las asignaciones a favor de la Iglesia católica han aumentado en casi 200.000. Cáritas y Manos Unidas destinaron, durante el año 2010, casi 300 millones de euros a su actividad caritativa y asistencial; y, entre ambas, atendieron a casi 15 millones de personas, no sólo en España, sino en todo el mundo. Pero hay muchas más instituciones vinculadas con la Iglesia, en parroquias, asociaciones y relacionadas con Órdenes religiosas, cuya labor está encaminada a mejorar el mundo y nuestro país. Y lo hacen. Para la Iglesia resulta indispensable que cada uno de los católicos españoles marquemos la X a favor de la Iglesia y que, al mismo tiempo, realicemos también una suscripción periódica según nuestras posibilidades.



1 La Iglesia. Fe y caridad por el bien de todos (2012). Fuentes de financiación. Los voluntarios de «Caritas» no nacen por generación espontánea, sino que «nacen de un encuentro personal con Cristo, y eso hace que, ante una situación de hambre o de enfermedad, vean el rostro de Cristo». La confianza en la labor de la Iglesia sigue creciendo: de hecho, las asignaciones a favor de la Iglesia católica han aumentado en casi 200.000. Cáritas y Manos Unidas destinaron, durante el año 2010, casi 300 millones de euros a su actividad caritativa y asistencial; y, entre ambas, atendieron a casi 15 millones de personas, no sólo en España, sino en todo el mundo. Pero hay muchas más instituciones vinculadas con la Iglesia, en parroquias, asociaciones y relacionadas con Órdenes religiosas, cuya labor está encaminada a mejorar el mundo y nuestro país. Y lo hacen. Para la Iglesia resulta indispensable que cada uno de los católicos españoles marquemos la X a favor de la Iglesia y que, al mismo tiempo, realicemos también una suscripción periódica según nuestras posibilidades. Cfr. Memoria justificativa de la Iglesia en España 2010 - Fe y caridad, por el bien de todos Alfa y Omega n. 791, 21 de junio de 2012 Las tres imágenes que ilustran este reportaje reflejan los tres pilares que sostienen la vida de la Iglesia en España: los sacramentos, la formación y acompañamiento de los fieles, y la labor social. Recogen distintos momentos en los que la fe, la esperanza y la caridad se encarnan en la vida diaria de nuestro país. La Memoria justificativa de la Iglesia en España 2010, presentada la semana pasada, da datos precisos sobre una institución que no es una ONG, sino que ofrece un horizonte de sentido imprescindible para vivir en plenitud La actividad asistencial de la Iglesia es consecuencia de la labor pastoral y de la vida sacramental «Cada vez que un sacerdote se sienta a confesar en un confesionario, pone las bases para la gran labor social que desarrolla la Iglesia en España»: esta frase de don Fernando Giménez Barriocanal, Vicesecretario de Asuntos Económicos, de la Conferencia Episcopal Española, sirve de resumen de la última Memoria de actividades de la Iglesia en España, una fotografía de la Iglesia en nuestro país que muestra cómo la caridad que se hace visible en las Cáritas parroquiales, o en el resto de las numerosas obras sociales de la Iglesia, no se asienta sobre motivaciones éticas, sino que nace de la fe y del Evangelio, y se nutre con los sacramentos y con el acompañamiento espiritual que se ofrece a través de las parroquias. La Memoria muestra también dos datos reveladores: uno, que la Iglesia se sigue esforzando para poder alcanzar a más y más personas y familias necesitadas de ayuda: de hecho, a pesar de contar con menos recursos -durante el año 2010, se registró una caída de la recaudación a nivel estatal de 1,3 millones de euros-, las acciones pastorales y las asistenciales de la Iglesia en España experimentaron un incremento del 13%. En este mismo sentido, también los fieles se están apretando el cinturón, como muestra el dato de que, en un solo año, las suscripciones periódicas con donativos particulares a favor de la Iglesia han aumentado en un 15%. 2 El segundo factor a tener en cuenta es que la confianza en la labor de la Iglesia sigue creciendo: de hecho, las asignaciones a favor de la Iglesia católica han aumentado en casi 200.000: en números redondos, 9,2 millones de contribuyentes, teniendo en cuenta las Declaraciones conjuntas, marcaron la X a favor de la Iglesia católica. Para la Iglesia resulta indispensable que cada uno de los católicos españoles marquemos la X a favor de la Iglesia y que, al mismo tiempo, realicemos también una suscripción periódica según nuestras posibilidades (se puede hacer a través de www.portantos.es o preguntando en la parroquia más cercana). Pero también se trata de dar algo más que dinero, ofreciendo nuestro tiempo y nuestro esfuerzo como voluntarios y también como catequistas, porque edificar la Iglesia es también construir España. Al final, lo que hace la Iglesia no deja de repercutir en el bien común. Y es que todo el dinero que recibe la Iglesia católica está destinado a sostener sus fines propios: culto, clero, apostolado y caridad. Pero hay que tener en cuenta que la actividad asistencial (comedores, hospitales, residencias...) no es la parte más importante de la presencia eclesial, sino que es consecuencia de la labor pastoral y de la vida sacramental que se lleva a cabo en las parroquias. o La fe que sostiene la caridad Como afirmó don Fernando Giménez Barriocanal, «hoy, muchas personas acuden desesperadas y angustiadas a las parroquias a pedir alimentos, pero sobre todo reciben una palabra de ánimo, de esperanza y de vida. Ésta es una labor inmensa, que también tiene un carácter social, pero que no sale en los medios de comunicación, aunque se realiza en todas las parroquias de España. Todo ello, porque la primera misión de la Iglesia es anunciar la Buena Noticia, que te cambia el corazón y te cambia la vida». Es decir: la caridad de la Iglesia tiene una dimensión material, pero también lleva aparejada una proyección espiritual que no se puede ignorar. Toda la actividad caritativa y asistencial de la Iglesia en España nace de la fe y de los sacramentos, de personas que se alimentan de la Eucaristía y viven la virtud de la caridad realizando una labor asistencial. Los sacramentos y la vida sacramental no son un dato anecdótico; frente a quienes quieren reducir el voluntariado a una labor sin trascendencia religiosa, se puede afirmar que el 97% de los voluntarios de Cáritas, por ejemplo, realizan su labor por motivaciones religiosas, y viven su fe en la parroquia. Los voluntarios no nacen por generación espontánea, sino que, como señala Giménez Barriocanal, «nacen de un encuentro personal con Cristo, y eso hace que, ante una situación de hambre o de enfermedad, vean el rostro de Cristo». Y subraya claramente: «La Iglesia no puede ser considerada como una ONG». o La moral nace de los sacramentos No se trata sólo de administrar los sacramentos, sino que se realiza una labor impagable de formación de los catecúmenos y acompañamiento espiritualde los fieles Sin esta dimensión de la vida eclesial, sería muy difícil abrir un solo comedor o residencia en el mundo, porque la ética cristiana no nace en el vacío, sino que se sustenta en los sacramentos. Como sólo la fe sostiene la vida y la desarrolla en plenitud hasta la caridad, la Iglesia en España 3 celebra al año 350.000 bautizos, 280.000 Primeras Comuniones, 100.000 Confirmaciones, casi 75.000 bodas y más de 300.000 exequias. Junto a ello, hay que destacar el dato de que más de 10 millones de personas asisten regularmente a Misa en España los domingos: no hay un solo evento en nuestro país que sea capaz de sacar de su casa a tantos millones de personas una vez por semana. Para realizar toda esta labor, la Iglesia cuenta con casi 23.000 parroquias, en las que trabajan 20.000 sacerdotes, 60.000 religiosos y más de 70.000 catequistas. No se trata sólo de administrar los sacramentos, sino que se realiza una labor impagable de formación de los catecúmenos, acompañamiento personal de los fieles y asesoramiento espiritual. La Memoria calcula en más de 45 millones de horas las que se dedican a toda la actividad pastoral desarrollada por sacerdotes y laicos. Si se contrataran estas horas según su coste en el mercado, ello supondría un importe de 1.971 millones de euros; sin embargo, para llevar a cabo esta labor, la Iglesia sólo gasta 838 millones de euros, con lo que ahorra más 1.133 millones de euros sólo en su actividad pastoral. Por ello, se puede decir que cada euro que invierte la Iglesia rinde como 2,35 según su coste de mercado. No hay quien haga más por menos. o La caridad que da testimonio de la fe Según los datos de la Memoria, la Iglesia atiende en sus necesidades básicas a 4,1 millones de personas en España, una cifra que no ha dejado de aumentar en los últimos años y que creció, en 2010, casi un 15% con respecto al año anterior; todo ello ha sido posible gracias a que la Iglesia ha incrementado su actividad asistencial en más de un 56%. De este modo, se pueden atender 134 hospitales y ambulatorios, 848 residencias de ancianos y enfermos, 168 orfanatos, más de 300 centros de defensa de la familia y de la vida, 56 centros de atención a víctimas de la violencia familiar y de la prostitución, 711 orientados a la ayuda a inmigrantes, y 2.183 centros destinados a mitigar la pobreza en España, entre otros. En total, son 5.258 centros, que asisten a más de 4 millones de personas. Sólo como ejemplo, Cáritas y Manos Unidas destinaron, durante el año 2010, casi 300 millones de euros a su actividad caritativa y asistencial; y, entre ambas, atendieron a casi 15 millones de personas, no sólo en España, sino en todo el mundo. Pero hay muchas más instituciones vinculadas con la Iglesia, en parroquias, asociaciones y relacionadas con Órdenes religiosas, cuya labor está encaminada a mejorar el mundo y nuestro país. Y lo hacen. o En la educación y la cultura La Iglesia no es una ONG.La ética cristiana no nace en el vacío,sino que se sustenta en los sacramentos En el año 2010, el número de alumnos que se formó en centros católicos ascendió a 1.423.445, lo que supone un incremento de 23.946 alumnos respecto al año anterior. Los 2.445 4 centros católicos concertados suponen un ahorro al Estado de 4.396 millones de euros, con los datos del propio Ministerio de Educación. El Estado, a través del concierto, sufraga una parte del coste de cada plaza escolar, pero en una cantidad que no llega a igualar el coste de una plaza en un centro público. La labor educativa y cultural de la Iglesia no termina ahí, sino que también incluye la administración de todo el patrimonio cultural de la Iglesia, que genera a nuestro país considerables beneficios. En este sentido, en el año 2010, casi 10 millones de viajeros, nacionales e internacionales, asistieron a algún acontecimiento religioso en nuestra tierra. Las más de 40.000 entidades católicas de interés cultural y religioso suponen una inestimable fuente de riqueza. Aunque existen programas nacionales y autonómicos sobre rehabilitación, el mayor peso del mantenimiento y de la puesta a disposición de la sociedad recae en la Iglesia. Todo este patrimonio debe ser conservado y rehabilitado, lo que implica grandes gastos de rehabilitación y de mantenimiento ordinario, pero al final nos beneficiamos todos. Así, en la actualidad, hay más de 500 municipios en España en los que el único Bien de Interés Cultural -la máxima categoría de protección que contempla la Ley de Patrimonio Histórico- es la iglesia del lugar; de los 42 bienes españoles declarados Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO, 19 cuentan con una presencia significativa de las entidades de la Iglesia. Por ejemplo, sólo el Año Santo Compostelano 2010 tuvo un impacto económico de 6.138 millones de euros, el 10,6% del total del PIB en Galicia, y creó 135.718 puestos de trabajo. Otro dato interesante lo arroja la JMJ Madrid 2011, que en apenas una semana tuvo un impacto directo de 231 millones de euros y creó casi 3.000 empleos. o Fuentes de financiación Pero, ¿de dónde sale el dinero que maneja la Iglesia? ¿Cómo lo distribuye? La principal fuente de financiación la constituyen los propios fieles, y lo hacen de dos modos complementarios. El primero se realiza mediante aportaciones directas en forma de suscripciones periódicas, colectas, donativos, herencias..., lo que supone el 50% de los recursos económicos de la Iglesia. En el segundo modo, los fieles y las personas que valoran la labor de la Iglesia marcan la X a favor de la Iglesia en su Declaración de la Renta, de modo que lo que ésta recibe por este sistema de asignación tributaria alcanza el 25% de su presupuesto. El resultado de esta partida, junto con las aportaciones de las distintas diócesis que hay en España, constituye el Fondo Común Interdiocesano, un modelo de solidaridad nacional a imitar, por el que las diócesis más fuertes económicamente soportan el peso de las más desfavorecidas. En este sentido, cabe señalar que cada diócesis, con la parte que recibe del FCI, financia toda su actividad, por lo que no se puede afirmar que el dinero procedente de la asignación tributaria se destina a pagar el sueldo de los sacerdotes. No es así, sino que se destina a satisfacer las necesidades de cada diócesis. Por último, el 5% de los recursos de la Iglesia procede de los rendimientos del patrimonio, y el 20% restante de otras fuentes de financiación, como la realización de algunas actividades económicas, o las subvenciones a través de convocatorias públicas, por ejemplo. La credibilidad de la Iglesia en el seno de la sociedad española sigue aumentando cada año. Al incremento en el número de asignaciones en la Declaración de la Renta, hay que sumar el incremento del 15% en las suscripciones periódicas. Todo ello para sostener una actividad pastoral y asistencial que ahorra al Estado varias decenas de miles de millones de euros. Cercenar la colaboración entre el Estado y la Iglesia católica sería, además de inconstitucional, imprudente, y no haría otra cosa que estrangular la vida social de nuestro país, y no sólo económicamente. Como señaló Giménez Barriocanal en la presentación de la Memoria de actividades de la Iglesia en España, «sin la Iglesia católica, habría más de 4 millones de personas necesitadas que no tendrían 5 un lugar al que acudir, como tampoco lo tendrían 10 millones de personas en busca de un sentido y de una dimensión trascendente de la vida». Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo www.parroquiasantamonica.com Vida Cristiana

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