[DomingoDíaDelSeñor
Catecismo de la Iglesia Católica]
DOMINGO,
DIA DEL SEÑOR
Catecismo
de la Iglesia Católica: índice analítico
La
celebración dominical, centro de la vida de la Iglesia, 2177;
Defensa
del día del Señor como festivo, 2187-88;
El
Domingo como primer día de la semana, 1166-67, 2174;
El
Domingo, cumplimiento y realización plena del sábado, 2175-76;
El
Domingo como día familiar cultural y social y para ejercitar la vida religiosa,
2184, 2194;
El
Domingo día principal de la celebración eucarística, 1193;
El
Domingo, día de la resurrección de Jesús, 1343;
Obligación
de participar en la celebración litúrgica dominical, 1389, 2042, 2180-83;
El
descanso dominical, 2185-86, 2193;
La
santificación del Domingo por medio de la oración, 2698;
Significado
del Domingo, 1163, 2190
La
celebración dominical, centro de la vida de la Iglesia
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n. 2177:
«La eucaristía dominical»
La celebración
dominical del Día y de la Eucaristía del Señor tiene un papel principalísimo en
la vida de la Iglesia. "El domingo en el que se celebra el misterio
pascual, por tradición apostólica, ha de observarse en toda la Iglesia como
fiesta primordial de precepto" (CIC, can. 1246, 1).
"Igualmente
deben observarse los días de Navidad, Epifanía, Ascensión, Santísimo Cuerpo y
Sangre de Cristo, Santa María Madre de Dios, Inmaculada Concepción y Asunción,
San José, Santos Apóstoles Pedro y Pablo y, finalmente, todos los Santos"
(CIC, can. 1246, 1).
Defensa
del día del Señor como festivo
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n. 2187: Santificar los
domingos y los días de fiesta exige un esfuerzo común. Cada cristiano
debe evitar imponer
sin necesidad a otro lo que le impediría guardar el día del Señor. Cuando las
costumbres (deportes, restaurantes, etc.) y los compromisos sociales (servicios
públicos, etc.) requieren de algunos un trabajo dominical, cada uno tiene la
responsabilidad de un tiempo suficiente de descanso. Los fieles cuidarán con
moderación y caridad evitar los excesos y las violencias engendrados a veces
por espectáculos multitudinarios. A pesar de las presiones económicas, los
poderes públicos deben asegurar a los ciudadanos un tiempo destinado al
descanso y al culto divino. Los patronos tienen una obligación análoga respecto
a sus empleados.
-
n. 2188: En el respeto de
la libertad religiosa y del bien común de todos, los cristianos deben
reclamar el
reconocimiento de los domingos y días de fiesta de la Iglesia como días
festivos legales. Deben dar a todos un ejemplo público de oración, de respeto y
de alegría, y defender sus tradiciones como una contribución preciosa a la vida
espiritual de la sociedad humana. Si la legislación del país u otras razones
obligan a trabajar el domingo, este día debe ser al menos vivido como el día de
nuestra liberación que nos hace participar en esta "reunión de fiesta",
en esta "asamblea de los primogénitos inscritos en los cielos" (Hb
12, 22 - 23).
El
Domingo como primer día de la semana
-
n. «1166:El día del Señor»: "La Iglesia, desde la tradición
apostólica que tiene su origen en el
mismo día de la
resurrección de Cristo, celebra el misterio pascual cada ocho días, en el día
que se llama con razón `día del Señor' o domingo" (SC 106). El día de la
Resurrección de Cristo es a la vez el "primer día de la semana",
memorial del primer día de la creación, y el "octavo día" en que
Cristo, tras su "reposo" del gran Sabbat, inaugura el Día "que
hace el Señor", el "día que no conoce ocaso" (Liturgia
bizantina). El "banquete del Señor" es su centro, porque es aquí
donde toda la comunidad de los fieles encuentra al Señor resucitado que los
invita a su banquete (cf Jn 21, 12; Lc 24, 30):
"El día del Señor, el día de la Resurrección, el día de los
cristianos, es nuestro día. Por eso es llamado día del Señor: porque es en este
día cuando el Señor subió victorioso junto al Padre. Si los paganos lo llaman
día del sol, también lo hacemos con gusto; porque hoy ha amanecido la luz del
mundo, hoy ha aparecido el sol de justicia cuyos rayos traen la salvación"
(S. Jerónimo, pasch.).
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n. 1167:El domingo es el
día por excelencia de la Asamblea litúrgica, en que los fieles "deben
reunirse para,
escuchando la palabra de Dios y participando en la Eucaristía, recordar la
pasión, la resurrección y la gloria del Señor Jesús y dar gracias a Dios, que
los 'hizo renacer a la esperanza viva por la resurrección de Jesucristo de
entre los muertos'" (SC 106):
"Cuando meditamos, oh Cristo, las maravillas que fueron realizadas
en este día del domingo de tu santa Resurrección, decimos: Bendito es el día
del domingo, porque en él tuvo comienzo la Creación… la salvación del mundo… la
renovación del género humano… en él el cielo y la tierra se regocijaron y el
universo entero quedó lleno de luz. Bendito es el día del domingo, porque en él
fueron abiertas las puertas del paraíso para que Adán y todos los desterrados entraran
en él sin temor" (Fanqîth, Oficio siriaco de Antioquía, vol 6, 1ª parte
del verano, p. 193b).
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n. «2174 : II. EL DIA DEL
SEÑOR». ¡Este es el día que ha hecho el Señor, exultemos y
gocémonos en él!
(Sal 118, 24). El día de la Resurrección: la nueva creación Jesús resucitó de
entre los muertos "el primer día de la semana" (Mt 28, 1; Mc 16, 2;
Lc 24, 1; Jn 20, 1). En cuanto "primer día", el día de la
Resurrección de Cristo recuerda la primera creación. En cuanto "octavo
día", que sigue al sábado (cf Mc 16, 1; Mt 28, 1), significa la nueva
creación inaugurada con la resurrección de Cristo. Para los cristianos vino a
ser el primero de todos los días, la primera de todas las fiestas, el día del
Señor ("Hè kyriakè hèmera", "dies dominica"), el
"domingo":
"Nos reunimos todos el día del sol porque es el primer día
(después del sábado judío, pero también el primer día), en que Dios, sacando la
materia de las tinieblas, creó al mundo; ese mismo día, Jesucristo nuestro
Salvador resucitó de entre los muertos" (S. Justino, Apol. 1, 67).
El
Domingo, cumplimiento y realización plena del sábado
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n. 2175 :«El domingo,
plenitud del sábado».
El Domingo se distingue expresamente del sábado, al que sucede
cronológicamente cada semana, y cuya prescripción litúrgica reemplaza para los
cristianos. Realiza plenamente, en la Pascua de Cristo, la verdad espiritual
del sábado judío y anuncia el descanso eterno del hombre en Dios. Porque el
culto de la ley preparaba el misterio de Cristo, y lo que se practicaba en ella
prefiguraba algún rasgo relativo a Cristo (cf 1Co 10, 11):
"Los que vivían según el orden de cosas antiguo han venido a la
nueva esperanza, no observando ya el sábado, sino el día del Señor, en el que
nuestra vida es bendecida por él y por su muerte" (S. Ignacio de Antioquía,
Magn. 9, 1).
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n. 2176:La celebración del
domingo observa la prescripción moral, inscrita en el corazón del
hombre, de "
dar a Dios un culto exterior, visible, público y regular bajo el signo de su
bondad universal hacia los hombres" (S. Tomás de Aquino, s. th. 2 - 2,
122, 4). El culto dominical realiza el precepto moral de la Antigua Alianza,
cuyo ritmo y espíritu recoge celebrando cada semana al Creador y Redentor de su
pueblo.
El
Domingo como día familiar cultural y social y para ejercitar la vida religiosa
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n. 2184 :«Día de gracia y
de descanso».
Así como Dios
"cesó el día séptimo de toda la tarea que había hecho" (Gn 2, 2), la
vida humana sigue un ritmo de trabajo y descanso. La institución del Día del
Señor contribuye a que todos disfruten del tiempo de descanso y de solaz
suficiente que les permita cultivar su vida familiar, cultural, social y
religiosa (cf GS 67, 3).
-
n. 2194: La institución del
domingo contribuye a que todos disfruten de un "reposo y ocio
suficientes para
cultivar la vida familiar, cultural, social y religiosa" (GS 67, 3).
El
Domingo día principal de la celebración eucarística
-
n. 2193 :"El domingo y
las demás fiestas de precepto… los fieles se abstendrán de aquellos
trabajos y
actividades que impidan dar culto a Dios, gozar de la alegría propia del día
del Señor o disfrutar del debido descanso de la mente y del cuerpo" (CIC,
can 1247).
El
Domingo, día de la resurrección de Jesús
-
n. 1343:Era sobre todo
"el primer día de la semana", es decir, el domingo, el día de la
resurrección de
Jesús, cuando los cristianos se reunían para "partir el pan" (Hch 20,
7). Desde entonces hasta nuestros días la celebración de la Eucaristía se ha
perpetuado, de suerte que hoy la encontramos por todas partes en la Iglesia,
con la misma estructura fundamental. Sigue siendo el centro de la vida de la
Iglesia.
Obligación
de participar en la celebración litúrgica dominicalII. Los mandamientos de la
Iglesia.
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n. 1389:La Iglesia obliga a
los fieles a participar los domingos y días de fiesta en la divina
liturgia (cf OE 15)
y a recibir al menos una vez al año la Eucaristía, si es posible en tiempo
pascual (cf CIC, can. 920), preparados por el sacramento de la Reconciliación.
Pero la Iglesia recomienda vivamente a los fieles recibir la santa Eucaristía
los domingos y los días de fiesta, o con más frecuencia aún, incluso todos los
días.
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n. 2042 :El primer
mandamiento ("oír misa entera y los domingos y demás fiestas de precepto y
no realizar trabajos
serviles") exige a los fieles que santifiquen el día en el cual se
conmemora la Resurrección del Señor y las fiestas litúrgicas principales en
honor de los misterios del Señor, de la Santísima Virgen María y de los santos,
en primer lugar participando en la celebración eucarística, y descansando de
aquellos trabajos y ocupaciones que puedan impedir esa santificación de estos
días (cf CIC can. 1246 - 1248; CCEO, can. 880, § 3; 881, §§ 1. 2. 4).
«La obligación del
Domingo »
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n. 2180: El mandamiento de
la Iglesia determina y precisa la ley del Señor: "El domingo y las
demás fiestas de
precepto los fieles tienen obligación de participar en la Misa" (CIC, can.
1247). "Cumple el precepto de participar en la Misa quien asiste a ella,
dondequiera que se celebre en un rito católico, tanto el día de la fiesta como el
día anterior por la tarde" (CIC, can. 1248, 1)
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n. 2181:La eucaristía del
Domingo fundamenta y ratifica toda la práctica cristiana. Por eso los
fieles están
obligados a participar en la eucaristía los días de precepto, a no ser que
estén excusados por una razón seria (por ejemplo, enfermedad, el cuidado de
niños pequeños) o dispensados por su pastor propio (cf CIC, can. 1245). Los que deliberadamente
faltan a esta obligación cometen un pecado grave.
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n.. 2182:La participación
en la celebración común de la eucaristía dominical es un testimonio de
pertenencia y de
fidelidad a Cristo y a su Iglesia. Los fieles proclaman así su comunión en la
fe y la caridad. Testimonian a la vez la santidad de Dios y su esperanza de la
salvación. Se reconfortan mutuamente, guiados por el Espíritu Santo.
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n. 2183:"Cuando falta
el ministro sagrado u otra causa grave hace imposible la participación en
la celebración
eucarística, se recomienda vivamente que los fieles participen en la liturgia
de la palabra, si ésta se celebra en la iglesia parroquial o en otro lugar
sagrado conforme a lo prescrito por el Obispo diocesano, o permanezcan en
oración durante un tiempo conveniente, solos o en familia, o, si es oportuno,
en grupos de familias" (CIC, can. 1248, 2).
El
descanso dominical
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n. 2185:Durante el domingo
y las otras fiestas de precepto, los fieles se abstendrán de entregarse
a trabajos o
actividades que impidan el culto debido a Dios, la alegría propia el día del
Señor, la práctica de las obras de misericordia, la distensión necesaria del
espíritu y del cuerpo (cf CIC, can. 1247). Las necesidades familiares o una
gran utilidad social constituyen excusas legítimas respecto al precepto del
descanso dominical. Los fieles deben cuidar que legítimas excusas no
introduzcan hábitos perjudiciales a la religión, a la vida de familia y a la
salud.
"El amor de la verdad busca el santo ocio, la necesidad del amor
acoge el justo trabajo" (S. Agustín, civ. 19, 19).
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n. 2186:Los cristianos que
disponen de ocio deben acordarse de sus hermanos que tienen las
mismas necesidades y
los mismos derechos y no pueden descansar a causa de la pobreza y la miseria.
El domingo está tradicionalmente consagrado por la piedad cristiana a obras
buenas y a servicios humildes con los enfermos, débiles y ancianos. Los cristianos
deben santificar también el domingo dedicando a su familia el tiempo y los
cuidados difíciles de prestar los otros días de la semana. El domingo es un
tiempo de reflexión, de silencio, de cultura y de meditación, que favorecen el
crecimiento de la vida interior y cristiana.
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n 2193:"El domingo y
las demás fiestas de precepto… los fieles se abstendrán de aquellos
trabajos y
actividades que impidan dar culto a Dios, gozar de la alegría propia del día
del Señor o disfrutar del debido descanso de la mente y del cuerpo" (CIC,
can 1247).
La
santificación del Domingo por medio de la oración
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n. 2698:La Tradición de la
Iglesia propone a los fieles unos ritmos de oración destinados a
alimentar la oración
continua. Algunos son diarios: la oración de la mañana y la de la tarde, antes
y después de comer, la Liturgia de las Horas. El domingo, centrado en la
Eucaristía, se santifica principalmente por medio de la oración. El ciclo del
año litúrgico y sus grandes fiestas son los ritmos fundamentales de la vida de oración
de los cristianos.
Significado
del Domingo - «III. ¿CUANDO CELEBRAR?» - El tiempo litúrgico
-
n. 1163: "La santa
Madre Iglesia considera que es su deber celebrar la obra de salvación de su
divino Esposo con un
sagrado recuerdo, en días determinados a través del año. Cada semana, en el día
que llamó 'del Señor', conmemora su resurrección, que una vez al año celebra
también, junto con su santa pasión, en la máxima solemnidad de la Pascua.
Además, en el círculo del año desarrolla todo el misterio de Cristo… Al
conmemorar así los misterios de la redención, abre la riqueza de las virtudes y
de los méritos de su Señor, de modo que se los hace presentes en cierto modo,
durante todo tiempo, a los fieles para que los alcancen y se llenen de la
gracia de la salvación" (SC 102)
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n. 2190:El sábado, que
representaba la coronación de la primera creación, es sustituido por el
domingo que recuerda
la nueva creación, inaugurada en la resurrección de Cristo.
Vida Cristiana
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