sábado, 1 de diciembre de 2018

Domingo primero de Adviento (2018) Ciclo C. La vigilancia y la oración, donde el discípulo espera atento. La oración de los discípulos es un combate, y el Espíritu Santo trata de despertarnos continuamente a la vigilancia.





Ø Domingo primero de Adviento (2018) Ciclo C.  La vigilancia y la oración, donde el discípulo espera atento. La oración de los discípulos es un combate, y el Espíritu Santo trata de despertarnos continuamente a la vigilancia.  Dos números del Catecismo de la Iglesia Católica.


v Cfr. I Domingo de Adviento, Año C

2 diciembre 2018
Jeremías 33, 14-16; Sal 25 (24); 1 Tesalonicenses 3, 12 – 4,2; Lucas 21, 25-28.34-36
Salmo responsorial Salmo 25 (24) 4-5. 8-9. 10 y 14. (R.: 1B)  

Vigilad orando en todo tiempo.
 (Evangelio de hoy, Lucas 21, 36)
A ti, Señor, levanto mi alma
(Salmo responsorial 24,1B)

Lucas 21, 25-28.34-36: 25 «Habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas; y en la tierra, angustia de las gentes, perplejas por el estruendo del mar y de las olas, 26 muriéndose los hombres de terror y de ansiedad por las cosas que vendrán sobre el mundo; porque las fuerzas de los cielos serán sacudidas. 27 Y entonces verán venir al Hijo del hombre en una nube con gran poder y gloria. 28 Cuando empiecen a suceder estas cosas, cobrad ánimo y levantad la cabeza porque se acerca vuestra liberación.» 34 «Vigilaos a vosotros mismos, para que vuestros corazones no estén ofuscados por el libertinaje, la embriaguez y los afanes  de esta vida, y aquel día no sobrevenga de improviso sobre vosotros, 35 porque caerá como un lazo sobre todos aquellos que habitan en la faz de la tierra. 36 Vigilad orando en todo tiempo, a fin de que podáis evitar todos estos males que van a suceder, y podáis comparecer delante del Hijo del hombre.»

1 Tesalonicenses 3,12-4,2: 12 Hermanos, que el Señor os colme y os haga rebosar de amor mutuo y de amor a todos, lo mismo que nosotros os amamos a vosotros; 13 y que afiance así vuestros corazones, de modo que os presentéis ante Dios, nuestro Padre, santos e irreprochables en la venida de nuestro Señor Jesús con todos sus santos. 4 Por lo demás, hermanos, os rogamos y exhortamos en el Señor Jesús: ya habéis aprendido de nosotros cómo comportarse para agradar a Dios; pues comportaos así y seguid adelante. 2 Pues ya conocéis las instrucciones que os dimos, en nombre del Señor Jesús.

Salmo 25 (24): R. A ti, Señor, levanto mi alma. 4 Muéstrame tus caminos, Señor, enséñame tus sendas. 5 Hazme caminar en tu fidelidad, instrúyeme, pues Tú eres mi Dios salvador. 8  El Señor es bueno y recto; por eso enseña el camino a los pecadores. 9  Guía a los mansos en la justicia, enseña su camino a los humildes.  10   Las sendas del Señor  son amor y fidelidad  para los que guardan  su alianza y sus preceptos. 14  El  Señor es amigo de  quienes le temen, a ellos les da a conocer su alianza.

En comunión con su Maestro,
la oración de los discípulos es un combate,
y velando en la oración es como no se cae en la tentación.
(Catecismo, n. 2612)

1.    En la oración, el discípulo espera atento a aquél que "es y que viene”.

·         n. 2612:  En Jesús "el Reino de Dios está próximo", llama a la conversión y a la fe pero también
a la vigilancia. En la oración, el discípulo espera atento a aquél que "es y que viene", en el recuerdo de su primera venida en la humildad de la carne, y en la esperanza de su segundo advenimiento en la gloria (cf Mc 13; Lc 21, 34 - 36). En comunión con su Maestro, la oración de los discípulos es un combate, y velando en la oración es como no se cae en la tentación (cf  Lc 22, 40. 46).

-          Lucas 22, 40: Cuando llegó al lugar,  les dijo: - Orad para no caer en la tentación.
-          Lucas 22, 46: Y les dijo: - ¿Por qué dormís? Levantaos y orad para no caer en la tentación. 



2.    El Espíritu Santo trata de despertarnos continuamente a la vigilancia.

·         n. 2849:  (…)  La vigilancia es "guarda del corazón", y Jesús pide al Padre que "nos guarde en su
Nombre" (Jn 17, 11). El Espíritu Santo trata de despertarnos continuamente a esta vigilancia (cf 1Co 16, 13; Col 4, 2; 1Ts 5, 6; 1P 5, 8). Esta petición adquiere todo su sentido dramático referida a la tentación final de nuestro combate en la tierra; pide la perseverancia final. "Mira que vengo como ladrón. Dichoso el que esté en vela" (Ap 16, 15).

-          Juan 17, 11: Ya no estoy en el mundo, pero ellos están en el  mundo y yo voy a Ti. Padre Santo,
       guarda en tu nombre   
-          1 Corintios 16,13: Vigilad, estad firmes en la fe, sed fuertes, tened ánimo.
-          Colosenses 4,2: Perseverad en la oración, velan en ella con acciones de gracias.
-          1 Tesalonicenses 5,6: Por tanto, no durmamos como los demás, sino estemos en vela y
       mantengámonos sobrios.  
-          1 Pedro 5,8: Sed sobrios y vigilad, porque vuestro adversario, el diablo, como un león rugiente ronda buscando a quien devorar.
-          Apocalipsis 16, 15: Mirad que vengo como un ladrón. Bienaventurado el que esté vigilante y guarde sus vestidos, para no andar desnudo y que le  vean sus vergüenzas.  

3.    Comentarios a dos textos de la Escritura que se acaban de citar.


  • Colosenses 4, 2: “La perseverancia en la oración es un tema ampliamente subrayado en el Nuevo Testamento, como característico de los primeros cristianos (cfr. Lucas 18,1; Romanos 12,12; 1 Tesalonicenses 5, 17, etc.” (Nuevo Testamento, Eunsa 2004).
  • 1 Pedro 5,8: “La lucha ascética para resistir las tentaciones tiene su apoyo en la confianza en Él.”  (Cfr. ibídem, Nota 5,5-11).


Vida Cristiana






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