[Chiesa/Testi/Bioética/CuidadosPaliativosEutanasiaEncarnizamientoTerapéutico,etc. CEC]
Algunos números del Catecismo de la Iglesia Católica sobre los cuidados hacia todos los que sufren. El respeto especial a quienes tienen una vida disminuida o debilitada. La interrupción de tratamientos onerosos, desproporcionados o extraordinarios. El uso de analgésicos para aliviar los sufrimientos del moribundo. Los cuidados paliativos. Las atenciones necesarias para ayudarles a vivir sus últimos momentos en la dignidad y la paz. La eutanasia. El encarnizamiento terapéutico.
1503: Cristo, médico - La compasión de
Cristo hacia los enfermos y sus numerosas curaciones de dolientes de toda clase
(Cf Mateo 4, 24) son un signo maravilloso de que «Dios ha visitado a su pueblo»
(Lucas 7, 16) y de que el Reino de Dios está muy cerca. Jesús no tiene
solamente poder para curar, sino también de perdonar los pecados (Cf Marcos 2,
5-12): vino a curar al hombre entero, alma y cuerpo; es el médico que los
enfermos necesitan (Cf Marcos 2, 17). Su compasión hacia todos los que sufren
llega hasta identificarse con ellos: «Estuve enfermo y me visitasteis» (Mateo
25, 36). Su amor de predilección para con los enfermos no ha cesado, a lo largo
de los siglos, de suscitar la atención muy particular de los cristianos hacia
todos los que sufren en su cuerpo y en su alma. Esta atención dio origen a
infatigables esfuerzos por aliviar a los que sufren.
2276: La eutanasia - Aquellos cuya vida
se encuentra disminuida o debilitada tienen derecho a un respeto especial. Las
personas enfermas o disminuidas deben ser atendidas para que lleven una vida
tan normal como sea posible.
2277: Cualesquiera que sean los motivos
y los medios, la eutanasia directa consiste en poner fin a la vida de personas
disminuidas, enfermas o moribundas. Es moralmente inaceptable.
Por tanto, una acción o una
omisión que, de suyo o en la intención, provoca la muerte para suprimir el
dolor, constituye un homicidio gravemente contrario a la dignidad de la persona
humana y al respeto del Dios vivo, su Creador. El error de juicio en el que se
puede haber caído de buena fe no cambia la naturaleza de este acto homicida,
que se ha de rechazar y excluir siempre.
2278: La interrupción de tratamientos
médicos onerosos, peligrosos, extraordinarios o desproporcionados a los
resultados puede ser legítima. Interrumpir estos tratamientos es rechazar el
«encarnizamiento terapéutico». Con esto no se pretende provocar la muerte; se
acepta no poder impedirla. Las decisiones deben ser tomadas por el paciente, si
para ello tiene competencia y capacidad o si no por los que tienen los derechos
legales, respetando siempre la voluntad razonable y los intereses legítimos del
paciente.
2279: Aunque la muerte se considere
inminente, los cuidados ordinarios debidos a una persona enferma no pueden ser
legítimamente interrumpidos. El uso de analgésicos para aliviar los
sufrimientos del moribundo, incluso con riesgo de abreviar sus días, puede ser
moralmente conforme a la dignidad humana si la muerte no es pretendida, ni como
fin ni como medio, sino solamente prevista y tolerada como inevitable. Los
cuidados paliativos constituyen una forma privilegiada de la caridad
desinteresada. Por esta razón deben ser alentados.
2299: El respeto a los muertos - A los moribundos
se han de prestar todas las atenciones necesarias para ayudarles a vivir sus
últimos momentos en la dignidad y la paz. Deben ser ayudados por la oración de
sus parientes, los cuales cuidarán que los enfermos reciban a tiempo los
sacramentos que preparan para el encuentro con el Dios vivo.
2324: La eutanasia voluntaria, cualesquiera que sean sus formas y sus motivos, constituye un homicidio. Es gravemente contraria a la dignidad de la persona humana y al respeto del Dios vivo, su Creador.
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Vida Cristiana
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