miércoles, 7 de diciembre de 2016

Una cultura del amor (15).


1 Una cultura del amor (15). En la familia los niños maduran en la atención a las necesidades de los demás y aprenden a construir una sociedad más justa y fraterna. Cfr. Benedicto XVI, Homilía en la misa en el estadio de Ammán (Jordania), 10 de mayo de 2009 4º Domingo de Pascua, Domingo del Buen Pastor. Hechos 4, 8-12; 1 Juan 3, 1-2; Juan 10, 11-18 Fuente: Zenit.org - [Traducción de Jesús Colina] - [© Copyright 2009 - Libreria Editrice Vaticana] (…) En la segunda lectura de hoy 1 , san Juan nos invita a "pensar en el gran amor con el cual el Padre nos ha amado", haciéndonos sus hijos adoptivos en Cristo. La escucha de estas palabras nos debe hacer reconocer la experiencia del amor del Padre que hemos tenido en nuestras familias, mediante el amor de nuestros padres y madres, abuelos, hermanos y hermanas. Durante la celebración del presente Año de la Familia, la Iglesia en toda Tierra Santa ha pensado en la familia como un misterio de amor que dona la vida, misterio incluido en el plan de Dios con una propia vocación y misión: irradiar el amor divino que es el manantial y el cumplimiento de todo amor en nuestras vidas. Que cada familia cristiana pueda crecer en la fidelidad a esta noble vocación de ser una verdadera escuela de oración, en la que los niños aprendan el sincero amor de Dios, maduren en la autodisciplina y en la atención a las necesidades de los demás, y en la que, modelados por la sabiduría que proviene de la fe, contribuyan a construir una sociedad cada vez más justa y fraterna. Las familias cristianas de estas tierras son una gran herencia recibida de las precedentes generaciones. Qué puedan las familias de hoy ser fieles a esta gran herencia y que nunca falte el sustento material y moral de quienes tienen necesidad de cumplir su insustituible papel en el servicio de la sociedad. www.parroquiasantamonica.com Vida Cristiana 1 1 Juan 3, 1-2

El amor humano. «Las tres heridas afectivas de nuestra sociedad» y su curación esiritual.


1 p El amor humano. «Las tres heridas afectivas de nuestra sociedad» y su curación esiritual. a) «el narcisismo, la contemplación de uno mismo por encima de los demás, el ombliguismo»; la solución es el amor personal y real. b) el pansexualismo: «Vivimos -denunció- en una alerta sexual permanente, que contamina todos los ámbitos. Comenzó con un divorcio entre sexo y procreación; después, entre amor y matrimonio; y ahora, entre sexo y amor». ¿Resultado? Personas rotas y perdidas; la solución es educar contracorriente. c) la desconfianza: las malas experiencias no salen gratis y no sirve de nada mirar para otro lado. Por eso, «haber padecido las consecuencias del pecado de uno mismo y de los demás, pasa factura y termina por generar un síndrome de desconfianza crónica: Si me aislo, no sufro». Así, las heridas que los jóvenes han sufrido en su familia, con sus amigos o en sus relaciones afectivas y sexuales, «les lleva a encerrarse, a replegarse en sí, a ser desconfiados»; la solución: no confiar en cualquiera. Cfr. Monseñor Munilla desvela cómo vencer el narcisismo, el pansexualismo y la desconfianza Alfa y Omega n. 873, 20 de marzo de 2014 ¿Tú sangras por estas heridas? Una de las ponencias más aplaudidas del Congreso de Educatio Servanda fue la de monseñor Munilla, obispo de San Sebastián, en la que repasó «las tres heridas afectivas de nuestra sociedad» y dio las pautas para «su curación espiritual». Al acabar, algunos de los más de 500 participantes comentaban por cuál de esas heridas supuraban más... Basta una conversación con cualquier joven de entre 11 y 99 años para comprobar cuantas heridas afectivas sufre esta generación. Y lo que es peor, cómo algunos venden como felicidad los caminos al precipicio, «porque, cuando uno no puede curar sus heridas afectivas, trata de justificarlas». Así lo explicó monseñor José Ignacio Munilla, obispo de San Sebastián, en el Congreso deEducatio Servanda, con una ponencia en la que trazó las 3 heridas afectivas de hoy, y las propuestas para sanarlas. Primera herida: Narcisismo La primera herida afectiva «es el narcisismo, la contemplación de uno mismo por encima de los demás, el ombliguismo». Algo que lleva a «la incapacidad o seria dificultad de amar a otro fuera de mí». Las consecuencias están a la orden del día: «Hipersensibilidad, ver fantasmas donde no los hay, pensar que todo gira en torno a ti...» Además, presenta dos vertientes complementarias: «El eufórico, el que quiere ser siempre el triunfador, ser adulado y que todo el mundo se fije en él; como el niño en el bautizo y la novia en la boda»; y «el pesimista, que va por ahí dando lástima, 2 como si todo conspirase contra él; es como el muerto en el entierro». El narcisismo, en contra de lo que parece, convierte a la persona «en mendigo permanente de afectividad, que nunca se siente suficientemente amado y que está en un peligro constante de desesperación y suicidio». Porque el narcisista «no tiene exceso de autoestima, sino de autodesprecio, y sólo es capaz de fundar su autoestima, de valorarse a sí mismo, por la opinión de los demás». Solución: el Amor personal y real * El amor de Dios: Para sanar el narcisismo, «lo primero es el anuncio del amor de Dios, que funda la verdadera autoestima y el sano amor a uno mismo, con el Amarás al prójimo como a ti mismo. La autoestima no proviene de ti, sino de sentirte amado. Dios no hace basura, estás bien hecho, no tienes derecho a despreciarte». * Equilibrio ascética-mística: «El punto central del Evangelio no es una ascética rigorista, ni una falsa mística de payasos, flores y parábolas, sino el anuncio de la Cruz: la Pasión, muerte y resurrección de Jesús. Si te dan a conocer la Cruz, entiendes que el amor de verdad, el que Dios te tiene y te ayuda a vivir, es hasta el extremo». * Acompañamiento personal: «El amor de Dios es para todos, pero la Iglesia no hace café para todos. Hace falta acompañar a cada uno, conocer sus problemas y ayudarle a que Dios entre, no en general, sino en los aspectos concretos de su vida», explicó. * Ver a Cristo en los pobres: «El servicio a los pobres te descentra, te saca de ti, revela la presencia de Cristo y tiene una gran capacidad sanadora. Mis padres -contó el prelado-, cuando éramos adolescentes, nos llevaron al psiquiátrico de Mondragón. Aquello nos impactó y nos sacó de la burbuja». Segunda herida: Pansexualismo «Vivimos -denunció- en una alerta sexual permanente, que contamina todos los ámbitos. Comenzó con un divorcio entre sexo y procreación; después, entre amor y matrimonio; y ahora, entre sexo y amor». ¿Resultado? Personas rotas y perdidas. Solución: educar contracorriente 3 * Rescatar la castidad: «Hemos de rescatar la virtud de la castidad de su impopularidad, porque nos ayuda a ser reyes de nosotros mismos. En la vida, o te conduces, o te arrastran. La castidad es una virtud necesaria para vivir relaciones afectivas verdaderas. Y aunque el cuerpo tiene memoria y pide su tributo, si se cae en la tentación, no hay que perder la paz». * Educar en el amor humano: «Tenemos que formarnos a través de cursos de afectividad y sexualidad para trasladar la propuesta liberadora de la Iglesia, no de oídas, sino con conocimiento verdadero», afirmó. * Mostrar la belleza: Cuando la sociedad «eleva lo feo a la categoría de arte, regodeándose en el feísmo», mostrar «la belleza exterior ayuda a entender que lo bello no es sólo apariencia, sino aparición de una verdad latente, que eleva el espíritu». Tercera herida: Desconfianza Las malas experiencias no salen gratis y no sirve de nada mirar para otro lado. Por eso, «haber padecido las consecuencias del pecado de uno mismo y de los demás, pasa factura y termina por generar un síndrome de desconfianza crónica: Si me aislo, no sufro». Así, las heridas que los jóvenes han sufrido en su familia, con sus amigos o en sus relaciones afectivas y sexuales, «les lleva a encerrarse, a replegarse en sí, a ser desconfiados». Y eso «termina por distorsionar la realidad. Quien renuncia a amar por no sufrir, termina sufriendo por no amar. Así que, como me decía un joven, puestos a sufrir, mejor sufrir por amar, que por dejar de hacerlo...». Solución: no confiar en cualquiera * Experiencias de comunión: Vivir experiencias de comunión en la Iglesia es clave «para mostrar que hay personas que sí merecen nuestra confianza. Quien empieza por decir Nadie me comprende, sólo puedo fiarme de Dios, siempre termina por proyectar sus miedos en Dios y no confiar en Él». * Evangelio del abandono: «Tenemos que tener el valor de mirar nuestros miedos y temores a la cara... porque comprobaremos que, al ponerlos ante Cristo, veremos cómo se derriten como la nieve al sol» * La escuela del Corazón: Monseñor Munilla terminó con una frase que está convirtiendo en un clásico: «Aprender de la escuela del Corazón de Jesús nos ayuda a vivir la afectividad en positivo. El Corazón de Jesús nos enseña la confianza del amor, porque nuestro corazón no es de quien lo rompe, sino de Quien lo repara». J. A. Méndez www.parroquiasantamonica.com Vida Cristiana

El amor humano. Educación de la afectividad, educación en el amor. «La emergencia afectiva».


1 El amor humano. Educación de la afectividad, educación en el amor. «La emergencia afectiva». La generación «del rollo». «Cada vez llegamos a más chicos que tienen el corazón roto, que han experimentado en sus carnes unas relaciones humanas desvinculadas del amor, de la fidelidad y de la afectividad, y que están destrozados». «Estamos extremadamente necesitados de que se nos quiera, pero muy poco capacitados y dispuestos para amar. Hambre todos tenemos, pero cocinar por los demás es otra cosa...». Cfr. Educar la afectividad, educar en el amor, V Congreso Nacional de Educatio Servanda. Alfa y Omega n. 873, 20 de marzo de 2014 La generación del rollo pide aprender a amar Cada fin de semana, miles de adolescentes buscan diversión sin compromiso, a través de relaciones y contactos sexuales fugaces. No es una cuestión de hormonas sin consecuencias. Como alertaron numerosos expertos en el V Congreso Nacional de la fundación Educatio Servanda, esta ruptura entre afectividad, deseo, sexualidad y amor causa heridas muy profundas. Ante esto, la propuesta del amor humano que lanza la Iglesia devuelve la esperanza a quien se siente perdido «El fenómeno del lío de fin de semana está muy vinculado a la banalización de la diversión y a huir de la responsabilidad de los propios actos» Rebeca tiene 15 años y el otro día le contó a su profesora de Literatura, entre lágrimas, que lleva una temporada larga mintiendo a sus padres, porque ha estado saliendo con un chico mayor de edad con el que «ha hecho de todo», y con el que se ha juntado con compañías nada recomendables: «He visto de todo: drogas, gente en coma etílico, putas... Ahora soy yo la que está enganchada a los porros y no sé qué hacer. Ya no soy la misma». A su ex novio, que también está enganchado a las drogas, sus padres lo han echado de casa y se ha quedado solo porque sus amigos le han dado la espalda por cómo trata a las chicas. También Alicia, de 13 años, está pasando una racha malísima, pero por la fama que se ha extendido en su entorno, después de que se haya liado con varios chicos en muy poco tiempo y de que haya empezado a ir a clase vestida de femme fatal. La gota que ha colmado el vaso y que ha llevado a sus padres a buscar ayuda profesional ha sido que un chico con el que estuvo de rollo, filtró en su entorno unas imágenes de móvil en las que Alicia aparece sin ropa. Raúl, que tiene 11 años, hace unos meses rompió a llorar en clase por una tontería. Cuando su tutor habló con él, descubrió que sus padres se están separando, que su hermana mayor tiene 2 problemas de bulimia y se ha intentado suicidar, y que, como no hay nadie en casa a la hora de la comida, él tiene que cuidar de ella justo en las horas críticas. Estos casos tienen tres cosas en común: primero, que son reales y se han dado en el mismo centro escolar de una zona acomodada de Madrid, en este mismo curso; segundo, que todos los nombres son ficticios para preservar la identidad de los menores; y tercero, que revelan a la perfección en qué consiste la emergencia afectiva sobre la que versó, el pasado sábado, el V Congreso Nacional de Educadores Católicos, que organizó la fundación Educatio Servanda en el colegio Juan Pablo II, de Alcorcón. Y como se ve, el tema -bajo el enunciado Educar la afectividad, educar en el amorno podía estar más pegado a la realidad. Adolescentes viejos Quienes conocen el día a día de los jóvenes, no sólo como espectadores, sino por acompañarlos, profundizar en sus problemas, descubrir sus causas y proponerles soluciones, explican por qué situaciones como las descritas son tan frecuentes. Como explicó durante el Congreso doña Begoña Ruiz Pereda, monitora de educación afectiva y sexual de la fundación Desarrollo y Persona, y máster en Ciencias del Matrimonio y de la Familia por el Pontificio Instituto Juan Pablo II, «la propuesta sobre relaciones personales que la sociedad lanza a los adolescentes y a los jóvenes» está tan centrada en el egoísmo y en la genitalidad que, al vivirla, «genera adolescentes envejecidos de forma prematura, que no confían en las personas y con muchas dificultades para reconocer el valor real de sí mismos». Y no es algo aislado, sino que, como constató doña Patricia Sánchez, monitora del programa de formación afectivo sexual Teen Star, «cada vez llegamos a más chicos que tienen el corazón roto, que han experimentado en sus carnes unas relaciones humanas desvinculadas del amor, de la fidelidad y de la afectividad, y que están destrozados». La generación del rollo Son la generación del rollo. Y no es que antes no hubiera jóvenes que cambiaran de pareja cada fin de semana; es que ahora, eso que era raro o esporádico, es la norma común. La doctora doña María 3 Eugenia Huete, del Centro de Orientación Familiar de Getafe, explica que, «incluso los chavales que están bien formados y que quieren vivir el amor humano como reflejo del amor de Dios, tienen muchas dificultades para hacerlo. Te dicen: Sí, eso está bien, pero cuando mi novio o mi novia me dice que nos acostemos, o que nos masturbemos, ¿qué hago, qué digo, cómo paro, por qué voy a parar, cómo puedo vivir otra forma de relacionarme con los demás?» Un batiburrillo de sexo y amor Aunque algunos piensen que la promiscuidad en la pubertad es divertida o inocua, cosas de críos y de hormonas, «el fenómeno del lío de fin de semana -explicó doña Begoña Ruiz- tiene consecuencias cada vez peores, porque está muy vinculado a la banalización de la diversión, a huir de la responsabilidad de los actos, y además lleva implícito el consumo de alcohol para evitar el pudor (que es una defensa natural del ser humano para evitar relaciones inadecuadas). Los jóvenes te explican que lo hacen porque, a veces, te diviertes y no te comprometes, pero lo malo es que, a veces, te quedas colgado y empiezas a sentir algo por alguien». Así, se genera una mezcolanza de sexo, sentimientos encontrados, enamoramiento, diversión y evasión, del que, como es lógico, salen atolondrados y escaldados. Amar bien no es cosa de críos... Un momento del Congreso, al que asistieron más de 500 adultos y casi 200 niños El reto de padres, profesores, catequistas y educadores es responder a la pregunta que lanzó el psicólogo don Jaime Serrada, de la fundación Gift and Task: «¿Qué hacemos contra este tsunami social que, aunque cerremos las puertas y ventanas de nuestra casa, se cuela por las rendijas de las persianas?» Pues no tratar sus sentimientos, deseos y afectos con frivolidad, sino «permanecer a su lado, anunciarles la verdad del amor humano y ser testigos de él, para que puedan decir: Quiero vivir como tú, me va a costar, pero sé que eso es lo bueno. A amar, se aprende amando». 4 El profesor de la Universidad de Navarra don Pedro Juan Viladrich aportó al Congreso la experiencia de sus 85 años de vida, y de su saber como padre, abuelo y educador, para sintetizar en qué consiste el amor humano que propone la Iglesia, entendido como reflejo del amor de Dios. En una de las intervenciones más aplaudidas, Viladrich recordó que, hoy, tanto jóvenes como adultos «estamos extremadamente necesitados de que se nos quiera, pero muy poco capacitados y dispuestos para amar. Hambre todos tenemos, pero cocinar por los demás es otra cosa...» El motivo de esta incapacidad es que «el amor de verdad te lleva a pasar de una predilección por ti mismo, a una predilección por el otro. Eso es el amor de verdad: ser capaz de preferir al otro». Algo, claro, incompatible con el egoísmo materialista de una sociedad de consumo. Formarse para amar Eso sí, el amor no es inmolación, sino movimiento de ida y vuelta, que implica humildad y confianza, porque «se expresa en el don y la acogida -explicó Viladrich-. Si el don no es acogido, no puede realizarse plenamente, y viceversa, lo que supone que hay que conocerse uno mismo, y al otro como es, no como quiero que sea». Una de las conclusiones del Congreso de Educatio Servanda fue la necesidad de formarse bien en la doctrina de la Iglesia sobre el amor humano, para conocerse a uno mismo, amar mejor y enseñar a amar. A fin de cuentas, y como concluyó Viladrich, «en la vida, nada es más importante que llegar a amar de verdad, no sólo como nos amamos a nosotros mismos, sino como Jesucristo nos amó, que es un referente mucho más objetivo». José Antonio Méndez www.parroquiasantamonica.com Vida Cristiana

martes, 6 de diciembre de 2016

El amor humano (2014). La educación afectiva y sexual.


1 El amor humano (2014). La educación afectiva y sexual. Entrevista con Nieves González, directora de la Fundación Desarrollo y Persona. Los adolescentes y jóvenes de hoy en día tienen mucha información a su alcance en todos los sentidos, también en temas sobre sexualidad, aunque más bien en una sexualidad reducida a genitalidad. Sin embargo, en la experiencia, vemos que esta “facilidad” para tener información no se traduce en una formación que les lleve a madurar, sino que por el contrario, la información sin una verdadera educación del corazón y de la responsabilidad puede, en algunos casos, dificultar vivir en verdad el afecto y la sexualidad. Es fundamental acompañar el camino de los adolescentes y jóvenes para que aprendan a amar, que es lo que va a determinar, al final, la posibilidad en su vida de ser felices. Esto es lo que les proponemos nosotros en la Fundación Desarrollo y Persona: ayudarles a descubrir que en todo lo que hacen y buscan, a veces de modo equivocado, existe en el fondo un deseo de ser queridos y valorados; en definitiva, de encontrar a alguien que les prefiera y a quien poder darse. Cfr. Nieves González, sexóloga, directora de Desarrollo y Persona El sexo, en su lugar: «La vida es la búsqueda, a veces por caminos equivocados, de un amor hermoso» Los primeros educadores en sexualidad y afectividad son los padres, con escucha, paciencia y diálogo abierto Actualizado 5 abril 2014 – Religión en Libertad Compartir: | Imprimir | Corregir | Enviar | Comentar 0 Helena Faccia Serrano / ReL Nieves González, casada y madre de dos hijos es doctora en medicina, máster en Sexología y experta en Educación Afectiva y Sexual y en Métodos Naturales de Reconocimiento de la Fertilidad. Dirige el Centro de Orientación Familiar de la diócesis de Valladolid y es también directora de la Fundación Desarrollo y Persona (www.desarrolloypersona.org), entidad dedicada a la educación afectiva y sexual que a lo largo de varios años ha abarcado con su actividad anual una media de más de 10.000 personas. ¿Y quién es Lunacek? Una activista gay que vende la pedofilia como «educación sexual interactiva» Ayudando a padres con hijos homosexuales 7 de cada 10 padres no hablan de afectividad y sexualidad con sus hijos: hay cursos que ayudan Es luterano -casi católico- y asusta a puritanos con textos de Juan Pablo II sobre sexo placentero 2 Es autora del libro Hablemos de sexo con nuestro hijos, publicado por la editorial Palabra y codirectora de la publicación y del Proyecto “Aprendamos a Amar”, de ediciones Encuentro y editorial CEPE. - Impartís cursos sobre afectividad y sexualidad a jóvenes de entre 12 y 18 años de edad. ¿Qué “enseñáis” que ellos ya no sepan? -Es verdad que los adolescentes y jóvenes de hoy en día tienen mucha información a su alcance en todos los sentidos, también en temas sobre sexualidad, aunque más bien en una sexualidad reducida a genitalidad. Sin embargo, en la experiencia, vemos que esta “facilidad” para tener información no se traduce en una formación que les lleve a madurar, sino que por el contrario, la información sin una verdadera educación del corazón y de la responsabilidad puede, en algunos casos, dificultar vivir en verdad el afecto y la sexualidad. »Pienso que es fundamental acompañar el camino de los adolescentes y jóvenes para que aprendan a amar, que es lo que va a determinar, al final, la posibilidad en su vida de ser felices. Esto es lo que les proponemos nosotros en la Fundación Desarrollo y Persona: ayudarles a descubrir que en todo lo que hacen y buscan, a veces de modo equivocado, existe en el fondo un deseo de ser queridos y valorados; en definitiva, de encontrar a alguien que les prefiera y a quien poder darse. »Enseñamos que la sexualidad no es tanto “hacer cosas”, sino una dimensión de la persona que nos permite ser y estar en el mundo como hombres o mujeres capaces de amar y ser amados, de vivir y transmitir la vida. -¿Qué es lo que más les preocupa? ¿Y a los chicos? ¿Y a las chicas? -Hacen muchas preguntas sobre los posibles riesgos de la sexualidad: embarazos imprevistos, eficacia de los métodos contraceptivos e infecciones de transmisión sexual, porque junto a la visión idílica y ficticia de las relaciones afectivas y sexuales que en ocasiones transmiten los medios de comunicación, el mensaje que reciben muchas veces es de frustración, fracaso y enfermedad. De hecho, nos enfrentamos socialmente a estas dificultades anteriormente descritas ya que la sexualidad es un don, pero existen conductas de riesgo. 3 »Tanto a chicos como a chicas lo que más les interesa es aprender a aceptarse tal y como son, a quererse a sí mismos, a mostrase sin fachadas y acercarse adecuadamente a la persona que les resulta especialmente significativa. Desean aprender a afrontar los pequeños o grandes desengaños que algunos ya experimentan, adiferenciar atracción de enamoramiento y necesitan saber cómo situarse adecuadamente ante el grupo de amigos y sus expectativas. Los chicos manejan un lenguaje en ocasiones distinto a las chicas, pero en el fondo, los deseos son los mismos. - Anticonceptivos, castidad... ¿qué enseñáis sobre esto? - La propuesta que realizamos coincide con la sabiduría que nos transmite el Magisterio de la Iglesia con el que nos sabemos en profunda comunión. La castidad es una virtud, por tanto una excelencia humana, que permite integrar la sexualidad en la persona y ordenarla al servicio de un amor verdadero. Es un hábito bueno que facilita ser mirados y tratados conforme a nuestra dignidad y como todo hábito se entrena en los jóvenes a través de la amistad y se vive en el noviazgo. »Cuando la virginidad no se explica desde la norma que oprime, sino desde la grandeza que supone guardar la intimidad del propio cuerpo, valorar la capacidad de poseerse para, en un futuro, poder donar no sólo el cuerpo sino la vida entera en el matrimonio, el joven lo comprende. »No es lo mismo decir “te quiero” que decir “sí, quiero” y para comprometerse hay que madurar. Lo mismo sucede con la fidelidad. Cuando uno se enamora y comienza a salir descubre que tiene el deseo de “durar” que es, en definitiva, reflejo del deseo de eternidad, y tiene deseo de fidelidad. Pero un corazón fiel también se va educando en las pequeñas cosas de cada día en este tiempo precioso que es la juventud. »Aunque también es cierto que, cada día más, tenemos en las aulas adolescentes y jóvenes muy heridos, que han sufrido enormemente en medio de conflictos familiares yson escépticos a una propuesta que choca con su realidad diaria y que no saben cómo integrar. 4 - En algunos países, como Estados Unidos o Inglaterra, pero también Polonia, Brasil, crece entre los jóvenes el voto de castidad antes del matrimonio (especialmente en Iglesias protestantes). Poco a poco se está imponiendo también la tradición del “anillo de pureza” o “de castidad”. ¿Es necesaria la vuelta a valores de este tipo? -Creo que muchos jóvenes (y también adultos) han experimentado que no son las relaciones sexuales, por numerosas que sean, las que pueden llenar el corazón humano. La vida es la búsqueda, a veces por caminos equivocados, de un amor hermoso; por tanto, retomar constantemente lo que nos ayuda a aprender a amar siempre es un bien. »La virginidad es saber guardar la intimidad del cuerpo para entregarla a la persona a la que se entregará la vida en una relación total, fiel, definitiva y abierta a la fecundidad. Esto es el matrimonio. El “anillo de pureza” es un signo externo que puede ayudar a tener presente este deseo profundo del corazón para no rebajar su anhelo. »Pero es esencial educar con una mirada de misericordia. Así nos ama Dios. Somos más grandes que nuestros actos, más grandes que nuestros errores y somos amados con un Amor que vence con el bien al mal. Por eso cada día se puede recomenzar. La virginidad, al ser una dimensión de la persona, puede ser recuperada y este anuncio llena de esperanza a muchos jóvenes. -En tu experiencia, ¿has visto diferencia en la acogida de estos cursos dependiendo si el centro es público, concertado o privado? -En principio, la dificultad para impartir nuestros cursos en centros estatales se debe fundamentalmente a que la decisión sobre actividades complementarias en los centros educativos está centralizada en la consejería de educación correspondiente. »Lo más frecuente es que trabajemos con centros concertados o privados, de ideario católico, en los que la decisión de los talleres impartidos en las aulas depende de la dirección del centro y en los que la orientación y los contenidos de nuestra actividad coinciden con la propuesta del centro. -Impartís cursos también a profesores. ¿En qué se diferencian respecto a los de los chicos? ¿Es más fácil? -Desarrollo y Persona realiza una actividad muy significativa en la formación del profesorado, ya que nos dedicamos fundamentalmente a la formación de formadores. Los profesores están a diario entre sus alumnos, perciben sus necesidades, les escuchan día tras día, se alegran con sus progresos y sufren con ellos ante las situaciones familiares dolorosas que les afectan. 5 »Son conscientes de la importancia del afecto en el proceso educativo, pero necesitan formación, contenidos y herramientas que les faciliten el encuentro con sus alumnos y un diálogo concreto, cercano y real en torno a la sexualidad. Vienen a los cursos con una gran motivación, participan activamente desde su experiencia docente y suelen hacer un camino personal de enriquecimiento de la propia vida que no imaginaban al comienzo. Es muy gratificante. -Alguna pregunta que te haya sorprendido especialmente, o alguna inquietud que sea recurrente en los jóvenes… -Recurrente en los púberes (11-14 años) es la preocupación por los cambios físicos, la imagen corporal y el “tamaño” o medidas que se supone que todo debe tener. Los adolescentes ya están a otro nivel. Sus preguntas se centran en diferenciar sentimientos, lograr que se fijen en ellos y tener éxito en las relaciones interpersonales. Preguntas sorprendentes hay muchas cada año. Unas por simpáticas y otras por dramáticas. -La Iglesia y, con Iglesia quiero decir también el pueblo que forma la Iglesia, tiene un gran desafío ante sí vista la ideología de género que se está intentando imponer, los matrimonios homosexuales, la educación sexual basada sobre el género en los colegios, etc. ¿Cómo podemos ayudar a nuestros hijos a discernir en este ámbito? - Los padres son los primeros y fundamentales educadores de los hijos y están llamados a transmitir la mirada sobre la vida y la realidad que les parece más adecuada para ellos. ¿Cómo hacer? Es importante mantener un diálogo abierto y franco con los hijos desde la edad más temprana para poder responder preguntas, aclarar situaciones y explicar las dudas que surjan en la vida cotidiana en su entorno escolar, de amistad o a través de los medios de comunicación. »Se trata, con paciencia, de ayudarles a reflexionar, a juzgar y a no buscar lo más frecuente ni lo más fácil, sino lo más verdadero. Es importante escucharles con atención y, desde la realidad en la que están, comprender y caminar. Los padres, para educar, necesitamos también ser constantemente educados y acompañados, ya que todos respiramos el ambiente que la ideología de género trata de imponer. - Háblame de la Asociación: cuántos cursos impartís al año, cuántos formadores sois, notáis que ha habido un incremento en la demanda de cursos, etc. -La Fundación Desarrollo y Persona es una organización sin ánimo de lucro, de ámbito nacional. La sede central está en Valladolid pero cuenta con un equipo de profesorado en varias ciudades españolas, como Madrid, Barcelona, Burgos, Palencia, Cáceres, Lugo y 6 Segovia que se desplazan a otras ciudades que lo soliciten. »El pasado curso escolar 2012/2013 llegamos a más de 16.000 personas, de la cuales 11.000 eran jóvenes alumnos en los diversos talleres y casi 1000 participantes en los cursos de formación de monitores de educación afectiva y sexual y formación de profesorado. El resto corresponde a encuentros de padres y conferencias. »La existencia misma de la Fundación, de la riqueza de su propuesta educativa que se extiende pese a la escasez de recursos con los que debe trabajar, es un milagro por el que damos gracias a Dios cada día. Es Él el que ha comenzado esta obra buena y la va llevando día a día. www.parroquiasantamonica.com Vida Cristiana

Matrimonio (2014). Conferencia del Dr. Enrique Rojas (2003).


1 Matrimonio (2014). Conferencia del Dr. Enrique Rojas (2003). ¡Qué fácil es enamorarse y qué difícil mantenerse enamorado! El Amor inteligente es aquel que es capaz de reunir en una fórmula tres elementos distintos: un conocimiento de lo que son los sentimientos; la aplicación de la cabeza pero sin que ese amor pierda frescura, lozanía y espontaneidad; y la espiritualidad, que lo hace vertical y trascendente. En una palabra: aspirar a una afectividad con una cierta madurez, poner sobre la mesa lo mejor de la inteligencia y tener una visión con ideales que lo elevan por encima de su realidad. En el tablero del ajedrez de la vida juegan los sentimientos y la razón, arbitrados por la cultura. El amor sin sacrificio se da en los adolescentes, en las películas americanas y en las personas inmaduras. Es un desconocimiento que vuelve vulnerable en exceso al que lo padece. El mejor amor se echa a perder si no se le cuida a base de detalles pequeños. El amor es como el vino: necesita unas cubas donde criarse; requiere una temperatura adecuada y por supuesto, tiempo. Pero lo más importante es la calidad de la uva. EL AMOR INTELIGENTE Conferencia del Dr. Enrique Rojas 1 , en el II Congreso Internacional de la Familia en Bogotá (sobre el tema: “De la afectividad al corazón: un camino hacia el interior de la persona”), en agosto de 2003, promovido por el Instituto de la Familia de la Universidad de la Sabana y por la Corporación de Padres de Familia (CORPAF). Acaba de aparecer un libro mío con este título. Su tema: explicar las claves para mantener la estabilidad conyugal, en estos tiempos que nos ha tocado vivir, tan apasionantes y a la vez, en donde hay tanta gente perdida en un asunto tan esencial como éste. El siglo XVIII fue ilustrado entronizando la razón. El XIX, Romántico, exaltando el mundo sentimental y las pasiones que recorren la geografía humana. No se ha producido en el siglo XX un ensamblaje de ambos. Parece que la cabeza y el corazón siguen a la gresca, cada uno por su sitio, sin posibilidad de encontrarse y formar un binomio bien avenido. Unamuno habló de Amor y conocimiento. Hoy estamos asistiendo a un cierto analfabetismo sentimental, especialmente marcado en el hombre. La mujer sabe más, tiene un conocimiento más hondo de lo afectivo. Pero la palabra Amor está cargada de múltiples sentidos. Explicarla con cierto rigor no es fácil. Solo hay que echar una mirada a nuestro alrededor para ver su uso, abuso, manipulación, falsificación y cosificación. Veo a la palabra Amor desmoronada. La adulteración se ha ido expandiendo como un mancha de aceite, lo que ha conducido a una suerte de desconcierto, que ha originado una tupida red de contradicciones. No tener las ideas claras en algo tan primordial, a la larga va a ser dramático. Vemos una mezcla de hechos, conceptos, intenciones, que producen una verdadera jungla terminológica. Así está el mundo Occidental. A cualquier cosa se le llama amor. Tan es así, que en los segundos enganches y ase va con otras mimbres y se ven las cosas de otro modo. Algunos amores cuando 1 Catedrático de Psiquiatría y Director del Instituto Español de Investigaciones Psiquiátricas de Madrid. Sobre el tema ha publicado el libro “El amor inteligente. Corazón y cabeza: claves para construir una pareja feliz”, Temas de Hoy. Colección «Vivir mejor», abril de 2008. 2 llegan suelen ser bastante ciegos, pero cuando se van son demasiado lúcidos. La vida enseña más que muchos libros. Es la gran maestra. Por eso, comprender tarde, es no comprender. El Amor es lo más importante de la vida. Su principal guión, en la mitología griega, Eros es hijo de Penia y de Poros: de la riqueza y de la pobreza. Esta es su estructura paradójica. Poros era la personificación del recurso; Penia, representaba a la escasez y aparece como una mujer agobiada por un peso que le impide avanzar. ¡Que fácil es enamorarse y qué difícil mantenerse enamorado! Por eso quiero ofrecer otra visión de la jugada, distintas de la que dan los medios de comunicación y sobre todo la televisión. Para mi la televisión es una factoría de banalizaciones. Todo lo convierte es divertido, juguetón , trivial, intrascendente, liviano, epidérmico, porque lo importante es pasar el rato y que la gente no piense. El amor inteligente viene a contrarrestar esa ola torpe y hueca, que se va colando por los entresijos del tejido social y pretende llevarse por delante una de la experiencias más decisivas de la condición humana. El Amor inteligente es aquel que es capaz de reunir en una formula tres elementos distintos: un conocimiento de lo que son los sentimientos; la aplicación de la cabeza pero sin que ese amor pierda frescura, lozanía y espontaneidad; y la espiritualidad, que lo hace vertical y trascendente. En una palabra: aspirar a una afectividad con una cierta madurez, poner sobre la mesa lo mejor de la inteligencia y tener una visión con ideales que lo elevan por encima de su realidad. En el tablero del ajedrez de la vida juegan los sentimientos y la razón, arbitrados por la cultura. El Amor inteligente sabe que lo cotidiano nunca es banal, ni insignificante. El mejor amor se echa a perder si no se le cuida a base de detalles pequeños. El amor es como el vino: necesita unas cubas donde criarse; requiere una temperatura adecuada y por supuesto, tiempo. Pero lo más importante es la calidad de la uva. El amor es de calidad cuando uno sabe que éste tiene un alto porcentaje de artesanía psicológica. Cuidarlo con esmero de orfebre. Sabiendo que hay una etapa de aprendizaje, en donde cuesta hacerse con las riendas del tema y es menester tomar nota e ir captando los recobecos de su geometría. A lo largo de todo el libro hay una idea directriz que pilota el argumento del mismo: Para estar con alguien, hay que estar bien primero con uno mismo. Haber alcanzo, perseguido, un cierto equilibrio personal, que implica llevarse bien con uno mismo y estar relativamente contento con la forma de ser que hemos ido produciendo con nuestra conducta. No hay felicidad sin amor, y no hay amor sin renuncias. El amor nos hace libres y esclavos, nos emancipa y nos sujeta, nos da alas y a la vez, no planea a vuelo raso sobre la realidad más cercana en la que estamos situados. El amor sin sacrificio se da en los adolescentes, en las películas americanas y en las personas inmaduras. Es un desconocimiento que vuelve vulnerable en exceso al que lo padece. 3 El amor inteligente se va haciendo fino, delicado, atento, minucioso, buscando siempre el bien del otro. Una tarea de creación producida con arte, paciencia, tallada con los mejores materiales posibles. Es la manera de ir consiguiendo que no tenga fecha de caducidad. Hoy, los mercaderes del templo venden el amor de rebajas, todo a saldo y a la vez, jugando con las palabras, llamándole al sexo amor. Se intensifican las paradojas y la ceremonia de la confusión está servida. Esta es la realidad, que puede y debe ser modificada, cuando hay interés en negarse a seguir los mensajes generales que llegan por doquier, vacíos de ideas, exigencias e inteligencia. El amor no puede ser algo crítico, enigmático, indescifrable, sometido a unos vientos exteriores difíciles de gobernar. ¿Cómo una parcela tan importante de la existencia va a discurrir por ese sendero irracional, impenetrable, secreto? Es cierto que la vida afectiva tiene vertientes misteriosas, recodos sorprendentes, pero también es verdad que la pupila humana puede adentrarse por sus paisajes más íntimos y hacer una lectura sosegada e inteligente, que lleve a sintetizar sus principales claves. Cada cultura se define por el tipo de sentimientos que transmite. La educación sentimental es la asignatura pendiente del curriculum académico de Occidente. ¿Dónde se explica, en qué aulas se habla de ella, donde se la expone con rigor, que personas abren sus compuertas y enseñan lo que se aloja dentro de ella? Ahí entra de lleno el tema de la convivencia diaria, uno de sus apartados más fecundos. La convivencia es un arte hilvanado de los mejores ingredientes: generosidad, comprensión, capacidad para ceder y ponerse en el lugar del otro y sobre todo, el saber perdonar. El perdón es una de las formas más grandes de amor. Convivir es tratarse, esforzarse por hacer la vida amable, relación de intimidad en donde vienen a reunirse lo físico, lo psicológico y lo cultural. El amor inteligente nos mantiene jóvenes. La juventud no es un periodo de la vida, sino una actitud, un talante interior, que se fundamenta en la victoria sobre uno mismo en las cosas pequeñas del día a día. No se hace uno viejo por haber vivido muchos años, sino por haber defraudado sus ideales. Eres tan joven como tus ilusiones y tan viejo como tu apatía y tu falta de entusiasmo. Uno se mantiene en plena forma siempre que está abierto a lo grande y bello que nos ofrece la vida. El cínico se ha hecho mayor a fuerza de no creer en nada ni en nadie. El escepticismo se alberga en su interior y pone unas notas de incredulidad, que culmina en una indiferencia por saturación de contradiciones. Pascal en uno de sus célebres pensamientos decía: “El corazón tiene razones que la razón desconoce”. El corazón esta para querer y la cabeza, para pensar e indicar al primero el camino que debe seguir. ordenar y racionalizar los sentimientos, pero sin que estos pierdan su brisa flamante, su vigor juvenil exuberante y jugoso. La lógica se hace atractiva, amena, original, moderna, en donde el sentido del humor y los recursos psicológicos llevan la voz cantante. 4 Luego vienen toda una serie de ingredientes que se arremolinan en torno a él. Quizá el más importante, desde mi punto de vista, es la comunicación: la cual tiene tres representantes con luz propia. Comunicación verbal (la palabra hablada), no verbal (los gestos y ademanes) y la comunicación sexual. Entre ellas se establece un continuum que los enlaza, un tejido hilvanado del mismo hilo. El Lenguaje verbal va desde el saber escuchar, hasta la posibilidad de establecer un dialogo abierto y respetuoso, pasando por ese saber centrarse en un tema personal espinoso sin que salgan otros antiguos almacenados en el fondo de la memoria. Cuidar y procurar no sacar la lista de agravios es una de las tareas más decisivas. Quien gobierna su lengua, bien se puede decir que se controla en un noventa por ciento. El Lenguaje no verbal nos pone sobre cosas muy concretas: poner buena cara en momentos difíciles, evitar gestos despreciativos o descalificantes, que impiden la aproximación. Entre lo verbal y lo verbal se producen unas estrechas relaciones de ida y vuelta. La sexualidad debe ser antes que nada comunicación. Una pareja con mala relación sexual está en peligro de venirse abajo si no se pone remedio pronto. Esta es una conexión íntima de persona a persona, no de cuerpo a cuerpo. Cuando al otro se le trata solo como sexo, llamando únicamente al plano Físico, la del cuerpo, se está escamoteando la grandeza y profundidad de ese encuentro. La sexualidad desconectada de los sentimientos rebaja y envilece a la pareja. Quiero terminar. Solo quien es libre es capaz de comprometerse. La libertad de cada uno queda comprometida en el amor. www.parroquiasantamonica.com Vida Cristiana 

lunes, 5 de diciembre de 2016

Sobre la amistad (2013).


1 Sobre la amistad (2013). Comentario a una nota escrita por John a su amigo Jack Pinto, un niño de 6 años víctima de la matanza llevada a cabo en una escuela de primaria de Newton Bee (Connecticut, EE.UU), hace más de medio año, donde fueron asesinados 20 niños y siete adultos. John colgó en la pared de la escuela dos fotografías en las que aparecía con su amigo y escribió, con letra de niño, estas palabras: “Jack, eres mi mejor amigo. Nos divertíamos juntos. Te echaré de menos. Estarás en mis oraciones. Te quiero Jack. Con amor, John”. Cfr. Eres mi mejor amigo Publicado el 30/09/2013 por blogfamiliaactual Ha pasado más de medio año desde aquella matanza llevada a cabo en una escuela de primaria de Newton Bee (Connecticut, EE.UU.), donde fueron asesinados 20 niños y 7 adultos. Fue algo espantoso y resulta difícil volver a hablar sobre ello. Pero estos días en que nuestros hijos han vuelto a la escuela, a la rutina del curso, a las clases y a los patios y se han reencontrado con sus compañeros y con sus amigos, hemos recordado una nota escrita por John a su amigo Jack Pinto, un niño de 6 años víctima de aquella masacre. John colgó en la pared de la escuela dos fotografías en las que aparecía con su amigo y escribió, con letra de niño, estas palabras: “Jack, eres mi mejor amigo. Nos divertíamos juntos. Te echaré de menos. Estarás en mis oraciones. Te quiero Jack. Con amor, John”. En esta sencilla nota se encierra la esencia de la amistad. John, a sus 6 años, escribió lo que sentía por un amigo que acababa de ser asesinado y nos dejó una definición llana e inocente de la amistad auténtica. En primer lugar, el verdadero amigo siempre es el mejor amigo, no porque sea el mejor sino porque nos hace ser mejores. Es lo que decía el viejo Aristóteles, que la verdadera amistad se da entre hombres virtuosos, ya que los malvados no son propiamente amigos, 2 sino cómplices de sus fechorías. Los buenos, en cambio, aman a sus amigos y quieren su bien. La amistad los hace mejores. En segundo lugar, el filósofo griego también decía que los amigos quieren convivir y compartir, por eso, juegan juntos, practican los mismos deportes y aficiones, les gusta charlar y no se cansan nunca de su mutua compañía, es decir, como escribió el pequeño John: “nos divertíamos juntos”. En tercer lugar, la clave es ese “juntos”, por eso, cuando falta el amigo se le echa de menos, porque nos falta una parte de nosotros mismos. Los amigos, sigue diciendo Aristóteles, quieren estar siempre unidos, frecuentar el trato y compartir aficiones y formas de pensar, son “dos caminando juntos, un alma en dos cuerpos”. En cuarto lugar, nos preocupamos por los amigos, nos desvivimos por ellos, por eso, John le dice a Jack que siempre estará en sus oraciones, que rezará por él, porque la amistad duplica las alegrías y divide las angustias. Gracias a ella los bienes son mejores y los males se soportan con más facilidad. En las desgracias, los amigos son como un refugio; en la prosperidad, una bendición. Por último, la amistad es una forma de amor, su matriz está en el compañerismo, como decía C. S. Lewis, pero los amigos comparten una mayor intimidad. Tampoco son como los enamorados, que se miran mutuamente, sino que uno va al lado del otro (como John y Jack en una de las fotografías) y miran al mismo objetivo. El amor es siempre gratuito, por eso, sentimos que nuestros amigos son inmerecidos y los hemos de guardar como auténticos tesoros. Una nota de un niño de 6 años, tan sencilla y tan profunda. www.parroquiasantamonica.com Vida Cristiana

6º Domingo de Pascua, Año B (2015).


1 6º Domingo de Pascua, Año B (2015). La amistad con Dios en Cristo. Él realmente me conoce personalmente. La amistad que Él me ofrece significa que yo trate siempre de conocerle mejor. Señor, ayúdame siempre a conocerte mejor. Ayúdame a estar cada vez más unido a tu voluntad. Ayúdame a vivir mi vida, no para mí mismo, sino junto a Ti para los otros. Ayúdame a ser cada vez más tu amigo. La amistad es comunión de voluntades. El don de la piedad: es nuestra amistad con Dios. Nos lleva a vivir como hijos de Dios y nos ayuda a derramar este amor también sobre los otros y a reconocerlos como hermanos. Caminos para el encuentro con Dios en la amistad de Cristo: a) Sobre todo en los sacramentos, en particular en la Eucaristía y en la Reconciliación; b) en la escucha de su Palabra Cfr. VI Domingo de Pascua Año B 10 de mayo de 2015 Juan 15, 9-17; 1 Juan 4, 7-10 Juan 15, 9-17: 9 Como el Padre me ama, así también os amo yo; permaneced en mi amor. 10 Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor, como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor. 11 Os digo esto, para que mi alegría esté con vosotros, y vuestra alegría sea plena. 12 Este es mi mandamiento: que os améis los unos a los otros como yo os he amado. 13 Nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos. 14 Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando. 15 No os llamo ya siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su amo; a vosotros os llamo amigos porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer. 16 No me habéis elegido vosotros a mí, sino que yo os he elegido a vosotros, y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y que vuestro fruto permanezca; de modo que todo lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo conceda. 17 Lo que os mando es que os améis los unos a los otros.» Vosotros sois mis amigos si hacéis lo que yo os mando. Os llamo amigos porque os he dado a conocer todo lo que he oído de mi Padre. Os he destinado para que vayáis y deis fruto y vuestro fruto permanezca. (Juan 15, 14-16) 1. Dios habla a los hombres como amigos y trata con ellos para invitarlos y recibirlos en su compañía. La esclavitud se caracteriza por la ignorancia y por el miedo; por el contrario en la amistad hay confidencia entre Jesús y sus discípulos. • Juan Pablo II, Exhortac. Apostólica Pastoral «Pastores dabo vobis», 25 de marzo de 1992, n. 47: «Es necesario acercarse y escuchar la Palabra de Dios tal como es, pues hace encontrar a Dios mismo, a Dios que habla al hombre; hace encontrar a Cristo, el Verbo de Dios, la Verdad que a la vez es Camino y Vida (cf. Juan 14, 6). Se trata de leer las "escrituras" escuchando las "palabras", la "Palabra" de Dios, como nos recuerda el Concilio: "La Sagrada Escritura contiene la Palabra de Dios, y en cuanto inspirada es realmente Palabra de Dios"1 . Y el mismo Concilio: "En esta revelación Dios invisible (cf. Corintios 1, 15; 1Timoteo 1, 17), movido de amor, habla a los hombres como a amigos (cf. Exodo 33, 11; Juan 15, 14-15), trata con ellos (cf. Baruc 3, 38) para invitarlos y recibirlos en su compañía"2 .» • La esclavitud se caracteriza por la ignorancia y el miedo (el siervo no sabe lo que hace su amo: Juan 15,15); por el contrario en la amistad hay confidencia entre Jesús y sus discípulos, y Jesús nos ayuda a descubrir a Dios (os llamo amigos porque os he dado a conocer todo lo que le ha oído a mi Padre: Juan 15, 15). ). 1 Const. dogm. sobre la divina revelación Dei Verbum, 24. 2 Ibid., 2. 2 2. «Ya no os llamo siervos, sino amigos» (Juan 15, 15) Cfr. Benedicto XVI, Homilía, Solemnidad de San Pedro y San Pablo, 29 junio 2011. 60º Aniversario Ordenación Sacerdotal. ¿Qué es realmente la amistad? o Él realmente me conoce personalmente. La amistad que Él me ofrece significa que yo trate siempre de conocerle mejor. Señor, ayúdame siempre a conocerte mejor. Ayúdame a estar cada vez más unido a tu voluntad. Ayúdame a vivir mi vida, no para mí mismo, sino junto a Ti para los otros. Ayúdame a ser cada vez más tu amigo. ¿Qué es realmente la amistad? Ídem velle, ídem nolle – querer y no querer lo mismo, decían los antiguos. La amistad es una comunión en el pensamiento y el deseo. El Señor nos dice lo mismo con gran insistencia: «Conozco a los míos y los míos me conocen» (cf. Juan 10,14). El Pastor llama a los suyos por su nombre (cf. Juan 10,3). Él me conoce por mi nombre. No soy un ser anónimo cualquiera en la inmensidad del universo. Me conoce de manera totalmente personal. Y yo, ¿le conozco a Él? La amistad que Él me ofrece sólo puede significar que también yo trate siempre de conocerle mejor; que yo, en la Escritura, en los Sacramentos, en el encuentro de la oración, en la comunión de los Santos, en las personas que se acercan a mí y que Él me envía, me esfuerce siempre en conocerle cada vez más. La amistad no es solamente conocimiento, es sobre todo comunión del deseo. Significa que mi voluntad crece hacia el «sí» de la adhesión a la suya. En efecto, su voluntad no es para mí una voluntad externa y extraña, a la que me doblego más o menos de buena gana. No, en la amistad mi voluntad se une a la suya a medida que va creciendo; su voluntad se convierte en la mía, y justo así llego a ser yo mismo. Además de la comunión de pensamiento y voluntad, el Señor menciona un tercer elemento nuevo: Él da su vida por nosotros (cf. Juan 15,13; 10,15). Señor, ayúdame siempre a conocerte mejor. Ayúdame a estar cada vez más unido a tu voluntad. Ayúdame a vivir mi vida, no para mí mismo, sino junto a Ti para los otros. Ayúdame a ser cada vez más tu amigo. Las palabras de Jesús sobre la amistad están en el contexto del discurso sobre la vid. o El Señor enlaza la imagen de la vid con una tarea que encomienda a los discípulos: «Os he elegido y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto permanezca». El discípulo de Jesús debe ponerse en camino, salir de sí mismo e ir hacia los otros. Las palabras de Jesús sobre la amistad están en el contexto del discurso sobre la vid. El Señor enlaza la imagen de la vid con una tarea que encomienda a los discípulos: «Os he elegido y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y vuestro fruto permanezca» (Juan 15,16). El primer cometido que da a los discípulos, a los amigos, es el de ponerse en camino –os he destinado para que vayáis-, de salir de sí mismos y de ir hacia los otros. Podemos oír juntos aquí también las palabras que el Resucitado dirige a los suyos, con las que san Mateo concluye su Evangelio: «Id y enseñad a todos los pueblos...» (cf. Mateo 28,19s). El Señor nos exhorta a superar los confines del ambiente en que vivimos, a llevar el Evangelio al mundo de los otros, para que impregne todo y así el mundo se abra para el Reino de Dios. Esto puede recordarnos que el mismo Dios ha salido de sí, ha abandonado su gloria, para buscarnos, para traernos su luz y su amor. Queremos seguir al Dios que se pone en camino, superando la pereza de quedarnos cómodos en nosotros mismos, para que Él mismo pueda entrar en el mundo. o La tarea del discípulo es la de dar fruto, que es la uva, de la que se hace el vino. Para que madure la uva se necesita sol, y lluvia, el día y la noche. Para que madure un vino de calidad se requiere la paciencia de la fermentación, los atentos cuidados de los procesos de maduración. Después de la palabra sobre el ponerse en camino, Jesús continúa: dad fruto, un fruto que permanezca. ¿Qué fruto espera Él de nosotros? ¿Cuál es el fruto que permanece? Pues bien, el fruto de la vid 3 es la uva, del que luego se hace el vino. Detengámonos un momento en esta imagen. Para que una buena uva madure, se necesita sol, pero también lluvia, el día y la noche. Para que madure un vino de calidad, hay que prensar la uva, se requiere la paciencia de la fermentación, los atentos cuidados que sirven a los procesos de maduración. Un vino de clase no solamente se caracteriza por su dulzura, sino también por la riqueza de los matices, la variedad de aromas que se han desarrollado en los procesos de maduración y fermentación. (…) Necesitamos el sol y la lluvia, la serenidad y la dificultad, las fases de purificación y prueba, y también los tiempos de camino alegre con el Evangelio. Volviendo la mirada atrás, podemos dar gracias a Dios por ambas cosas: por las dificultades y por las alegrías, por las horas oscuras y por aquellas felices. En las dos reconocemos la constante presencia de su amor, que nos lleva y nos sostiene siempre de nuevo. o El vino es imagen del amor: el verdadero fruto que permanece, el que Dios quiere de nosotros. Amor a Dios y al prójimo. Conlleva en sí la carga de la paciencia, de la humildad, de la maduración de nuestra voluntad en la formación e identificación con la voluntad de Dios, la voluntad de Jesucristo, el Amigo. El vino que se espera de la uva selecta es sobre todo imagen de la justicia, que se desarrolla en una existencia vivida según la ley de Dios. De este modo crece la verdadera alegría. Ahora, sin embargo, debemos preguntarnos: ¿Qué clase de fruto es el que espera el Señor de nosotros? El vino es imagen del amor: éste es el verdadero fruto que permanece, el que Dios quiere de nosotros. Pero no olvidemos que, en el Antiguo Testamento, el vino que se espera de la uva selecta es sobre todo imagen de la justicia, que se desarrolla en una existencia vivida según la ley de Dios. Y no digamos que esta es una visión veterotestamentaria ya superada: no, ella sigue siendo siempre verdadera. El auténtico contenido de la Ley, su summa, es el amor a Dios y al prójimo. Este doble amor, sin embargo, no es simplemente algo dulce. Conlleva en sí la carga de la paciencia, de la humildad, de la maduración de nuestra voluntad en la formación e identificación con la voluntad de Dios, la voluntad de Jesucristo, el Amigo. Sólo así, en el hacerse todo nuestro ser verdadero y recto, también el amor es verdadero; sólo así es un fruto maduro. Su exigencia intrínseca, la fidelidad a Cristo y a su Iglesia, requiere que se cumpla siempre también en el sufrimiento. Precisamente de este modo, crece la verdadera alegría. En el fondo, la esencia del amor, del verdadero fruto, se corresponde con las palabras sobre el ponerse en camino, sobre el salir: amor significa abandonarse, entregarse; lleva en sí el signo de la cruz. 3. La amistad es comunión de voluntades. Card. Joseph Ratzinger, Homilía, en la misa por la elección del Papa, 18 de abril de 2005 La amistad es la comunión de las voluntades, donde tiene lugar nuestra redención. El segundo elemento con el que Jesús define la amistad es la comunión de las voluntades. «Idem velle – idem nolle», era también para los romanos la definición de la amistad. «Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando» (Juan 15, 14). La amistad con Cristo coincide con lo que expresa la tercera petición del Padrenuestro: «Hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo». En la hora de Getsemaní, Jesús transformó nuestra voluntad humana rebelde en voluntad conformada y unida con la voluntad divina. Sufrió todo el drama de nuestra autonomía y, al llevar nuestra voluntad en las manos de Dios, nos da la verdadera libertad: «pero no sea como yo quiero, sino como quieras tú» (Mateo 26, 39). En esta comunión de las voluntades tiene lugar nuestra redención: ser amigos de Jesús, convertirse en amigos de Dios. Cuanto más amamos a Jesús, más le conocemos, más crece nuestra auténtica libertad, la alegría de ser redimidos. ¡Gracias, Jesús, por tu amistad! 4. El don de la piedad: es nuestra amistad con Dios Francisco, Catequesis, Audiencia General, 4 de junio de 2014 4 Es nuestra amistad con Dios, que nos ha dado Jesús, una amistad que cambia nuestras vidas y nos llena de entusiasmo y alegría. o Nos lleva a vivir como hijos de Dios y nos ayuda a derramar este amor también sobre los otros y a reconocerlos como hermanos. Seremos capaces de gozar con quien está alegre, de llorar con quien llora, de estar cerca de quien está solo o angustiado, de corregir a quien está en error, de consolar a quien está afligido, de acoger y socorrer a quien está necesitado. Indica nuestra pertenencia a Dios y nuestro profundo vínculo con Él, un vínculo que da sentido a toda nuestra vida y nos mantiene unidos, en comunión con Él, incluso en los momentos más difíciles y atormentados. Este vínculo con el Señor no debe interpretarse como un deber o una imposición: es un vínculo que viene desde dentro. Se trata, en cambio, de una relación vivida con el corazón: es nuestra amistad con Dios, que nos ha dado Jesús, una amistad que cambia nuestras vidas y nos llena de entusiasmo y alegría. Por esta razón, el don de la piedad suscita en nosotros, sobre todo, gratitud y alabanza. Es éste, en realidad, el motivo y el sentido más auténtico de nuestro culto y de nuestra adoración. Cuando el Espíritu Santo nos hace sentir la presencia del Señor y de todo su amor por nosotros, nos reconforta el corazón y nos mueve de forma natural a la oración y la celebración. Piedad, por tanto, es sinónimo de auténtico espíritu religioso, de confianza filial con Dios, de aquella capacidad de rezarle con amor y sencillez que caracteriza a los humildes de corazón. Si el don de la piedad nos hace crecer en la relación y en la comunión con Dios y nos lleva a vivir como sus hijos, al mismo tiempo nos ayuda a derramar este amor también sobre los otros y a reconocerlos como hermanos. (…) Seremos capaces de gozar con quien está alegre, de llorar con quien llora, de estar cerca de quien está solo o angustiado, de corregir a quien está en error, de consolar a quien está afligido, de acoger y socorrer a quien está necesitado. Hay una relación, muy, muy estrecha entre el don de piedad y la mansedumbre. El don de piedad que nos da el Espíritu Santo nos hace apacibles. Nos hace tranquilos, pacientes, en paz con Dios, al servicio de los otros con apacibilidad. 5. La amistad con Jesús es para todos. Es esencial tener confianza en el Señor. Papa Francisco en Twitter: • Todos estamos llamados a la amistad con Jesús. No tengan miedo al amor del Señor. (3 de diciembre de 2013). • Es importante tener amigos en quien confiar. Pero es esencial tener confianza en el Señor, que nunca falla. (3 de febrero de 2014). 6. Caminos para el encuentro con Dios en la amistad de Cristo. Mensaje de Francisco a los jóvenes de Lituania, 21 de junio de 20113 a) Sobre todo en los sacramentos, en particular en la Eucaristía y en la Reconciliación El encuentro con el amor de Dios en la amistad de Cristo es posible sobre todo en los sacramentos, en particular la Eucaristía y la Reconciliación. En la santa misa nosotros celebramos el memorial del sacrificio del Señor, su entrega total por nuestra salvación: también hoy Él dona realmente su cuerpo por nosotros y derrama su sangre para redimir los pecados de la humanidad y hacernos entrar en comunión con Él. En la Penitencia, Jesús nos acoge con todas nuestras limitaciones, nos trae la misericordia del Padre que nos perdona, y transforma nuestro corazón, convirtiéndolo en un corazón nuevo, capaz de amar como Él, que 5 amó a los suyos hasta el extremo (cf. Jn 13, 1). Y este amor se manifiesta en su misericordia. Jesús siempre nos perdona. b) en la escucha de su Palabra Otro camino privilegiado para crecer en la amistad con Cristo es la escucha de su Palabra. El Señor nos habla en la intimidad de nuestra conciencia, nos habla a través de la Sagrada Escritura, nos habla en la oración. Aprended a permanecer en silencio ante Él, a leer y meditar la Biblia, especialmente los Evangelios, a dialogar con Él cada día para sentir su presencia de amistad y de amor. Y aquí quisiera subrayar la belleza de una oración contemplativa sencilla, accesible a todos, grandes y pequeños, cultos o poco instruidos; es la oración del santo rosario. En el rosario nosotros nos dirigimos a la Virgen María para que nos guíe hacia una unión cada vez más estrecha con su Hijo Jesús para identificarnos con Él, tener sus sentimientos, actuar como Él. En el rosario, de hecho, repitiendo el Ave, María, nosotros meditamos los misterios, los hechos de la vida de Cristo para conocerle y amarle cada vez más. El rosario es un instrumento eficaz para abrirnos a Dios, para que nos ayude a vencer el egoísmo y llevar paz a los corazones, a las familias, a la sociedad y al mundo. El amor de Cristo y su amistad no son un espejismo. o Sed testigos de Cristo en vuestros ambientes cotidianos, con sencillez y valentía. Estad siempre atentos a los demás, especialmente a las personas más pobres y más débiles, viviendo y testimoniando el amor fraterno, contra todo egoísmo y cerrazón. Mostrar sobre todo el Rostro de la misericordia y del amor de Dios, que siempre perdona, alienta, dona esperanza. Queridos jóvenes, el amor de Cristo y su amistad no son un espejismo —Jesús en la Cruz muestra cuán concretos son— ni están reservados a pocos. Vosotros encontraréis esta amistad y experimentaréis toda la fecundidad y la belleza si le buscáis con sinceridad, os abrís con confianza a Él y cultiváis con empeño vuestra vida espiritual acercándoos a los sacramentos, meditando la Sagrada Escritura, orando con constancia y viviendo intensamente en la comunidad cristiana. Sentíos parte viva de la Iglesia, comprometidos en la evangelización, en unión con los hermanos en la fe y en comunión con vuestros pastores. ¡No tengáis miedo de vivir la fe! Sed testigos de Cristo en vuestros ambientes cotidianos, con sencillez y valentía. A quienes encontréis, a vuestros coetáneos, sabed mostrar sobre todo el Rostro de la misericordia y del amor de Dios, que siempre perdona, alienta, dona esperanza. Estad siempre atentos a los demás, especialmente a las personas más pobres y más débiles, viviendo y testimoniando el amor fraterno, contra todo egoísmo y cerrazón. www.parroquiasantamonica.com Vida Cristiana

Marta, María y Lázaro. Tres hermanos, amigos del Señor. La imagen de estas tres personas.


 Marta, María y Lázaro. Tres hermanos, amigos del Señor. La imagen de estas tres personas. Lucas 10, 38-42: 38 Cuando iban de camino entró en cierta aldea, y un a mujer llamada Marta le recibió en su casa. 39 Tenía ésta una hermana llamada María que, sentada a los pies del Señor, escuchaba su palabra. 40 Pero Marta andaba afanada con numerosos quehaceres y poniéndose delante dijo: “Señor, ¿no te importa que mi hermana me deje sola en las tareas de servir? Dile entonces que me ayude”. 41 Pero el Señor le respondió: “Marta, Marta, tú te preocupas y te inquietas por muchas cosas. 42 Pero una sola cosa es necesaria: María ha escogido la mejor parte, que no le será arrebatada” [Domingo 16 del Tiempo Ordinario, Ciclo C] 1 Marta, María y Lázaro: tres hermanos amigos del Señor. La imagen de estas tres personas. Cfr. Romano Guardini, El Señor, Ediciones Cristiandad, pp. 241-242 “Hay tres personas que de una manera tan sencilla como íntima estuvieron unidas al señor: los hermanos Lázaro, Marta y María, de Betania. »En primer lugar llama la atención una cosa. Entre los hermanos había ciertamente un varón, Lázaro. Según la antigua costumbre, él era el cabeza de familia y el dueño de la casa. Pero aquí se dice que “una mujer, de nombre Marta, lo recibió en su casa”. Por tanto, la que mandaba en casa era ella. Un gobierno oneroso y cordial, desde luego, pero en cualquier caso era Marta la que mandaba. »Lázaro, por el contrario, debió ser una persona introvertida y de intensa vida interior, y ya desde este momento queremos llamar la atención sobre el rasgo que realmente define toda su vida: Lázaro calla. Nunca oímos una palabra suya. Al compararlo con su enérgica hermana, de mano firme y palabra ágil y certera, comprendemos la especial profundidad de su silencio … (…) »Después se habla también del tercer miembro de la familia: María. También ella ha confiado a su hermana el gobierno de la casa. Probablemente era más joven que Marta y, en todo caso, de un carácter más callado e introvertido. Eso se nota también en su manera de comportarse. Cuando llega el Señor a su casa, y el sentido de la hospitalidad debería haberla obligado a multiplicar sus desvelos para agasajarle, ella se sienta a sus pies y lo escucha, de manera que Marta, en el fondo, no deja de tener razón cuando se queja de su negligencia. »Pero al mismo tiempo se ve que en casa de estos tres hermanos; Jesús se encuentra realmente como en la suya. Porque si se hubiera presentado allí como el Maestro de otras ocasiones, rodeado de temor y respeto, Marta no se habría atrevido a importunar al huésped con su queja sobre la actitud de su hermana. Si lo hace, es porque él es realmente el amigo de la casa. Por eso, también él toma la palabra y responde, aunque no como esperaba Marta. Tanto más gratificante debió ser la respuesta para el corazón de la hermana”. www.parroquiasantamonca.com Vida Cristiana 1 Se habla también de los tres hermanos en Juan 11, 1-44. En varios versos se refiere cómo quería Jesús a estos tres hermanos: v. 3 Las hermanas le mandaron recado a Jesús diciendo: «Señor, el que tú amas está enfermo». v. 5 Jesús amaba a Marta, a su hermana y a Lázaro; 11 Dicho esto, añadió: «Lázaro, nuestro amigo, está dormido: voy a despertarlo»; 36 Los judíos comentaban: «¡Cómo lo quería!»; 38 Jesús, conmovido de nuevo en su interior, llegó a la tumba.
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