Ø Familia. El padre es necesario. 5 mitos que infravaloran su
papel, refutados con estudios
¡El
padre es necesario!:
5
mitos que infravaloran su papel, refutados con estudios.
Religión en Libertad 20
de junio de 2018
v Ni
la madre soltera perfecta ni la pareja que cohabita pueden sustituir al padre
casado
Pese a que muchos afirman lo contrario, el
padre tiene una función vital a la hora de educar a los hijos
P. S / ReL - 18 junio 2018
El director del Proyecto Nacional del Matrimonio (http://nationalmarriageproject.org)
en la Universidad de Virginia, EEUU, W. Bradford Wilcox, ha
denunciado varios mitos anticientíficos que quitan importancia a la
figura paterna en la familia. Después de muchas décadas de
investigación sociológica, los científicos sociales tienen una idea bastante
clara de la importancia del padre varón.
Con datos científicos y varios estudios, Bradford
refuta así, en Mercatornet, cinco de los mitos más extendidos contra
la figura paterna.
Mito 1:
"Muchos padres se quedan en casa ya a tiempo completo"
No: los padres que se quedan como
responsables del hogar a tiempo completo son pocos. Los padres aún son los que
mayoritariamente se encargan de llevar el sustento al hogar, como demuestra
un estudio del Pew Research Center, que refleja que
en Estados Unidos son los padres varones los que ganan dos tercios de los
ingresos familiares.
Bradford apunta que la prensa
aprovecha el día del padre para presentar como un fenómeno habitual historias
de padres que se quedan en casa mientras las madres trabajan a tiempo completo.
Sin embargo, las familias en las que ocurre esto son tan solo el 5%, según
la Oficina del Censo Estadounidense. En 2017, este órgano
oficial mostró que 267.000 de los 21 millones de padres casados y con hijos
menores de 15 años se quedaron en casa. De estas 21 millones de familias, el
23% (4,96 millones) tenían una madre que se quedó en casa cuidando de los
hijos.
Mito 2:
"Casi todas las madres quieren repartir las tareas del hogar al 50% con
los padres"
Otro mito que Bradford denuncia es el
de aquellas mujeres que buscan un marido que divida su tiempo en un
50-50 entre el trabajo y la vida familiar. Es cierto que la mayoría de
mujeres casadas y con hijos quieren que el padre haga su parte, pero no
piensan que esta división tenga que hacerse en dos mitades iguales.
El Pew Research Center recoge que tan solo el 23% de las mujeres casadas y
con hijos menores de 18 querían trabajar a tiempo completo, contra un
53% que prefería tener un trabajo a tiempo parcial y otro 23% que
optaba por quedarse en casa.
Mito 3:
"Los padres que cohabitan educan igual que los padres casados"
Varios expertos han
demostrado que un 40% de niños de esta generación pasarán tiempo en una
casa donde los padres solamente cohabitan, ya sea por no estar casados, o
porque están separados.
Aunque la cohabitación y el
matrimonio se pretenden mostrar como iguales a la hora de educar a los hijos,
los estudios demuestran lo contrario. Sandra Hofferth, de la Universidad de
Maryland y Kermyt Anderson, de la Universidad de Oklahoma, mostraron en un
estudio publicado años atrás que los padres casados son
significativamente más cariñosos y participativos con sus hijos que
los padres que solo cohabitan. “El matrimonio per se confiere
ventajas en términos de implicación que están más allá de las características
de los padres que cohabitan”, concluían en el estudio.
El Mapa Mundial de la Familia de 2017 comprobó que los
niños nacidos de parejas no casadas son dos veces más propensos a vivir
una ruptura familiar antes de los 12 años que aquellos nacidos en un
matrimonio.
Otro estudio realizado por Wendy
Manning, de la Universidad de Bowling Green State, y Pamela Smock, de la
Universidad de Michigan, demostró que el 50% de los niños nacidos de
padres no casados verían romperse la familia antes de cumplir los 5 años.
En cambio, tan solo el 15% de los niños nacidos de un matrimonio sufren
esta experiencia.
Según los sociólogos Frank
Frustenberg y Andrew Cherlin, esto ocurre porque para los papás el
matrimonio y la paternidad son un “pack”, una misma cosa.
Mito 4.
"A los niños no les importan las rupturas y lo llevan bien"
El mito del “buen divorcio” suele
aparecer cada cierto tiempo en la prensa, según escribe Bradford, y se utiliza
muy a menudo para justificar malos hábitos o adulterios. Así
lo hizo Sandra Tsing Loh, periodista de The Atlantic, que
justificó el divorcio con su marido (con el que llevaba casada 20 años), entre
otras razones porque no podía sustituir “la imagen romántica de mi compañero
(adúltero) transgresor con la de mi marido, más formal”. Loh explicaba también
que sus hijos parecían estar “relativamente contentos” y “poco
afectados” por el divorcio.
Sin embargo, los estudios muestran
una tendencia muy distinta en los niños. Según una investigación realizada
por Sara McLanahan, de la Universidad de Princeton, las niñas de padres
divorciados son el doble de propensas a dejar la universidad, quedar
embarazadas siendo adolescentes, y a sufrir de depresión o tener pensamientos
suicidas. También son más propensas a divorciarse en el futuro.
Un divorcio más tardío, cuando los
hijos son mayores, también tiene consecuencias. Según el Institute for Family Studies (Instituto de Estudios de
la Familia), los divorcios generan en los hijos que ya son jóvenes
adultos un sufrimiento oculto que puede afectar de por vida.
Mito 5.
"El padre varón no es imprescindible para educar"
El último mito es que la
figura del padre no tiene un papel central en la educación de los
hijos. Según Bradford, este error está muy favorecido por los brillantes perfiles
de madres solteras perfectas que se presentan en la prensa.
Con todo, trabajos como
el del psicólogo Ross Parke indican que los papás son más tendentes a
realizar juegos físicos con los hijos y a animarlos a sobrevenir las
dificultades de la vida. El estudio demuestra también que los papás son
más firmes a la hora de imponer disciplina.
Los hijos se benefician físicamente,
mentalmente y emocionalmente de la forma de educar de los papás. El
sociólogo David Eggebeen ha mostrado que los adolescentes que
han tenido un padre implicado tienen menos posibilidades de sufrir
depresión o caer en la delincuencia; además, desarrollan una relación con
sus madres de mucha mejor calidad. “Lo que muestran estos análisis es que tanto
las madres como los padres hacen contribuciones vitales para el bienestar del
hijo adolescente”, concluye en su estudio.
Para terminar de recalcar la
importancia de la figura paterna, Bradford cita un artículo de Charlotter
Hilton publicado en Redbook, que señala como un padre
implicado y afectivo es crucial en la educación de las hijas, y evita que
acaben cayendo en desórdenes alimenticios o relaciones sexuales tempranas.
Vida Cristiana
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