miércoles, 10 de mayo de 2017

Familia (2014). El éxito alcanzado por las convocatorias de la “Manif pour tous” el pasado domingo [2 de febrero], especialmente en París y Lyon, ha conseguido la suspensión de algunos proyectos gubernamentales sobre el derecho de familia. Habrá que comprobar si se trata de un mero aplazamiento, ante la proximidad de las elecciones locales y europeas, o marca un cambio de rumbo político.



1 Familia (2014). El éxito alcanzado por las convocatorias de la “Manif pour tous” el pasado domingo [2 de febrero], especialmente en París y Lyon, ha conseguido la suspensión de algunos proyectos gubernamentales sobre el derecho de familia. Habrá que comprobar si se trata de un mero aplazamiento, ante la proximidad de las elecciones locales y europeas, o marca un cambio de rumbo político. Cfr. Decisiva respuesta de las familias en las calles de Francia Aceprensa – Salvador Bernal - 5.FEB.2014 Como sucede en estos casos, se discute el número de participantes, pero la afluencia fue comparable a la de la primera manifestación contra el matrimonio homosexual en noviembre de 2012, que sorprendió por su amplitud. Las fotografías no admiten duda sobre la calidad y diversidad de asistentes y, sobre todo, sobre el carácter positivo y alegre de su protesta, muy distinto del “jour de la colère” contra François Hollande celebrado una semana antes. La inicial reacción ante la reforma del Código Civil, que abrió el matrimonio a los homosexuales (“pour tous”: de ahí el nombre de la réplica), se ha convertido en auténtico movimiento social a favor de la familia. Al cabo, en las encuestas periódicas sobre valores, la familia sigue siendo la institución preferida. Obviamente, aunque no se trate de asuntos confesionales, la participación de católicos fue significativa. En Lyon, los manifestantes fueron apoyados por el cardenal Philippe Barbarin, pero también por el rector de la Gran Mezquita de Lyon, Kamel Kabtane. Y en la cabecera de la manifestación del domingo en París aparecía una asociación de musulmanes, “Touche pas à nos gosses” (no toquéis a nuestros hijos), que se oponen radicalmente a que se enseñe en la escuela que “la heterosexualidad no es una norma”. Otros se reunían en torno a una pancarta que rezaba: “Los musulmanes franceses dicen no al matrimonio homosexual”. Ante la movilización de “Manif pour tous”, el gobierno quiere apagar en lo posible las crecientes tensiones sociales o El gobierno francés, a la defensiva La acusación de “familifobia” ha obligado al gobierno de Hollande a ponerse a la defensiva: es quizá el primero y gran éxito de los organizadores. No importa que en esa defensa se abuse de 2 argumentos ad hominem, pues la experiencia muestra que suelen ser contraproducentes. Nadie piensa en ogros reaccionarios recalcitrantes cuando ve parejas jóvenes alegres, muchos hijos, y también – ¿por qué no?– gente mayor con aspecto amable. No parece tampoco que asistamos al nacimiento de un Tea Party a la francesa, como denuncia el ministro del interior, Manuel Valls. De otra parte, en una época en que los políticos no están en alza –no hace falta recordar la baja popularidad del gobierno actual francés–, tampoco tiene mucho sentido acusar a los manifestantes de alancear un cadáver, por reprochar algo que el gobierno asegura que no pretende hacer. Pero la realidad de la escuela indica que las sospechas no son imaginarias sino demasiado reales, al menos en materia de ideología de género. Por otra parte, no se puede negar la existencia de una ambigua “circular” enviada en 2013 por la ministra de justicia, Christiane Taubira, que podría obligar a expedir certificados de nacionalidad francesa a niños concebidos en el extranjero recurriendo a “vientres de alquiler”, práctica prohibida en Francia. Ha habido gran decepción en la izquierda (dentro y más allá de los socialistas, con la dura reacción de los ecologistas) ante la decisión del Gobierno de no llevar este año al Parlamento la ley sobre la familia. Como es habitual, el gobierno invoca otras razones: profundizar en los trabajos preparatorios, no cargar más un calendario legislativo ya denso, centrarse en el “pacto de responsabilidad” para sacar a la economía de la recesión y el desempleo. En el Elíseo se intenta, además, apagar en lo posible las crecientes tensiones sociales. Se rechaza el intento de introducir la “ideología de género” en la escuela, cosa que el gobierno dice que es pura invención o El interés superior del hijo La participación en las manifestaciones francesas muestra que la sociedad, por mucho que respete a las personas homosexuales, se opone al reconocimiento legal de nuevos derechos individualistas contra la familia. Por ahí iban los clásicos eslóganes positivos: “Papa, maman et les enfants, c'est naturel”; “Un papa, une maman, y a pas mieux pour un enfant”. No dejan de invocar una y otra vez el “interés superior del hijo y de la familia”, punto esencial de referencia en documentos internacionales. En las acciones populares se pretende también mostrar el rechazo a la introducción en Francia de medidas como la apertura de las técnicas de procreación médica asistida a favor de parejas lesbianas, o de la gestación subrogada, con el reconocimiento de los hijos nacidos de “vientres de alquiler” en otros países (la ley francesa es radical en este punto: declara nulo cualquier contrato sobre el cuerpo humano). Hoy por hoy, fuentes de Matignon –la sede del gobierno francés– afirman que esas prácticas seguirán fuera del ordenamiento jurídico. Lo han reiterado varios ministros, incluido el de la familia, Dominique Bertinotti. Pero los observadores no dejan de señalar que es la primera vez que un miembro del ejecutivo hace ese tipo de afirmación, que excluye modificar el derecho vigente sobre asuntos tan delicados. o Contra la enseñanza escolar de la ideología de género Otra gran cuestión presente en las últimas movilizaciones es la difusión de la “teoría de género” en la escuela pública. Aparte de la cuestión de fondo, se critica fuertemente el intervencionismo del 3 Estado en cuestiones éticas y familiares, que deberían reservarse a la competencia de los padres. Prevalece una visión natural de las cosas, que excluye cualquier tipo de “derecho a elegir el propio sexo”. Una de las reivindicaciones es la retirada de los “ABCD de la igualdad”, experimento lanzado en 600 escuelas francesas para luchar contra los estereotipos “chicas-chicos”. Por su parte, el Ministro de Educación, Vincent Peillon, ha dirigido una carta a los directores de escuelas y liceos para desmentir la idea de que el gobierno intente introducir en la enseñanza escolar una “pretendida teoría de género”. La “Manif pour tous” se desmarca de otra iniciativa discutida últimamente, que propone no llevar un día al mes a los hijos a la escuela, como protesta contra la ideología de género en la enseñanza francesa. www.parroquiasantamonica.com Vida Cristiana

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