[Chiesa/Omelie1/Vita/ 6A20CristoRocaConstrucciónCasaVidaBXVI]
Ø Domingo 6
del Tiempo Ordinario, Ciclo A. (2020) Jesucristo es la roca de nuestras vidas,
la fuente de donde brota la vida verdadera, la vida eterna. Es la roca para la
construcción de la casa de nuestra vida. La transmisión de la fe cristiana es,
ante todo, el anuncio de Jesucristo. Él no vino para juzgar, sino para salvar y
dar la vida que hay en él.
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Cfr. Domingo 6º del Tiempo Ordinario, Ciclo A.
16/02/20
Eclesiástico 15, 16-21; 1 Corintios 2, 6-10; Mateo 5,
17-37, Forma breve: Mateo 5,20-
22a.27-28.33-34a.37
Antífona de entrada, Salmo 30,
3-4: Sé la roca de mi refugio, Señor, un baluarte donde me salve, tú que eras mi roca y mi baluarte; por
tu nombre dirígeme y guíame.
Antífona de comunión, Juan 3,16: Tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Hijo
único, para que no perezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida
eterna.
Oración después de la comunión: Alimentados con el manjar del cielo te pedimos, Señor, que busquemos siempre las fuentes de
donde brota la vida verdadera.
Salmo Responsorial 118,
1-2;4-5; 17-18;33-34:
1 Dichosos los de conducta íntegra, los que caminan en
la Ley del Señor. 2 Dichosos los que guardan sus preceptos y le buscan de todo
corazón.
4 Tú ordenaste tus mandatos Para que se observen con cuidado. 5 Ojalá
estén firmes mis caminos para observar tus preceptos.
17 Favorece a tu siervo para vivir y guardar tu palabra. 18 Abre mis
ojos para contemplar las maravillas de
tu Ley.
33 Enséñame, Señor, el camino de tus decretos, y lo seguiré hasta el
fin. 34 Dame inteligencia para guardar tu Ley y observarla de todo corazón.
LA ARDUA CONSTRUCCIÓN DE
LA CASA QUE SE LLAMA VIDA.
JESÚS NOS EXHORTA A
CONSTRUIR SOBRE ROCA:
SOBRE CRISTO Y CON CRISTO.
AMIGOS MÍOS NO TENGÁIS
MIEDO DE APOSTAR POR CRISTO.
1. Eres mi roca, Señor, dirígeme y guíame. (Antífona de entrada)
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Cristo es la roca para la construcción de la
casa de nuestra vida
Cfr. Benedicto XVI, Discurso en
el encuentro con los jóvenes de Polonia, el sábado 26 de mayo de 2006.
Queridos jóvenes
amigos:
¡Os doy mi cordial bienvenida! Vuestra presencia me alegra. Doy gracias
al Señor por este encuentro con el calor de vuestra cordialidad. Sabemos que
"donde están dos o tres reunidos en el nombre de Jesús, él está en medio
de ellos" (cf. Mt 18, 20). ¡Pero vosotros sois hoy aquí muchos más!
Por esto os doy las gracias a cada uno de vosotros. Así pues, Jesús está aquí
con nosotros. Está presente entre los jóvenes de la tierra polaca, para hablar
con ellos de una casa que no se desplomará jamás, porque está edificada sobre
roca. Es la palabra evangélica que acabamos de escuchar (cf. Mt 7,
24-27).
o Un
deseo y una nostalgia que existe en los corazones jóvenes: una casa donde
encontramos el amor, el perdón la necesidad de perdón … Esta nostalgia no es
más que el deseo de una vida plena, feliz.
Amigos míos, en el corazón de cada hombre existe el deseo de una casa.
En un corazón joven existe con mayor razón el gran anhelo de una casa propia,
que sea sólida, a la que no sólo se pueda volver con alegría, sino
también en la que se pueda acoger con alegría a todo huésped que llegue. Es la
nostalgia de una casa en la que el pan de cada día sea el amor, el perdón, la
necesidad de comprensión, en la que la verdad sea la fuente de la que brota la
paz del corazón.
Es la nostalgia de una casa de la que se pueda estar orgulloso, de la
que no se deba avergonzar y por cuya destrucción jamás se deba llorar. Esta
nostalgia no es más que el deseo de una vida plena, feliz, realizada. No
tengáis miedo de este deseo. No lo evitéis. No os desaniméis a la vista de las
casas que se han desplomado, de los deseos que no se han realizado, de las
nostalgias que se han disipado. Dios Creador, que infunde en un corazón joven
el inmenso deseo de felicidad, no lo abandona después en la ardua construcción de la casa que se llama vida.
o ¿Cómo
construir esta casa? Es una pregunta necesaria que nos debemos hacer cada día.
Amigos míos, se impone una pregunta: "¿Cómo construir esta
casa?". Es una pregunta que seguramente ya os habéis planteado muchas
veces en vuestro corazón y que volveréis a plantearos muchas veces. Es una
pregunta que es preciso hacerse a sí mismos no solamente una vez. Cada día debe
estar ante los ojos del corazón: ¿cómo construir la casa llamada vida?
Jesús, cuyas palabras hemos escuchado en el pasaje del evangelio según san
Mateo, nos exhorta a construir sobre roca. En efecto, solamente así la casa no
se desplomará.
§ Quiere
decir, ante todo, construir sobre Cristo y con Cristo.
Pero ¿qué quiere decir construir la casa sobre roca? Construir sobre roca quiere decir ante
todo: construir sobre Cristo y con Cristo. Jesús dice: "Así pues, todo el que oiga estas
palabras mías y las ponga en práctica, será como el hombre prudente que
construyó su casa sobre roca" (Mt 7, 24). Aquí no se trata de
palabras vacías, dichas por una persona cualquiera, sino de las palabras de
Jesús. No se trata de escuchar a una persona cualquiera, sino de escuchar a
Jesús. No se trata de cumplir cualquier cosa, sino de cumplir las
palabras de Jesús.
§ Construir
con Alguien ante quien somos preciosos, con Alguien que siempre es fiel, con
Alguien que se inclina sobre el corazón herido del hombre y no nos condena, con
Alguien que da su vida por nosotros.
Construir sobre Cristo y con Cristo significa construir sobre un
fundamento que se llama amor crucificado. Quiere decir construir con Alguien
que, conociéndonos mejor que nosotros mismos, nos dice: "Eres
precioso a mis ojos, ... eres estimado, y yo te amo" (Is 43, 4).
Quiere decir construir con Alguien que siempre es fiel, aunque nosotros
fallemos en la fidelidad, porque él no puede negarse a sí mismo (cf. 2 Tm
2, 13). Quiere decir construir con Alguien que se inclina constantemente sobre
el corazón herido del hombre, y dice: "Yo no te condeno. Vete, y en
adelante no peques más" (cf. Jn 8, 11). Quiere decir construir con
Alguien que desde lo alto de la cruz extiende los brazos para repetir por toda
la eternidad: "Yo doy mi vida por ti, hombre, porque te amo".
§ Construir
sobre Cristo quiere decir fundar sobre su voluntad todos nuestros deseos,
expectativas, sueños, ambiciones, y todos nuestros proyectos.
Por último, construir sobre Cristo quiere decir fundar sobre su
voluntad todos nuestros deseos, expectativas, sueños, ambiciones, y todos
nuestros proyectos. Significa decirse a sí mismo, a la propia familia, a los
amigos y al mundo entero y, sobre todo, a Cristo: "Señor, en la vida
no quiero hacer nada contra ti, porque tú sabes lo que es mejor para mí. Sólo
tú tienes palabras de vida eterna" (cf. Jn 6, 68). Amigos míos, no tengáis miedo de apostar
por Cristo. Tened nostalgia de Cristo, como fundamento de la vida. Encended
en vosotros el deseo de construir vuestra vida con él y por él. Porque no puede
perder quien lo apuesta todo por el amor crucificado del Verbo encarnado.
§ Construir sobre roca significa construir sobre
Cristo y con Cristo, que es la roca.
Construir sobre roca significa
construir sobre Cristo y con Cristo, que es la roca. En la primera carta a los Corintios san Pablo,
hablando del camino del pueblo elegido a través del desierto, explica que todos
"bebieron... de la roca espiritual que los acompañaba; y la roca era
Cristo" (1 Co 10, 4). Ciertamente, los padres del pueblo elegido no
sabían que esa roca era Cristo. No eran conscientes de que los acompañaba Aquel
que, cuando llegaría la plenitud de los tiempos, se encarnaría, asumiendo un
cuerpo humano. No necesitaban comprender que apagaría su sed el Manantial mismo
de la vida, capaz de ofrecer el agua viva para saciar la sed de todo corazón.
Sin embargo, bebieron de esta roca espiritual que es Cristo, porque sentían
nostalgia del agua de la vida, la necesitaban.
o Debemos ser conscientes de la presencia de
Jesús mientras caminamos por las sendas de la vida: en los momentos felices y
en las adversidades.
Mientras caminamos por las sendas de la vida, a veces quizá no somos
conscientes de la presencia de Jesús. Pero precisamente esta presencia viva y
fiel, la presencia en la obra de la creación, la presencia en la palabra de
Dios y en la Eucaristía ,
en la comunidad de los creyentes y en todo hombre redimido por la preciosa
sangre de Cristo, esta presencia es la fuente inagotable de la fuerza humana.
Jesús de Nazaret, Dios que se hizo hombre, está a nuestro lado en los momentos
felices y en las adversidades, y desea esta relación, que es en realidad el
fundamento de la auténtica humanidad. En el Apocalipsis leemos estas
significativas palabras: "Mira que estoy a la puerta y llamo; si
alguno oye mi voz y me abre la puerta, entraré en su casa y cenaré con él y él
conmigo" (Ap 3, 20).
o La
construcción sobre roca: es la construcción sobre Alguien que fue rechazado.
Muchas veces Jesús es ignorado, escarnecido, proclamado rey del pasado pero no
del hoy y mucho menos del mañana.
Amigos míos, ¿qué quiere decir construir sobre roca? Construir sobre
roca significa también construir sobre Alguien che fue rechazado. San Pedro
habla a sus fieles de Cristo como de una "piedra viva, desechada por los
hombres, pero elegida, preciosa ante Dios" (1 P 2, 4). El hecho
innegable de la elección de Jesús por parte de Dios no esconde el misterio del
mal, a causa del cual el hombre es capaz de rechazar a Aquel que lo ha amado
hasta el extremo. Este rechazo de Jesús por parte de los hombres, mencionado
por san Pedro, se prolonga en la historia de la humanidad y llega también a
nuestros días.
No se necesita una
gran agudeza para descubrir las múltiples manifestaciones del rechazo de Jesús,
incluso donde Dios nos ha concedido crecer. Muchas veces Jesús es ignorado, es
escarnecido, es proclamado rey del pasado, pero no del hoy y mucho menos del
mañana; es arrumbado en el armario de cuestiones y de personas de las que no se
debería hablar en voz alta y en público. Si en la construcción de la casa de
vuestra vida os encontráis con los que desprecian el fundamento sobre el que
estáis construyendo, no os desaniméis. Una fe fuerte debe superar las pruebas.
Una fe viva debe crecer siempre. Nuestra fe en Jesucristo, para seguir siendo tal,
debe confrontarse a menudo con la falta de fe de los demás.
§ Ser
conscientes de que habrá dificultades. “Cayó la lluvia, vinieron los torrentes,
soplaron los vientos: son fenómenos naturales previsibles que son imagen de las
múltiples contrariedades de la condición humana.
Queridos amigos, ¿qué quiere decir construir sobre roca? Construir
sobre roca quiere decir ser conscientes de que habrá contrariedades. Cristo
dice: "Cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos,
y embistieron contra aquella casa..." (Mt 7, 25). Estos fenómenos
naturales no sólo son la imagen de las múltiples contrariedades de la condición
humana; normalmente también son previsibles. Cristo no promete que sobre una
casa en construcción no caerá jamás un aguacero; no promete que una ola
violenta no derribará lo que para nosotros es más querido; no promete que
vientos impetuosos no arrastrarán lo que hemos construido a veces a costa de
enormes sacrificios. Cristo no sólo comprende la aspiración del hombre a una
casa duradera, sino que también es plenamente consciente de todo lo que puede
arruinar la felicidad del hombre. Por eso, no debéis sorprenderos de que surjan
contrariedades, cualesquiera que sean. No os desaniméis a causa de ellas. Un
edificio construido sobre roca no queda exento de la acción de las fuerzas de
la naturaleza, inscritas en el misterio del hombre. Haber construido sobre roca
significa tener la certeza de que en los momentos difíciles existe una fuerza
segura en la que se puede confiar.
o Construir
sobre roca quiere decir construir con sabiduría. Tal vez sea más fácil fundar
nuestra vida sobre las arenas movedizas de nuestra visión del mundo, construir
nuestro futuro lejos de la palabra de Jesús, y a veces incluso contra ella. Sin
embargo, es evidente que quien construye de este modo no es prudente.
Amigos míos, permitidme que insista: ¿qué quiere decir construir sobre
roca? Quiere decir construir con
sabiduría. Con razón Jesús compara a quienes oyen sus palabras y las ponen
en práctica con un hombre sabio que ha construido su casa sobre roca. En
efecto, es insensato construir sobre arena cuando se puede hacer sobre roca,
teniendo así una casa capaz de resistir a cualquier tormenta. Es insensato
construir la casa sobre un terreno que no ofrece garantías de resistir en los
momentos más difíciles. Tal vez sea más fácil fundar nuestra vida sobre las
arenas movedizas de nuestra visión del mundo, construir nuestro futuro lejos de
la palabra de Jesús, y a veces incluso contra ella. Sin embargo, es evidente
que quien construye de este modo no es prudente, porque quiere convencerse a sí
mismo y a los demás de que en su vida no se desatará ninguna tormenta, de que
ninguna ola se estrellará contra su casa. Ser sabio significa tener en cuenta
que la solidez de la casa depende de la elección del fundamento. No tengáis
miedo de ser sabios; es decir, no tengáis miedo de construir sobre roca.
o Construir
sobre roca quiere decir también construir sobre Pedro y con Pedro
Amigos míos, una vez más: ¿qué
quiere decir construir sobre roca? Construir sobre roca quiere decir también
construir sobre Pedro y con Pedro, pues a él el Señor le dijo: "Tú
eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del
infierno no prevalecerán contra ella" (Mt 16, 18). Si Cristo, la Roca , la piedra viva y
preciosa, llama a su Apóstol piedra, significa que quiere que Pedro, y con él
toda la Iglesia ,
sean signo visible del único Salvador y Señor.
Ciertamente aquí, en Cracovia, la ciudad predilecta de mi predecesor
Juan Pablo II, a nadie sorprenden las palabras acerca de construir con Pedro y
sobre Pedro. Por eso os digo: no tengáis miedo de construir vuestra vida
en la Iglesia
y con la Iglesia.
Sentíos orgullosos del amor a Pedro y a la Iglesia a él encomendada.
No os dejéis engañar por quienes quieren contraponer a Cristo y a la Iglesia. Sólo hay
una roca sobre la cual vale la pena construir la casa. Esta roca es Cristo.
Sólo hay una piedra sobre la cual vale la pena apoyarlo todo. Esta piedra es
aquel a quien Cristo dijo: "Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré
mi Iglesia" (Mt 16, 18). Vosotros, los jóvenes, habéis conocido
bien al Pedro de nuestro tiempo. Por eso, no olvidéis que ni aquel Pedro que
está observando nuestro encuentro desde la ventana de Dios Padre, ni este Pedro
que ahora está delante de vosotros, ni ningún Pedro sucesivo estará nunca
contra vosotros, ni contra la construcción de una casa duradera sobre roca. Al
contrario, con su corazón y con sus manos os ayudará a construir la vida sobre
Cristo y con Cristo.
o La
última palabra de Cristo es una palabra de esperanza
Queridos amigos, meditando en las palabras de Cristo sobre la roca como
fundamento adecuado para la casa, no podemos menos de notar que la última
palabra es una palabra de esperanza. Jesús
dice que, a pesar de la furia de los elementos, la casa no se desplomó, porque
estaba fundada sobre roca. Con estas palabras nos infunde una
extraordinaria confianza en la fuerza del fundamento, la fe que no teme ser
desmentida porque está confirmada por la muerte y resurrección de Cristo. Esta
es la fe que, años después, confesará san Pedro en su carta: "He
aquí que coloco en Sión una piedra angular, elegida, preciosa, y el que crea en
ella no será confundido" (1 P 2, 6). Ciertamente "no será
confundido...".
Queridos jóvenes amigos, el miedo al fracaso a veces puede frenar
incluso los sueños más hermosos. Puede paralizar la voluntad e impedir creer
que pueda existir una casa construida sobre roca. Puede persuadir de que la
nostalgia de la casa es solamente un deseo juvenil y no un proyecto de vida.
Como Jesús, decid a este miedo: "¡No puede caer una casa fundada
sobre roca!". Como san Pedro, decid a la tentación de la duda:
"Quien cree en Cristo, no será confundido". Sed testigos de la
esperanza, de la esperanza que no teme construir la casa de la propia vida,
porque sabe bien que puede apoyarse en el fundamento que le impedirá
caer: Jesucristo, nuestro Señor.
2. La transmisión de la fe cristiana es, ante todo, el anuncio de
Jesucristo. Él no vino para juzgar, sino para salvar y dar la vida que hay en
él.
·
Catecismo de la Iglesia Católica, n. 425: «Anunciar... la inescrutable riqueza de
Cristo» (Efesios
3, 8). La transmisión
de la fe cristiana es ante todo el anuncio de Jesucristo para llevar a la fe en
El. Desde el principio, los primeros
discípulos ardieron en deseos de anunciar a Cristo: «No podemos nosotros dejar
de hablar de lo que hemos visto y oído» (Hechos 4, 20). Y ellos mismos invitan
a los hombres de todos los tiempos a entrar en la alegría de su comunión con
Cristo:
Lo que existía desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos
visto con nuestros ojos, lo que contemplamos y tocaron nuestras manos acerca de
la Palabra de vida -pues la Vida se manifestó, y nosotros la hemos visto y
damos testimonio y os anunciamos la vida eterna, que estaba con el Padre y se
nos manifestó-, lo que hemos visto y oído, os lo anunciamos, para que también
vosotros estéis en comunión con nosotros. Y nosotros estamos en comunión con el
Padre y con su Hijo, Jesucristo. Os escribimos esto para que vuestro gozo sea
completo (1 Juan 1, 1-4).
·
Catecismo de la Iglesia Católica, n. 679: Cristo es Señor de la vida eterna. El pleno
derecho de
Juzgar definitivamente
las obras y los corazones de los hombres pertenece a Cristo como Redentor del
mundo. «Adquirió» este derecho por su Cruz. El Padre también ha entregado «todo
juicio al Hijo» (Juan 5, 22) (Cf Juan 5, 27; Mateo 25, 31; Hechos 10, 42; 17,
31; 2 Timoteo 4, 1). Pues bien, el Hijo no ha venido para juzgar sino para
salvar (Cf Juan 3, 17) y para dar la vida que hay en él (Cf Juan 5, 26). Es por
el rechazo de la gracia en esta vida por lo que cada uno se juzga ya a sí mismo
(Cf Juan 3, 18; 12, 48); es retribuido según sus obras (Cf 1 Corintios 3, 12-15)
y puede incluso condenarse eternamente al rechazar el Espíritu de amor (Cf
Mateo 12, 32; Hebreos 6, 4-6; 10, 26-31).
Vida Cristiana
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