- Sexualidad. La necesidad de descubrir su sentido. En una cultura donde el sexo se presenta
frecuentemente
como un objeto de consumo, es todo un reto formar a los jóvenes en
el sentido profundo de la afectividad y la sexualidad. La Fundación
«Desarrollo
y Persona»
lleva muchos años haciéndolo en España y Latinoamérica, además
de contar con varios programas de asesoramiento familiar. Su
directora, Nieves González Rico, explica en esta entrevista cuál es
su experiencia sobre la educación que realmente necesitan los
jóvenes.
Programas
de educación afectiva y sexual
“Los jóvenes necesitan descubrir el
sentido de su sexualidad”
En
una cultura donde el sexo se presenta frecuentemente como un objeto
de consumo, es todo un reto formar a los jóvenes en el sentido
profundo de la afectividad y la sexualidad. La Fundación Desarrollo
y Persona lleva muchos años haciéndolo en España y Latinoamérica,
además de contar con varios programas de asesoramiento familiar. Su
directora, Nieves González Rico, explica en esta entrevista cuál es
su experiencia sobre la educación que realmente necesitan los
jóvenes.
– En
los cursos impartidos por la Fundación Desarrollo y Persona siempre
se vincula la educación sexual con la afectiva. ¿Cree que la
formación que recibe actualmente la juventud tiene una dosis
proporcionada de estos ingredientes?
–
Una educación sexual verdadera está llamada a comprender todos
estos aspectos, pero estamos en una cultura que reduce la sexualidad
a un objeto de consumo, cosificando a la persona. Muchos programas de
“sexo seguro” se limitan a explicar cómo alcanzar el máximo
placer y evitar problemas sanitarios, como infecciones de transmisión
sexual o embarazos inesperados.
Es
necesario ir a la raíz y acompañar el camino de los adolescentes
para que aprendan a establecer relaciones sinceras, compartir
pensamientos y sentimientos, respetar y valorar al otro, madurar su
carácter e identidad, para ir estableciendo metas adecuadas y
esforzarse en lograrlas, lo que refuerza su autoestima. Necesitan
descubrir el valor infinito del cuerpo: cómo el beso, la caricia y
las relaciones sexuales nos hablan del deseo de amar y ser amados, de
vivir y dar la vida… todo esto es lo que en Fundación Desarrollo y
Persona deseamos enseñar y promover.
Acompañar de cerca
– ¿Qué
características debe tener un programa de educación afectivo-sexual
dirigido a adolescentes para ser realmente efectivo? ¿Puede
realmente cambiar sus conductas?
– Ha
de ser veraz y con rigor científico.
En este sentido, la información tiene que ir acorde con el momento
evolutivo de los jóvenes.
Ha
de ser realista y acogedor. Para
que el aprendizaje sea realmente significativo, es importante que el
educador que les acompaña se adapte a las necesidades de cada grupo.
Tiene que acoger a los adolescentes y sus preguntas, individualizando
la atención cuando sea necesario.
“Al
producirse la pubertad antes, los jóvenes adquieren la fertilidad
sin ser capaces de integrar el deseo sexual en su personalidad”
Ha
de ser preventivo. Esta
educación debe implementarse tempranamente, pues al producirse la
pubertad antes, los jóvenes adquieren la fertilidad sin ser capaces
de integrar en su personalidad, todavía en desarrollo, el deseo
sexual. Esto les hace especialmente vulnerables a la gran cantidad de
estímulos que reciben del ambiente.
No
obstante, la capacidad de un programa de modificar las conductas
depende de la libertad de cada joven y, en gran medida, de la
implicación de los grandes protagonistas. En primer lugar, de los
padres, como primeros y fundamentales educadores; su participación,
con el apoyo de los profesores, es de una ayuda inestimable para que
la formación sea coherente, y por tanto, acompañe de forma estable
la maduración de los adolescentes y su toma de decisiones.
– ¿Qué
ayuda necesitan los padres en esta tarea?
–
Cómo decía antes, nada ni nadie puede sustituir a los padres en su
apasionante, y en ocasiones difícil, tarea de educar a sus hijos.
Pero ellos agradecen enormemente que se les faciliten, sobre todo,
los cauces de comunicación que no saben establecer (sobre todo los
varones). ¿Qué se puede hacer?: alentarles y acompañarles a través
de las Escuelas de Familias, facilitando herramientas concretas y
animando a buscar tiempos de calidad con sus hijos. Necesitan
aprender a crear un espacio de diálogo e intimidad con sus hijos,
para poder ofrecerles lo que ellos demandan: criterios, confianza, y
también límites.
Ocio saludable
– ¿Cuáles
son, según vuestra experiencia, las principales heridas que los
adolescentes, chicos y chicas, sufren en el terreno de la afectividad
y la sexualidad?
–
Muchos adolescentes viven dificultades familiares por rupturas, paro,
precariedad económica, agresividad o soledad; y también por la
falta de tiempo real que se les dedica, debido a las exigencias
laborales de los padres. Aparentemente comunicados, se sienten en
realidad muy aislados. Acostumbrados a lograr todo sin esfuerzo,
tienen muy escasa tolerancia a la frustración y dificultad para
motivarse. La vida parece un gran escaparate, con una gran oferta de
placeres para refugiarse del vacío interior, y en el que prevalece
la apariencia. Siempre preguntan: “¿Por qué la gente se fija
tanto en lo exterior?”
“Los
padres agradecen que se les faciliten cauces de comunicación en este
tema”
La
pornografía, en el caso de los varones, se instala con facilidad en
su vida por el acceso sencillo a través de Internet. Es una herida
ya generacional que puede promover el aislamiento y despersonaliza la
riqueza y belleza de la sexualidad humana. En España, la edad de
iniciación se sitúa en los once años.
El
mejor antídoto es enseñarles a amar amándoles, y formarles para
descubrir cómo aprovechar el tiempo y divertirse, de modo que sirva
para su crecimiento personal.
– Muchos
autores hablan de una hipersexualización de la infancia y la
adolescencia. ¿Afecta por igual a los chicos que a las chicas? ¿Qué
papel tienen los medios de comunicación y redes sociales?
–
Todos estamos inmersos en lo que se conoce como una cultura
pansexual, en la que la sexualidad, reducida a genitalidad, invade
todos los ámbitos filtrándose principalmente a través de los
medios de comunicación. En concreto las niñas, por su desarrollo
físico más precoz, se ven en general expuestas de forma más
temprana: una muestra son los mensajes y las imágenes que se mueven
por las redes sociales.
La
mejor prevención es disfrutar con ellos y promover un ocio
saludable, en el que lecturas, películas, videojuegos y deportes les
ayuden a disfrutar de su infancia y adolescencia, formando actitudes
que promuevan quererse y querer a los demás, y educando en el uso de
las pantallas.
Comprometerse es posible
– Algunos
estudios muestran una falta de correspondencia entre el noviazgo al
que los adolescentes aspiran y las relaciones que han tenido en la
realidad, o las que creen que tendrán en el futuro. ¿Habéis
detectado este pesimismo en vuestros talleres con jóvenes?
“Los
jóvenes necesitan descubrir el valor infinito del cuerpo: cómo el
beso, la caricia y las relaciones sexuales nos hablan del deseo de
amar y ser amados”
–
El corazón de un adolescente está bien hecho y aspira a un amor
bello y duradero que le ayude a ser mejor. Es cierto que, por la
fragilidad de las relaciones que establecen y por las dificultades
que perciben en la vida de los adultos, se instala en ellos con
facilidad una cierta desconfianza: “¿Y si lo que deseo no es
posible?”. Pero siempre que se enamoran preguntan qué hacer para
que dure. No creo que sean pesimistas, más bien necesitan adultos
que les enseñen, a través de su experiencia, a comprometerse
adecuadamente con la realidad, y amigos que realmente quieran lo
mejor para ellos. También necesitan ser queridos cuando se
equivocan, para aprender del error cometido y volver a caminar. Por
eso es enormemente gratificante nuestro trabajo en las aulas.
– Un
asunto cada vez más presente en los programas de educación sexual
para jóvenes es la cuestión del género (gender). Es conocido que
la preadolescencia y la adolescencia son periodos en que la identidad
sexual se está desarrollando. ¿Cree que la formación que reciben
los chicos y chicas les ayuda a aclarar sus dudas y forjar su
personalidad?
–
La denominada ideología de género, presente en numerosas propuestas
que llegan a centros educativos, desvincula el sexo biológico de la
posible percepción que sobre él tenga la persona, el denominado
“sexo sentido”, negando un significado objetivo al cuerpo
sexuado. La infancia, preadolescencia y adolescencia son periodos de
especial vulnerabilidad, porque en ellos se descubre y consolida la
identidad personal y, en ella, la sexual. La persona, al madurar,
está llamada a integrar sus dinamismos, que abarcan la dimensión
biológica, psicológica, social y espiritual como necesidad de
sentido. Si la educación no se realiza en clave de integración sino
de disociación, especialmente del valor del cuerpo, veremos los
efectos en las futuras generaciones. Creo que se debe respetar el
derecho fundamental de los padres a la educación que desean para sus
hijos, si estiman que esta perspectiva les puede confundir más que
ayudar.
– Los
programas que promueven la abstinencia se suelen oponer, en el debate
mediático, a la llamada “educación sexual comprensiva”. ¿Se ha
llegado a una conclusión sobre la efectividad de uno y otro método?
–
La “educación sexual comprensiva” normaliza las conductas
sexuales en la adolescencia y aporta información sobre cómo evitar
las infecciones de transmisión sexual o los embarazos inesperados.
Como explica el Dr. Jokin de Irala en un capítulo del
proyecto Aprendamos
a Amar (N.
González Rico, T. Martín Navarro y otros, Aprendamos
A Amar. Proyecto de educación afectivo sexual para jóvenes de 15 a
18 años, Editorial CEPE, Madrid
2010), un estudio sobre
la efectividad de los programas de educación sexual concluyó que,
mientras algunos logran un cambio en conductas (como el incremento
del uso del preservativo o de anticonceptivos), sin embargo no
reducen significativamente las tasas de ETS y de embarazos
imprevistos. En cambio, algunos países que han afrontado la epidemia
de sida con programas de salud pública centrados en la promoción de
la abstinencia en los jóvenes y la fidelidad en parejas monógamas,
han conseguido frenar la propagación del virus, con resultados
similares a encontrar una vacuna (cfr. Jokin de Irala, Matthew Hanley
y Cristina López del Burgo, Propóntelo,
propónselo: evitar el sida,
EIUNSA, 2009, 2ª edición).
Pienso
que los adolescentes deben recibir información pero sobre todo
formación, es decir, una respuesta al sentido de la sexualidad. El
sexo no es un riesgo aunque existan conductas de riesgo. Es un regalo
que recibimos con la vida, para entregarnos en el amor y llenar de
belleza la existencia.
Nieves
González Rico es
médico y máster en Sexología. Directora académica del Proyecto
Aprendamos a Amar, de la Fundación
Desarrollo y Persona.
Vida
Cristiana
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