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Lema: la respuesta de la
Virgen María a la llamada de Dios:
«He aquí la sierva del
Señor; hágase en mí según tu palabra» (Lc 1,38).
Salir de uno mismo y
ponerse al servicio de los demás.
Nuestra vida solo
encuentra significado
en el servicio a Dios y a
los demás.
v
Cfr. Videomensaje del Papa a los jóvenes en
preparación de la JMJ 2019
[Panamá, 22-27 de enero de 2019]
Queridos jóvenes, nos aproximamos
a la Jornada Mundial de la Juventud, que
se celebrará en Panamá el próximo mes de enero y tiene como lema la
respuesta de la
Virgen María a la llamada de Dios: «He aquí la sierva del
Señor; hágase en mí
según tu palabra» (Lc 1,38).
Sus palabras son un “sí” valiente
y generoso. El sí de quien ha comprendido el
secreto de la vocación: salir de uno mismo y ponerse al servicio de los demás. Nuestra
vida solo encuentra significado en el servicio a Dios y a los demás.
Hay muchos jóvenes, creyentes o
no, que al final de una etapa de estudios muestran su deseo de ayudar a otros,
de hacer algo por los que sufren. Esta es la fuerza de los jóvenes, la fuerza
de todos ustedes, la que puede cambiar el mundo; esta es la revolución que puede desbaratar los grandes poderes de este
mundo: la “revolución” del servicio.
Ponerse al servicio de los demás no significa solamente estar listos para la
acción, sino que también hay que ponerse en diálogo con Dios, en actitud de escucha,
como lo hizo María. Ella escuchó lo que el ángel le decía y después respondió.
De ese trato con Dios en el silencio del corazón, se descubre la propia identidad y la vocación a la que el Señor llama;
esta puede expresarse en diferentes
formas: en el matrimonio, en la vida consagrada, en el sacerdocio… Todas ellas son modos para seguir a Jesús.
Lo importante es descubrir lo que el
Señor espera de nosotros y ser valientes para decir “sí”.
María fue una mujer feliz, porque fue
generosa ante Dios y se abrió al plan que tenía para Ella. Las propuestas de
Dios para nosotros, como la que le hizo a María, no son para apagar sueños,
sino para encender deseos; para hacer que nuestra vida fructifique y haga
brotar muchas sonrisas y alegre muchos corazones. Dar una respuesta afirmativa
a Dios, es el primer paso para ser feliz y hacer felices a muchas personas.
Queridos jóvenes, anímense a
entrar cada uno en su interior y decirle a Dios: ¿Qué es lo que quieres de mí?
Dejen que el Señor les hable; ya verán vuestra vida transformada y colmada de
alegría.
Ante la inminente Jornada Mundial
de la Juventud de Panamá, los invito a que se preparen, siguiendo y
participando en todas las iniciativas que se llevan a cabo. Les ayudarán a ir
caminando hacia esta meta. Que la Virgen María los acompañe en este peregrinaje
y que su ejemplo los anime a ser valientes y generosos en su respuesta.
¡Buen camino hacia Panamá! Y, por
favor, no se olviden de rezar por mí. Hasta pronto.
Vida Cristiana
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