Ø Un
libro-entrevista de Dominique Wolton: «Politique et société. Rencontres avec
Dominque Wolton». El Papa Francisco conversa con un sociólogo agnóstico.
Política y sociedad
Papa Francisco, Dominique Wolton
Encuentro.
Madrid (2018).
312 págs.
21,50 €.
Traducción: M. M. Leonetti.
Papa Francisco, Dominique Wolton
Encuentro.
Madrid (2018).
312 págs.
21,50 €.
Traducción: M. M. Leonetti.
El autor
de este nuevo libro-entrevista con el Papa, Dominique Wolton, presenta su
trabajo como una investigación –a través de un diálogo que da sentido a la
comunicación humana– acerca de la naturaleza del compromiso social y político
de la Iglesia, y de su diferencia con la de un actor propiamente político.
Aborda las grandes facetas culturales de la modernidad, así como problemas
derivados de las desigualdades humanas o del intento de respuesta desde la
llamada teología de la liberación, ensayo fallido y no grato al actual
pontífice, al que presenta como el “primer papa de la mundialización, a caballo
entre América latina y Europa”. Reconoce que, en las doce entrevistas
realizadas en Santa Marta, entre febrero de 2016 y febrero de 2017, “nos hemos
quedado más en el ámbito de la historia, de la política, de los hombres, que en
el de las dimensiones espirituales”.
Tal vez no podía ser de otro modo si se tiene en cuenta
la condición personal de Wolton, nacido en 1947, profesional de la sociología,
especialista en comunicación, discípulo de Alain Touraine, de formación en el
fondo cristiana, pero agnóstico. Dirige la revista Hermès desde
su fundación en 1988, y en ella estudia la comunicación como una actividad
difícil, pero que permite, a través de la negociación, llegar a los demás –a
diferencia de la “com”, que busca la sencillez como medio de manipulación de
los espíritus. Ha publicado antes otros libros-entrevista: con Raymond Aron,
con Jacques Delors, y también con una gran figura de la Iglesia en el siglo XX,
el cardenal Jean-Marie Lustiger.
Si para
Wolton “el humor es un atajo de la inteligencia”, para el Papa, “el sentido del
humor es lo que, en el plano humano, más se acerca a la gracia divina”
El autor ha distribuido
libremente las preguntas y respuestas de sus extensas entrevistas, a lo largo
de ocho capítulos, con títulos expresivos de su contenido: paz y guerra;
religiones y política; Europa y diversidad; cultura y comunicación; alteridad, tiempo
y alegría; tradición y modernidad; destino. Como es natural, el Papa leyó
previamente el manuscrito y, en la última conversación, se pusieron “fácilmente
de acuerdo”. Los textos orales se completan con pasajes de grandes discursos de
Francisco, pronunciados en lugares muy diversos del mundo, desde su elección en
marzo de 2013.
o
Sorprendido por la
cordialidad de Francisco
Las conversaciones reflejan
un clima de franqueza y cordialidad que ha sorprendido positivamente al
sociólogo francés, aunque era consciente de la capacidad humana de Francisco
para conectar con la gente: desde los primeros días “mantuve mi distancia como
investigador, pero su humanidad me impactó”. A la vez –de acuerdo con un rasgo
típico de la cultura francesa–, ofrece una especie de clara síntesis de las
grandes cuestiones de la doctrina social de la Iglesia que preocupan de modo
particular al Papa: con un estilo claro, animado por los detalles propios de
una charla viva y amistosa, con bastante sentido del humor a pesar de la seriedad
de los temas. Si para Wolton “el humor es un atajo de la inteligencia”, para el
Papa, “el sentido del humor es lo que, en el plano humano, más se acerca a la
gracia divina”.
Quizá la personalidad de
Francisco ha desconcertado en parte al sociólogo, que no acierta a describirlo
netamente. Reconoce que le impresionó “su fe, alegría, bondad, modestia y
lucidez”. Destaca también la ponderación y oportunidad con que usa el
vocabulario religioso, hasta el punto de que le parece “un laico en esto”.
Puesto a usar estereotipos, los funde con referencia a
notables familias religiosas históricas: “Desde el punto de vista social, es un
poco franciscano; desde el intelectual, un poco dominico; desde el político, un
poco jesuita... En cualquier caso, muy humano. Probablemente, harían falta
muchas otras cosas para comprender su personalidad...” Me permito añadir que
son quizá precisamente las grandes cuestiones espirituales, que estaban fuera
del propósito científico del diálogo. Aunque Wolton reconoce que “en el Santo Padre
todo procede de la religión y de la fe”: “La mayor lección que aprendí de esas
reuniones –confió a Jean-Marie Guénois, de Le Figaro– es que este
Papa sigue los Evangelios. Solo dice lo que está en los Evangelios”.
En este trabajo hay muy pocas
referencias a cuestiones intraeclesiales, pero, a juicio de Wolton, “Francisco
está obsesionado con la comunión entre todos en la Iglesia. Presta gran
atención al pueblo cristiano para que no se produzcan rupturas. No es un hombre
de conflicto, un hombre de ruptura. Él quiere unir, unir continuamente. Ve las
cosas a largo plazo, confía en el tiempo, con paciencia infinita, sin
enfadarse, con una especie de confianza impresionante”.
o
Las palabras
esenciales
Los planteamientos de fondo
de entrevistador y entrevistado son distintos. Resultan inevitables las que
llama “pequeñas incomunicaciones”. Pero con evidente libertad y apertura de
espíritu, de las que derivan aproximaciones decisivas para abordar los retos de
la mundialización: “La religión cristiana, con su perspectiva universalista,
está preocupada en nuestros días por preservar el diálogo, con esas palabras
esenciales de ‘respeto’, ‘dignidad’, ‘reconocimiento’, ‘confianza’, que se
encuentras asimismo en el corazón del modelo democrático”.
Un reflejo de la confianza en
el diálogo son las diversas propuestas que hace al Papa sobre posibles temas de
encíclicas, aun consciente de la complejidad de los problemas. Así –a propósito
de los retos planteados por la diversidad cultural, la educación y el
conocimiento, o la comunicación humana en la globalidad–, sugiere que hay un
“retraso” de la Iglesia... “Pero si lo pensamos bien, es posible que la Iglesia
no vaya retrasada en estos momentos, ¡incluso puede ser que vaya por delante!”.
Y Francisco responde con sencillez: “Sí, pero yo no sé cómo responder. Es
preciso trabajar sobre ello”.
“La
mayor lección que aprendí de esas reuniones es que este Papa sigue los
Evangelios. Solo dice lo que está en los Evangelios” (Dominique Wolton)
En un momento, después de
páginas recurrentes sobre los problemas de la comunicación, que muchos piensan
equivocadamente que se resuelven con soluciones técnicas, Wolton afirma con
espontaneidad, tras una broma: “Nuestro encuentro es increíble. Usted tiene a
fin de cuentas la misma filosofía humanista y política de la comunicación que
yo. Es algo bastante raro. Cuando usted dice ‘rigidez’, se refiere a lo mismo
que la a-comunicación de que yo hablo. Internet, contrariamente a todas las
apariencias, es rigidez”.
o
Espontaneidad
El libro refleja un diálogo
netamente intelectual, celebrado en sucesivas sesiones, con inevitables
repeticiones y saltos temáticos. Pero se lee con mucho interés, porque está
bien traducido: el estilo refleja la espontaneidad de las conversaciones, en
las que no falta ninguno de los grandes temas que ocupan a la gente realmente
interesada por el futuro de la cultura mundial.
Al final del libro, una
selección atinada de “frases del Papa Francisco” y una síntesis biográfica y
bibliográfica, junto con la información sobre publicaciones de Dominique
Wolton. Pero, propiamente, y como no podía ser de otra manera, el texto termina
así:
Dominique Wolton: ¿Por qué pide siempre que recen por usted?
Francisco: Porque lo necesito... Porque me siento apoyado por la oración del pueblo. De verdad.
Francisco: Porque lo necesito... Porque me siento apoyado por la oración del pueblo. De verdad.
Vida Cristiana
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