sábado, 15 de febrero de 2020

Tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Hijo único, para que no perezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida eterna. (Domingo 6º del Tiempo Ordinario, Juan 3, 16, Antífona de la comunión) Ya en esta vida podemos participar de la vida eterna.



 

[Chiesa/Omelie1/Vita/ 6A20VidaEternaYaAhoraYBiológica]

Ø Domingo 6 del Tiempo Ordinario, Ciclo A. 16 de febrero de 2020.  La persona humana: un ser a la vez corporal y espiritual. La vida biológica y la vida eterna. Ya en esta vida podemos participar de la vida eterna.  En el Salmo Responsorial se alaban los beneficios de la ley divina (voluntad) del Señor.  Se adjunta un discurso de Benedicto XVI en un encuentro con jóvenes de Polonia (2006), en el que trata de Cristo como roca para la construcción de la casa de nuestra vida.


v  Cfr. Domingo 6º del Tiempo Ordinario, Ciclo A. – 16 de febrero de 2020

Eclesiástico 15, 16-21; 1 Corintios 2, 6-10; Mateo 5, 17-37, Forma breve: Mateo  5,20-
22a.27-28.33-34a.37

Antífona de entrada, Salmo 30, 3-4: Sé la roca de mi refugio, Señor, un baluarte donde me salve, tú que eras mi roca y mi baluarte; por tu nombre dirígeme y guíame.
Eclesiástico 15, 16-21: Si quieres, guardarás los mandatos del Señor, porque es prudencia cumplir su voluntad; ante ti están puestos fuego y agua: echa mano a lo que quieras; delante del hombre  están muerte y vida: le darán lo que él escoja. Es inmensa la sabiduría del Señor, es grande su poder y todo lo ve; los ojos de Dios ven las acciones, él conoce todas las obras del hombre; no mandó pecar al hombre, ni deja impunes a los mentirosos.
Evangelio según San Mateo 5,17-37.  El texto entre [ ] puede omitirse por razón de brevedad.
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: [No creáis que he venido a abolir la ley o los profetas: no he venido a abolir, sino a dar plenitud. Os aseguro que antes pasarán el cielo y la tierra que deje de cumplirse hasta la última letra o tilde de la ley. El que se salte uno solo de los preceptos menos importantes, y se lo enseñe así a los hombres, será el menos importante en el Reino de los Cielos.] Pero quien los cumpla y enseñe, será grande en el Reino de los Cielos. Os lo aseguro: si no sois mejores que los letrados y fariseos, no entraréis en el Reino de los Cielos. Habéis oído que se dijo a los antiguos: no matarás, y el que mate será procesado. Pero yo os digo: todo el que esté peleado con su hermano será procesado. [Y si uno llama a su hermano «imbécil», tendrá que comparecer ante el Sanedrín, y si lo llama «renegado», merece la condena del fuego. Por tanto, si cuando vas a poner tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene quejas contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar y vete primero a reconciliarte con tu hermano, y entonces vuelve a presentar tu ofrenda. Con el que te pone pleito procura arreglarte en seguida, mientras vais todavía de camino, no sea que te entregue al juez, y el juez al alguacil, y te metan en la cárcel. Te aseguro que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último cuarto.] Habéis oído el mandamiento «no cometerás adulterio». Pues yo os digo: el que mira a una mujer casada deseándola, ya ha sido adúltero con ella en su interior. [Si tu ojo derecho te hace caer, sácatelo y tíralo. Más te vale perder un miembro que ser echado entero en el Abismo. Si tu mano derecha te hace caer, córtatela y tírala, porque más te vale perder un miembro que ir a parar entero al Abismo. Está mandado: «El que se divorcie de su mujer, que le dé acta de repudio.» Pues yo os digo: el que se divorcie de su mujer -excepto en caso de prostitución- la induce al adulterio, y el que se case con la divorciada comete adulterio.] Sabéis que se mandó a los antiguos: «No jurarás en falso» y «Cumplirás tus votos al Señor». Pues yo os digo que no juréis en absoluto: [ni por el cielo, que es el trono de Dios; ni por la tierra, que es estrado de sus pies; ni por Jerusalén, que es la ciudad del Gran Rey. Ni jures por tu cabeza, pues no puedes volver blanco o negro un solo pelo]. A vosotros os basta decir sí o no. Lo que pasa de ahí viene del Maligno.
Antífona de comunión, Juan 3,16: Tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Hijo único, para que no perezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida eterna.
Oración después de la comunión: Alimentados con el manjar del cielo te pedimos, Señor, que busquemos siempre las fuentes de donde brota la vida verdadera. 

Tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Hijo único,
para que no perezca ninguno de los que creen en él,
sino que tengan vida eterna.
(Domingo 6º del Tiempo Ordinario, Juan 3, 16, Antífona de la comunión)
Ya en esta vida podemos participar de la vida eterna.


1.    VIDA BIOLÓGICA Y VIDA ETERNA


v  No es lícito al hombre despreciar la vida corporal, sino que, por el contrario, tiene que considerar su cuerpo bueno y digno de honra, ya que ha sido creado por Dios y que ha de resucitar en el último día.


o   Para evitar desde el principio algún equívoco, recordemos lo que dice el Catecismo de la Iglesia Católica, sobre la persona humana: un ser a la vez corporal y espiritual.

           a)  El hombre en su totalidad es querido por Dios
  • n. 362: La persona humana, creada a imagen de Dios, es un ser a la vez corporal y espiritual.
El relato bíblico expresa esta realidad con un lenguaje simbólico cuando afirma que "Dios formó al hombre con polvo del suelo e insufló en sus narices aliento de vida y resultó el hombre un ser viviente" (Génesis 2, 7). Por tanto, el hombre en su totalidad es querido por Dios.   
             b) El cuerpo del hombre participa de la dignidad de la "imagen de Dios"
  • n. 364 El cuerpo del hombre participa de la dignidad de la "imagen de Dios": es cuerpo humano
precisamente porque está animado por el alma espiritual, y es toda la persona humana la que está destinada a ser, en el Cuerpo de Cristo, el Templo del Espíritu (cf. 1Corintios 6, 19  - 20; 1Corintios 15, 44 - 45):
"Uno en cuerpo y alma, el hombre, por su misma condición corporal, reúne en sí los elementos del mundo material, de tal modo que, por medio de él, éstos alcanzan su cima y elevan la voz para la libre alabanza del Creador. Por consiguiente, no es lícito al hombre despreciar la vida corporal, sino que, por el contrario, tiene que considerar su cuerpo bueno y digno de honra, ya que ha sido creado por Dios y que ha de resucitar en el último día" (Gaudium et Spes 14, 1).
         c) Resumiendo otros números del Catecismo, podemos añadir:
·         la vida humana es sagrada: nn. 2258, 2319
·         sólo Dios es el Señor de la vida: n. 2258
         d)  De todo esto podemos sacar claras consecuencias sobre la importancia de la vida biológica (se podría decir vida fisiológica, etc.), del cuidado con el que, por designio de Dios, debemos rodearla, etc.
 

v  Pero, además, en la Antífona de comunión de hoy, se recuerda que estamos llamados

a la vida eterna, y así lo recogen algunos números  del Catecismo de la Iglesia Católica.

  

a)      Antífona de comunión, Juan 3,16: Tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Hijo único,
para que no perezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida eterna.
b)     Así lo recogen algunos números del Catecismo de la Iglesia Católica
·         Dios quiere dar al hombre la vida eterna: n. 55;
·         El que come mi carne … tiene la vida eterna, nn. 1406, 1524;
·         La vida eterna como premio de los justos nn. 1038, 2002;
·         La vocación a la vida eterna como don gratuito de Dios, n. 1998

2.    EN VARIOS TEXTOS DEL EVANGELIO Y EN LA PRIMERA CARTA DE SAN JUAN SE PRECISA QUE YA EN ESTA VIDA PODEMOS PARTICIPAR DE LA VIDA ETERNA.


-          Es decir, quien cree tiene ya la vida eterna,  como primicia o germen, que llega a la plenitud en la
comunión plena y definitiva con Dios de los que se salvan. 

A. Juan 3, 16: «Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo Unigénito, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna» (Cf. CCE 458).  

“La iniciativa procede de Dios (Jn 3,16), se realiza por medio del Hijo, que ha venido de su parte y que vuelve a él a través de la cruz-exaltación (Jn 3,14). El hombre se apropia de ella o la rechaza mediante la fe-incredulidad”. (La Casa de la Biblia, Nuevo Testamento, Nota a Jn 3, 1-21). 

B. Juan 3,36. «El que cree en el Hijo tiene vida eterna; el que rehúsa creer en el Hijo, no verá la vida, sino que la ira  de Dios pesa sobre él».

 “Lo importante para el hombre es aceptarlo en la fe. Hacerlo así significa entrar en unas relaciones con Dios, que llevará a la plena participación en su vida. No hacerlo así equivale a despreciar la oferta divina, auto-excluirse de la vida, auto-juzgarse como indigno de la misma (Jn 3,18). Es la decisión existencial la única respuesta que Dios exige al hombre” (La Casa de la Biblia, Comentario al Nuevo Testamento, 6ª ed. 1995, nota a  Juan 3, 31-36)
C. Juan 5,24. «En verdad, en verdad os digo: el que escucha mi Palabra y cree en el que me ha enviado, tiene vida eterna y no incurre en juicio, sino que de la muerte pasa a la vida».
 “Debe esperarse para el futuro la consumación o confirmación final de lo que ya es presente. No sabemos, sin embargo, qué aportará esta consumación final. Dentro de la escatología del cuarto evangelio, nada esencial; la plenitud de lo que ya poseemos”. (La Casa de la Biblia, Comentario al Nuevo Testamento, 6ª ed. 1995, nota a  Juan 5, 19-296)
D. Juan 6,47. «En verdad, en verdad os digo: el que cree, tiene vida eterna».
E. Juan 4,9 «En esto se manifestó el amor que Dios nos tiene: en que Dios envió al mundo a su Hijo único para que vivamos por medio de él» (Cf CCE 458)».

3.    EN EL SALMO RESPONSORIAL DE HOY SE ALABAN LOS BENEFICIOS DE LA LEY DIVINA [VOLUNTAD] DEL SEÑOR: Salmo Responsorial 118, 1-2; 4-5; 17-18; 33-34.

1 Dichosos los de conducta íntegra, los que caminan en la Ley del Señor. 2 Dichosos los que guardan sus preceptos y le buscan de todo corazón.
4 Tú ordenaste tus mandatos Para que se observen con cuidado. 5 Ojalá estén firmes mis caminos para observar tus preceptos.
17 Favorece a tu siervo para vivir y guardar tu palabra. 18 Abre mis ojos para contemplar las maravillas de tu Ley.
33 Enséñame, Señor, el camino de tus decretos, y lo seguiré hasta el fin. 34 Dame inteligencia para guardar tu Ley y observarla de todo corazón.

4.    SE ADJUNTA UN DISCURSO DE BENEDICTO XVI EN UN ENCUENTRO CON

JÓVENES DE POLONIA, EN EL QUE TRATA DE CRISTO COMO ROCA PARA LA CONSTRUCCIÓN DE LA CASA DE NUESTRA VIDA, EL 26 DE MAYO DE 2006, EN UN VIAJE A POLONIA.


Vida  Cristiana

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