Mitos
desacreditados hace tiempo sobre la historia medieval
pueblan aún los libros de textos y encuentran voceros interesados en
el activismo ateo en
internet. Eleanor
Parker, profesora de Literatura Inglesa
Medieval en el Brasenose College de Oxford, sale al paso de esta
escandalosa situación en el Catholic
Herald:
Eleanor Parker es doctora en
Literatura Medieval por la Universidad de Oxford y experta en la Inglaterra
vikinga: "Dejad de enseñar a nuestros hijos esos mitos anti-católicos
e inútiles", pide en el título de su artículo.
Hay algo relacionado con la palabra "medieval" que hace que las
personas actúen de manera extraña. Como ha observado
recientemente el profesor David
Patonon en Catholic
Herald, por desgracia los libros de texto de
las escuelas secundarias siguen repitiendo errores comunes acerca de la
Edad Media, descrita como una época de oscuridad, ignorancia y superstición.
En el blog Bitesize de
la BBC, por ejemplo, se informa a los estudiantes de que en el periodo
medieval "la mayoría de los campesinos eran extremamente
supersticiosos" y que la Iglesia medieval fue la responsable del
"estancamiento" en los conocimientos médicos, a causa sobre todo
de su "apoyo a la oración y la superstición". Supuestamente, la
Iglesia "se oponía al progreso" de la ciencia, "animando a la gente a confiar en la
oración a los santos y la superstición" y diciendo a
la gente que "la enfermedad era un castigo de Dios", una creencia
que "llevaba al fatalismo y obstaculizaba la investigación de posibles
tratamientos".
Es un retrato sesgado e inexacto de la enseñanza medieval, y el sitio
web Bitesize no
es tan excepcional como uno esperaría. Un libro de texto de historia
aprobado por la AQA[Assessment
and Qualifications Alliance, entidad británica que facilita exámenes y certificados
de calificación académica] presenta "la superstición y la
religión" como un único fenómeno. La popular
página Revise GCSE History afirma:
"Los médicos tenían creencias supersticiosas, decían conjuros cuando
trataban a los pacientes y consultaban las estrellas".
Origen y actualidad de esta denigración de la Edad Media
Estas fuentes tratan la palabra "superstición" como si fuera la clave
para entender la historia medieval, sin tan siquiera intentar definirla. Es
un término comúnmente asociado a la Edad Media en la cultura popular,
aunque mucha gente que lo utiliza en ese contexto tiene sólo una vaga idea
de lo que quiere decir; muy a menudo es utilizado como sinónimo de "religión". Esto
sucede también con la palabra "medieval",
a la que se le atribuye el significado de "bárbaro" o "primitivo". Es
tremendamente injusto hacia el periodo de nuestra historia que
llamamos Edad Media,
que cubre mil años de historia y que está lleno de variedad y diversidad.
Esta presuntuosa idea sobre el periodo medieval se remonta muy atrás, a
los pensadores del
Renacimiento, que fueron los que inventaron esta idea acerca de la Edad
Media: un periodo que eligieron ver como una brecha de
ignorancia que dividía su mundo moderno del pasado clásico. Pero el
lenguaje de la "superstición" para describir la religión medieval
es reminiscencia, sobre todo, de un cierto tipo de historiador británico
del siglo XIX, que veía el catolicismo como una religión extranjera sospechosa,
apta sólo para campesinos ignorantes y pueriles. Este prejuicio significaba
que estaban
dispuestos a creer casi cualquier mito sobre la Iglesia medieval.
A los alumnos se les enseña
en ocasiones una auténtica caricatura de la verdadera historia de la Edad
Media, solo por aversión al cristianismo, que fue su alma. Imagen:
Christian Adams. Catholic Herald.
A pesar del avance, desde hace décadas, de estudios serios sobre la Edad
Media, que han cambiado ese punto de vista, recientemente los viejos
clichés han caído en manos de internautas
agresivos y ateos que han regurgitado los estereotipos originalmente
creados por el fanatismo anticatólico. Ahora, el
historiador victoriano lleno de prejuicios y el trollde Twitter tienen una
causa común. Es irónico que la gente que está más dispuesta a etiquetar a
la Edad Media de credulidad, sea la que esté más ansiosa por tragarse mitos
desacreditados hace tiempo acerca de la historia medieval.
Monjes y frailes medievales, científicos en todos los
ámbitos
Seamos claros: la Iglesia medieval no prohibía el progreso científico. A lo
largo de la Edad Media, científicos
y estudiosos –muchos de ellos monjes y frailes– utilizaron
la curiosidad que sentían por el mundo natural para explorar, debatir,
razonar, teorizar y deleitarse en todo tipo de aprendizaje. Los eruditos medievales estudiaron
muchos tipo de ciencia, incluyendo temas que ahora podrían llamarse
astronomía, matemáticas, ingeniería, geografía, ramas de la física (como la
óptica) y, sí, la medicina.
Arriba, San Isidoro de
Sevilla (560-636). Abajo, San Alberto Magno (1206-1280). Son dos hombres
medievales, los más sabios de su tiempo en todas las disciplinas, incluidas
las experimentales. San Alberto Magno es, de hecho, y no por nada, patrón
de los científicos.
No definieron estos temas de manera tan precisa como hacemos nosotros hoy
en día, y no los abordaron con los mismos métodos que utilizamos ahora, o
no sacaron las mismas conclusiones. El conocimiento y los métodos
científicos cambian y se desarrollan con el tiempo. Pero sugerir que los
modos medievales de abordar estas cuestiones, distintos a los nuestros,
fueron un obstáculo al "progreso", un signo de
"estancamiento", es imponer un tipo de conformidad intelectual que se niega a
ver el valor que tiene cualquier otra cultura que no sea la nuestra.
Enseñar esta actitud a nuestros niños en edad escolar es preocupante.
Pero ¿qué es superstición?
Lo es también el sentido de superioridad cultural implícito en el término
"superstición". ¿Qué valor tiene, cuando se enseña historia,
utilizar dicha etiqueta a no ser que se explique que se quiere decir con
este término? Este término es impropiamente peyorativo y, a la vez,
demasiado amplio, puesto que la
gente tiene puntos de vista diferentes sobre lo que considera superstición.
Lo que la mayoría de la gente entiende cuando habla de superstición
medieval es, probablemente, una vaga referencia a las prácticas devocionales del catolicismo
medieval: peregrinaciones, creencias en milagros y en las
reliquias de los santos, visitas a fuentes sagradas, etc. Estas prácticas
no estaban limitadas a los campesinos de la Edad Media, o a los ignorantes.
Las élites sociales e intelectuales las practicaban con el mismo entusiasmo
y, durante siglos, fueron un aspecto indiscutido tanto de las personas
instruidas como de la fe popular. Para comprender la religión medieval es
esencial intentar saber por
qué dichas prácticas tenían tanto significado para gente tan diversa,
en lugar de limitarse a descartarlas como supersticiones.
Todo lo creado estaba en relación continua con el
Creador
En general (y debemos tener en mente la dificultad que implica generalizar
sobre un periodo que cubre mil años), la visión del mundo que respaldaba
estas prácticas era la de un universo en el que cada cosa creada tenía el potencial de
recibir la gracia de Dios. No había nada en el mundo tan trivial que no
pudiera ser importante para Dios. Cada cosa tenía su
finalidad y su lugar, desde los planetas al más minúsculo tallo de hierba.
Había bendiciones para cada cosecha y para los instrumentos de cada día,
oraciones para cada hora del día y para cada necesidad humana.
Los científicos
medievales calcularon el tiempo y los calendarios,
desarrollaron intrincadas teorías sobre los ciclos entrelazados del año natural,
el movimiento de las estrellas y el calendario de la Iglesia. Y para la
gente común, estos ciclos estaban entretejidos con su vida diaria, para que
así cada día del año perteneciera a un santo cuya historia podía llevar a
cada persona hacia Dios.
Ésta es la visión del mundo que hay detrás del tipo de historias milagrosas
que, hoy en día, provocan una sonrisa; historias en las que los santos
curan al ganado, encuentran los objetos perdidos y alteran el clima. Dios se percataba de cualquier preocupación
humana y nada era demasiado pequeño para ser ocasión de milagro.
Cuando tenían que enfrentarse a dificultades serias, no era el fatalismo lo
que llevaba a la gente a buscar la ayuda de Dios en la enfermedad: era la
fe, la creencia en
que Dios podía intervenir, e intervenía, en el mundo.
Un libro imprescindible para
deshacer tópicos y falsedades sobre los siglos medievales: Para acabar con la Edad Media, de Régine Pernoud
(1909-1998), historiadora y conservadora del Museo de Reims y de los
Archivos Nacionales de Francia.
Devotos y peregrinos, personas normales y reales
Las peregrinaciones proporcionan
beneficios genuinos a la salud (aunque no de la manera como lo hubieran
explicado los cristianos de la Edad Media) y son, además, una oportunidad
de viajar, conocer a gente y tener experiencias espirituales profundas en
lugares santificados por siglos de devoción.
Decir que los campesinos medievales eran "extremamente
supersticiosos" es una cosa; es fácil burlarse de las abstracciones.
Pero si se leen las crónicas
medievales sobre la gente enferma que visitaba los
santuarios, los retratos no
reflejan estereotipos, sino seres humanos reales: hombres y
mujeres de todas las clases sociales, en busca de ayuda a causa de un dolor
y sufrimiento extremos, con historias de sacrificio, abnegación y profunda
fe personal. Algunas de sus creencias pueden parecer ajenas a un punto de
vista moderno, pero sus miedos y esperanzas no. Esta gente y sus creencias
merecen respeto y, por lo menos, un intento de comprensión. Santificaban
cada día y su visión del mundo estaba cargada de poder y significado;
y, para los
estudiosos medievales, nada de esto era incompatible con la ciencia o el
aprendizaje.
Hay que evitar el lenguaje emotivo al hablar como
científicos
Nadie pretende decir que el periodo medieval era perfecto, o que la Iglesia
medieval no tuviera defectos. Lo que se necesita, hoy, es una visión más
equilibrada, que entienda que la Edad Media fue un periodo tan complejo
como cualquier otro periodo de la historia, evitando así un lenguaje emotivo y
crítico como son los términos
"estancamiento" y "superstición". Ya no hay excusa para
ello.
Nunca ha sido más fácil acceder a información sobre el pasado medieval,
sobre todo cuando con algunos minutos en Google llegas a sitios web
escritos por expertos
en ciencia y religión medieval, no sólo desmintiendo mitos,
sino también proporcionando información más detallada.
Ha llegado la hora que educadores y periodistas vayan más allá de los inútiles estereotipos sobre la Edad
Media. La verdad es mucho más interesante.
Traducción de Helena Faccia
Serrano.
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