Ø Domingo 4 de Pascua, Año C, llamado «del buen pastor». (2019). El buen pastor es Cristo. La vocación cristiana comienza con una voz que resuena en el exterior de nosotros: es una gracia que precede la historia de cada uno. Los cristianos debemos escuchar la voz del Señor y seguirle. «Escuchar» en el lenguaje bíblico tiene unas resonancias específicas: la adhesión gozosa, la elección de vida. Conocer no es solamente una acción intelectual sino una relación cordial, que lleva a la comunión, a una presencia que acaba en el amor. Se ama a quien se conoce y se conoce a quien se ama. La meta de la vocación cristiana es la vida eterna, es decir, la comunión de vida con Dios. El conocimiento del Señor como pastor implica el reconocimiento de su soberanía divina y la aceptación de sus exigencias. Es decir, tiene implicaciones éticas. El verdadero conocimiento lleva a la comunión. Jornada mundial por las vocaciones.. "La razón más profunda de la dignidad humana, - leemos en el documento conciliar Gaudium et spes,- está en la vocación del hombre a la comunión de Dios. Vocación es la palabra que da sentido al existir cotidiano, mientras estamos en camino hacia la plenitud de la vida. Considerar la vida como vocación favorece la libertad interior, estimulando en la persona el deseo de futuro, conjuntamente con el rechazo de una concepción de la existencia pasiva, aburrida y banal.
v
Cfr. 4º Domingo de Pascua, Ciclo C. 12 de mayo de 2019
Evangelio: Juan 10, 27-30; 2ª
Lectura: Apocalipsis 7, 9.14-17;
Cfr.
Temi di predicazione – Omelie – editrice dominicana italiana – n. 102 Nuova
Serie – IV Domenica di Pasqua;
Gianfranco
Ravasi, Secondo le Scritture Anno C, Piemme, I edizione economica 1999, IV Domenica
del Tempo di
Pasqua.
Segunda Lectura, Apocalipsis 7, 9.14b-17: 9 Yo, Juan, vi una gran multitud que nadie podía
contar, de todas las naciones, tribus, pueblos y lenguas, de pie ante el trono
y ante el Cordero, vestidos con túnicas blancas, y con palmas en sus manos. Y
uno de los ancianos me dijo: Estos son los que vienen de la gran tribulación,
los que han lavado sus túnicas y las han blanqueado con la sangre del Cordero. 15
Por eso están ante el trono de Dios y le sirven día y noche en su templo, y el
que se sienta en el trono habitará en medio de ellos. 16 Ya no tendrán hambre, ni tendrán sed, no les agobiará el sol, ni
calor alguno, 17 pues el Cordero, que está en medio del trono, será su pastor,
que los conducirá a las fuentes de las aguas de la vida, y Dios enjugará toda
lágrima de sus ojos.
Evangelio,
Juan 10, 27-30: 27 Mis ovejas escuchan mi voz; yo las conozco y ellas me siguen. 28 Yo les
doy vida eterna y no perecerán jamás, y nadie las arrebatará de mi
mano. 29 El Padre, que me las ha dado, es más grande
que todos, y nadie puede arrebatar nada de la mano del Padre. 30 Yo y el
Padre somos uno.
Aleluya antes del Evangelio: Juan 10, 14: Yo soy el buen Pastor – dice el Señor -,
conozco mis ovejas, y las mías me conocen.
JESUCRISTO ES EL BUEN PASTOR
Mis ovejas escuchan mi voz
Yo las conozco y ellas me siguen
(Juan 10, 27)
·
Jesucristo, Buen
Pastor, nos conoce a cada uno de nosotros. En el Evangelio de hoy nos dice:
“Mis ovejas
escuchan mi voz; yo las conozco y ellas mi siguen. Yo les doy vida eterna y no
perecerán jamás, y nadie las arrebatará de mi mano.” (Juan 10,27-29).
1. «Escuchar» (Juan 10, 27) en el
lenguaje bíblico tiene unas resonancias específicas: la adhesión gozosa, la
elección de vida.
v
Quien ha escuchado y se ha dado a conocer y ha
conocido a Dios «sigue» a Cristo como a su único Pastor
·
Ravasi o.c.:
“El hombre debe «escuchar» y sabemos que en el lenguaje bíblico ese verbo está cargado
de resonancias ulteriores que
implican también la adhesión gozosa, la obediencia, la elección de vida”. p. 121
“Se establece una comunicación íntima y profunda entre
Cristo y el discípulo, que es definida por una grande palabra bíblica:
«conocer». Esta palabra abraza de una manera tan intensa la mente y el corazón, la acción y el ser
entero del hombre, que llega a ser, en los labios de Jesús, la misma definición
que la de vida eterna: “Ésta es la vida eterna: que te conozcan a Ti, el único
Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien
Tú has enviado” (Juan 17,3). p. 121
“Quien ha escuchado y se ha
dado a conocer y ha conocido a Dios «sigue» a Cristo como a su único
Pastor. Este seguimiento debe ser
cotidiano y continuo, también cuando en el horizonte se entrevé la pesadilla del lobo que se para ante
nosotros dispuesto a devorar nuestra carne y a torturar nuestro espíritu. En
esos momentos salen a relucir en nuestra mente otras dos verbos del párrafo del
Pastor: nunca «pereceremos», y nadie nos podrá
«arrebatar» de la mano segura y omnipotente de Cristo”. p. 121
2. “Yo les doy la vida eterna” (Juan 10, 28)
v La
meta de la vocación cristiana es la vida eterna no la que enseñaban los
griegos, sino la comunión de vida con Dios.
Cfr. Gianfranco Ravasi o.c.
“La meta de la vocación cristiana, en efecto, nos es ni oscura
ni incierta, sino que se encuentra en la
frase última pronunciada por Cristo
Pastor: «Yo les doy vida eterna» (Juan 10, 28). En el lenguaje de Juan «vida
eterna» no alude a un infinita extensión de años, a una inmortalidad del alma
como la enseñaban los Griegos; se trata,
en cambio, de la misma vida divina, es la comunión de vida, de paz, de estar
con Dios mismo”. p. 122
o Encontramos la descripción simbólica de esta experiencia
de la vida eterna en la segunda Lectura
de hoy, del libro del Apocalipsis. La comunión perfecta con Dios cara cara.
“La descripción simbólica de esta experiencia la
tenemos delante de nosotros en la segunda Lectura de hoy, que presenta a
nuestra mente un grandioso fresco del Apocalipsis. En él una inmensa multitud
de discípulos pertenecientes a todas las regiones, a todos los tiempos y a
todas las culturas de nuestro planeta, no tiene
en adelante hambre y sed, no es herida por los sucesos externos del
clima y de la historia, no conoce en adelante el amargo sabor de las lágrimas,
no bebe ya el veneno de la muerte, porque Dios, a sus fieles. Les ha abierto
«la fuente de las aguas de la vida»”. p.
122
“Es el momento de la comunión perfecta con Dios. Ha
quedado a las espaldas el tiempo en el que
ellos, los fieles, debían sumergirse en la sangre de la prueba, del
sufrimiento y de la tribulación participando en la pasión de Cristo. Ahora ellos se visten con el vestido cándido
y resplandeciente del angel pascual (Lucas 24,4). Ellos están ya en la
felicidad y sobre ellos se extiende la tienda estrellada del cielo, imagen del
Templo celeste perfecto en el que Dios estará presente no ya como en un reflejo
para contemplar como en un espejo, sino que se mostrará cara a cara (1
Corintios 13,12)”. pp. 122-123
v
Una aclaración acerca de la imagen de las ovejas
en la época actual.
o El
uso de la imagen de las ovejas, no tiene nada que ver con el sentido actual a
veces peyorativo.
·
Los discípulos se
llaman así porque «aprenden»: «discere» en latín significa aprender. El
uso de la
imagen de las ovejas, no tiene
nada que ver con el sentido actual a veces peyorativo; responde más bien a la
cultura de la época en que hablaba el Señor, a una sociedad como la hebrea
donde ser pastor y tener ovejas era señal de una buena situación social, señal
de riqueza y de bienestar. Los verdaderos discípulos acogen dócilmente sus
palabras, es decir, permiten al Maestro que enseñe («docere», en latín,
significa enseñar). Los verdaderos discípulos son dóciles en cuanto que aprender a vivir como su modelo, Cristo,
pastor ejemplar.
3. El conocimiento en la Biblia
v
A) Conocer no es solamente una acción
intelectual sino una relación cordial, que lleva a la comunión, a una presencia
que acaba en el amor.
o Se
ama a quien se conoce y se conoce a quien se ama.
·
El verbo
«conocer» no indica solamente una acción intelectual, sino una relación cordial
y afectiva.
Jesús nos conoce en el sentido
de que ama a las personas que están ligadas a Él. Por analogía, nosotros le
conocemos en cuanto que le amamos. Se trata de una relación mutua y recíproca:
se ama a quien se conoce y se conoce a quien se ama.
o El
verdadero conocimiento en la Biblia lleva a la comunión.
·
Biblia de Jerusalén, comentario a Juan 10,14: “En la Biblia (ver Os 2,22+), el «conocimiento» no
procede de una actividad
puramente intelectual, sino de una «experiencia», de una presencia (comparar Juan
10, 14-15 y 14,20; 17, 21-22; ver 14, 17; 17,3; 2 Jn 1-2); acaba
necesariamente en el amor (ver Oseas 6,6+ y 1 Jn 1,3+, 10,16)”.
·
Biblia de Jerusalén, comentario a 1 Juan 1,3: El verdadero
«conocimiento» en la Biblia lleva a la
«comunión».
“El término «comunión» (ver 1 Corintios
1,9+; 2 Pedro 1,4), expresa uno de los temas
principales de la mística joánica (Jn 14,20; 15, 1-6; 17, 11.20-26); unión
de la comunidad cristiana basada en la unión de cada fiel con Dios, en Cristo.
Esta unión se expresa bajo diversas formas: el cristiano «permanece en Dios y
Dios permanece en él» (1 Juan 2, 5.6.24.27; 3,6.24; 4, 12.13.15.16; ver Juan
6,56+), ha nacido de Dios (2,29; 3,9; 4,7; 5, 1.18), es de Dios
(2,16; 3,10; 4,4.6; 5,19), conoce a Dios (2, 3.13.14; 3,6; 4,
7-8) (sobre conocimiento y presencia, ver también: Juan 14,17; 2 Juan 1,2).
v
B) Nuestro conocimiento del Señor como pastor implica el
reconocimiento de su soberanía divina y la aceptación de sus exigencias.
·
Esta identidad
divina justifica el que el Señor afirmase en cierta ocasión una exigencia absoluta:
“Quien no está conmigo está contra mí” (Mateo
12,30) (cfr. CEC n. 590). No le reconocieron como Dios hecho hombre y veían en
Él a “un hombre que se hace Dios” (Juan 10, 33), y, por tanto, lo juzgaron como
un blasfemo (cfr. CEC n. 594).
o Es
decir, implica un comportamiento ético. La obediencia concreta a su voluntad.
·
Cfr. Comentario al Nuevo Testamento, la Casa de la
Biblia, 3ª edición 1995, Juan 10, 1-6
y 7-21:
El conocimiento del Señor como
pastor implica el reconocimiento de la soberanía divina y la aceptación de sus
exigencias (Is 1,2ss; Jr 9, 3-5; 31,34), y la garantía del verdadero
conocimiento es la obediencia concreta a su voluntad (Jr 16,11). “Implica, por tanto,
el comportamiento ético adecuado, el aspecto moral, del que prescindían los
gnósticos. Igualmente el evangelio de Juan habla de un conocimiento activo, de
una relación personal entre el pastor y sus ovejas, «como» la que existe entre
el Padre y el Hijo. Así como éste se expresa en el amor del Padre por el Hijo
(Jn 3,35; 10,17; 15,9 ...) y en la obediencia del Hijo del Padre (Jn 4,34; 6,39
...), del mismo modo el conocimiento del pastor se manifiesta en el amor por
las ovejas (Jn 13,1; 15,12-13) y en la confianza que las ovejas tienen en el
pastor (Jn 10, 25-30.37-38). La fe se
traduce aquí por el seguimiento de las ovejas al pastor (Jn 14, 21-24).”
4. El
significado de dar la vida
Cfr. Evangelio,
Juan 10,28 y 2ª Lectura, del libro del
Apocalipsis.
v
Dos significados.
·
El conocimiento
de sus discípulos por parte del Señor se aclara con lo que afirma en Juan 10,
en el v. 28: “yo
les doy vida eterna”.
“Dar la vida” tiene dos
significados: por una parte, Jesús da la propia vida en el sentido de que la
pierde; y por otra, en el sentido de que comunica su vida, permitiendo así a
los discípulos de tener una vida plena. También
hay que tener en cuenta que el adjetivo “eterna” en Juan indica plenitud
y totalidad, no solamente duración infinita. Vida eterna por tanto es plena
realización de la vida, completa madurez humana. Primariamente no significa una
realidad contraria a temporal, sino más bien participación en la vida misma de
Dios.
o Todos
somos llamados a participar de esa vida eterna. Nuestra condición actual.
·
Todos somos
llamados a participar de esa vida eterna. En la segunda lectura se nos habla de
“una
muchedumbre tan grande que
nadie podía contarla. Eran individuos de todas las naciones y razas, de todos
los pueblos y lenguas. Todos estaban de pie, delante del trono y del Cordero;
iban vestidos con una túnica blanca y llevaban palmas en las manos. (...) Han
lavado y blanqueado su túnica con la sangre del Cordero (...) el Cordero que
está en el trono será su pastor y los conducirá a las fuentes del agua de la
vida, y Dios enjugará de sus ojos toda lágrima”.
En cuanto hombres destinados a la
vida eterna, debemos considerar provisional nuestra condición terrestre, y también que nuestra debilidad y
fragilidad son una situación límite de la que seremos liberados.
·
JPII, Catequesis 16-12-1998: “Esta "vida eterna" no es mas que la
participación de los creyentes en
la vida misma de Jesús
resucitado y consiste en ser insertados en la circulación de amor que une al
Padre y al Hijo, que son uno (Juan 10,30;
17,21-22).
·
Ravasi o.c:
“En el lenguaje de Juan «vida eterna» no alude tanto a una infinita
prolongación de los
años, a una inmortalidad del
alma como era enseñado por los Griegos; en cambio, es la misma vida divina, y
la comunión de vida, de paz, de ser con
Dios mismo”. p. 122
5. La vida como vocación
v Cfr.
Juan Pablo II, Mensaje para la 38 jornada mundial por las vocaciones, 6 de mayo
de 2001. 4º Domingo de Pascua.
o A) “La razón más profunda de la dignidad humana,
- leemos en el documento conciliar Gaudium et spes,- está en la vocación del
hombre a la comunión de Dios”.
§ Vocación
es la palabra que da sentido al existir cotidiano, mientras estamos en camino
hacia la plenitud de la vida.
1. – (…)
La
palabra "vocación" cualifica muy bien las relaciones de Dios con cada
ser humano en la libertad del amor, porque "cada vida es vocación"
(Pablo VI, carta Enc. Populorum
progressio, 15). (...)
Vocación
es la palabra que introduce a la comprensión de los dinamismos de la revelación
de Dios y descubre al hombre la verdad sobre su existencia: "La razón más
profunda de la dignidad humana, - leemos en el documento conciliar Gaudium et spes,- está en la vocación
del hombre a la comunión de Dios. Ya desde su nacimiento es invitado el hombre
al diálogo con Dios: pues, si existe, es porque, habiéndole creado Dios por
amor, por amor le conserva siempre, y no vivirá plenamente conforme a la
verdad, si no reconoce libremente este amor y si no se entrega a su
Creador". (N° 19). Es en este diálogo de amor con Dios que se funda la
posibilidad para cada uno de crecer según líneas y características propias,
recibidas como don y capaces de " dar sentido" a la historia y a las
relaciones fundamentales de su existir cotidiano, mientras se está en camino
hacia la plenitud de la vida.
o B)
Considerar la vida como vocación favorece la libertad interior, estimulando en
la persona el deseo de futuro, conjuntamente con el rechazo de una concepción
de la existencia pasiva, aburrida y banal.
2. - Considerar la vida como vocación favorece la
libertad interior, estimulando en la persona el deseo de futuro, conjuntamente
con el rechazo de una concepción de la existencia pasiva, aburrida y banal. La
vida asume así el valor del "don recibido, que tiende por naturaleza a
llegar a ser bien dado" (Doc. Nuevas
vocaciones para una nueva Europa, 1997,16, b). El hombre muestra ser
renovado en el Espíritu (cfr. Jn. 3,
3.5) cuando aprende a seguir el camino del nuevo mandamiento "que os améis
los unos a los otros, como yo os he amado" ( cfr. Jn 15,12). Se puede afirmar que, en cierto sentido, el amor es el
DNA de los hijos de Dios; es la " la vocación santa" con la que hemos
sido llamados "según su propósito y su gracia, gracia que nos fue dada en
Cristo Jesús, antes de los tiempos eternos y manifestada en el presente por la
aparición de nuestro Salvador, Jesucristo " (2 Tm 1,9.10).
o C)
En el origen de todo camino vocacional, está Emmanuel, el Dios-con-nosotros.
§ Él
nos revela que no estamos solos construyendo nuestra vida, porque Dios camina
con nosotros en medio de nuestros quehaceres y si nosotros lo queremos,
entreteje con cada cual una maravillosa historia de amor, única e irrepetible.
En
el origen de todo camino vocacional está Emmanuel, el Dios-con-nosotros. Él nos
revela que no estamos solos construyendo nuestra vida, porque Dios camina con
nosotros en medio de nuestros quehaceres y si nosotros lo queremos, entreteje
con cada cual una maravillosa historia de amor, única e irrepetible. Y al mismo
tiempo, en armonía con la humanidad y con el mundo entero.
Descubrir
la presencia de Dios en la propia historia, no sentirse nunca huérfano sino
siendo consciente de tener un Padre del que podemos fiarnos totalmente: este es
el gran cambio que transforma el horizonte simplemente humano y lleva al hombre
a comprender, como afirma la Gaudium et spes, que no puede "
encontrarse plenamente a sí mismo sino en la entrega sincera de sí mismo"
(N°24). En estas palabras del Concilio Vaticano II está encerrado el secreto de
la existencia cristiana y de toda la auténtica realización humana.
o D.
La necesidad del testimonio de hombres y mujeres: a) que muestren la fecundidad
de una existencia que tiene en Dios su fuente; b) en la docilidad a la acción
del Espíritu su fuerza; c) en la comunión con Cristo y con la Iglesia, que es
garantía del sentido auténtico de la fatiga cotidiana.
§ Conviene
que en la Comunidad
cristiana, cada uno descubra su personal vocación y responda con generosidad.
3. - Hoy,
sin embargo, esta lectura cristiana de la existencia debe hacer el balance de algunos
comportamientos de la cultura occidental, en la que Dios es prácticamente
marginado del vivir cotidiano. He aquí porqué es necesario un compromiso acorde
de toda la comunidad cristiana para "reevangelizar la vida". Conviene
a esta fundamental obligación pastoral el testimonio de hombres y mujeres que
muestren la fecundidad de una existencia que tiene en Dios su fuente, en la
docilidad a la acción del Espíritu su fuerza, en la comunión con Cristo y con la Iglesia la garantía del
sentido auténtico de la fatiga cotidiana. Conviene que en la Comunidad cristiana,
cada uno descubra su personal vocación y responda con generosidad. Cada vida es
una vocación, y todo creyente es
invitado a cooperar en la edificación de la Iglesia. (…).
Vida Cristiana
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