sábado, 16 de noviembre de 2019

DOMINGO, DIA DEL SEÑOR Catecismo de la Iglesia Católica: índice analítico




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DOMINGO, DIA DEL SEÑOR

Catecismo de la Iglesia Católica: índice analítico
La celebración dominical, centro de la vida de la Iglesia, 2177; 
Defensa del día del Señor como festivo, 2187-88; 
El Domingo como primer día de la semana, 1166-67, 2174; 
El Domingo, cumplimiento y realización plena del sábado, 2175-76; 
El Domingo como día familiar cultural y social y para ejercitar la vida religiosa, 2184, 2194; 
El Domingo día principal de la celebración eucarística, 1193; 
El Domingo, día de la resurrección de Jesús, 1343; 
Obligación de participar en la celebración litúrgica dominical, 1389, 2042, 2180-83; 
El descanso dominical, 2185-86, 2193; 
La santificación del Domingo por medio de la oración, 2698; 
Significado del Domingo, 1163, 2190


La celebración dominical, centro de la vida de la Iglesia

-       n. 2177: «La eucaristía dominical» 
La celebración dominical del Día y de la Eucaristía del Señor tiene un papel principalísimo en la vida de la Iglesia. "El domingo en el que se celebra el misterio pascual, por tradición apostólica, ha de observarse en toda la Iglesia como fiesta primordial de precepto" (CIC, can. 1246, 1).
"Igualmente deben observarse los días de Navidad, Epifanía, Ascensión, Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo, Santa María Madre de Dios, Inmaculada Concepción y Asunción, San José, Santos Apóstoles Pedro y Pablo y, finalmente, todos los Santos" (CIC, can. 1246, 1).

Defensa del día del Señor como festivo

-       n. 2187: Santificar los domingos y los días de fiesta exige un esfuerzo común. Cada cristiano
debe evitar imponer sin necesidad a otro lo que le impediría guardar el día del Señor. Cuando las costumbres (deportes, restaurantes, etc.) y los compromisos sociales (servicios públicos, etc.) requieren de algunos un trabajo dominical, cada uno tiene la responsabilidad de un tiempo suficiente de descanso. Los fieles cuidarán con moderación y caridad evitar los excesos y las violencias engendrados a veces por espectáculos multitudinarios. A pesar de las presiones económicas, los poderes públicos deben asegurar a los ciudadanos un tiempo destinado al descanso y al culto divino. Los patronos tienen una obligación análoga respecto a sus empleados.

-       n. 2188: En el respeto de la libertad religiosa y del bien común de todos, los cristianos deben
reclamar el reconocimiento de los domingos y días de fiesta de la Iglesia como días festivos legales. Deben dar a todos un ejemplo público de oración, de respeto y de alegría, y defender sus tradiciones como una contribución preciosa a la vida espiritual de la sociedad humana. Si la legislación del país u otras razones obligan a trabajar el domingo, este día debe ser al menos vivido como el día de nuestra liberación que nos hace participar en esta "reunión de fiesta", en esta "asamblea de los primogénitos inscritos en los cielos" (Hb 12, 22  - 23).

El Domingo como primer día de la semana

-       n. «1166:El día del Señor»: "La Iglesia, desde la tradición apostólica que tiene su origen en el
mismo día de la resurrección de Cristo, celebra el misterio pascual cada ocho días, en el día que se llama con razón `día del Señor' o domingo" (SC 106). El día de la Resurrección de Cristo es a la vez el "primer día de la semana", memorial del primer día de la creación, y el "octavo día" en que Cristo, tras su "reposo" del gran Sabbat, inaugura el Día "que hace el Señor", el "día que no conoce ocaso" (Liturgia bizantina). El "banquete del Señor" es su centro, porque es aquí donde toda la comunidad de los fieles encuentra al Señor resucitado que los invita a su banquete (cf Jn 21, 12; Lc 24, 30):
"El día del Señor, el día de la Resurrección, el día de los cristianos, es nuestro día. Por eso es llamado día del Señor: porque es en este día cuando el Señor subió victorioso junto al Padre. Si los paganos lo llaman día del sol, también lo hacemos con gusto; porque hoy ha amanecido la luz del mundo, hoy ha aparecido el sol de justicia cuyos rayos traen la salvación" (S. Jerónimo, pasch.).

-       n. 1167:El domingo es el día por excelencia de la Asamblea litúrgica, en que los fieles "deben
reunirse para, escuchando la palabra de Dios y participando en la Eucaristía, recordar la pasión, la resurrección y la gloria del Señor Jesús y dar gracias a Dios, que los 'hizo renacer a la esperanza viva por la resurrección de Jesucristo de entre los muertos'" (SC 106):
"Cuando meditamos, oh Cristo, las maravillas que fueron realizadas en este día del domingo de tu santa Resurrección, decimos: Bendito es el día del domingo, porque en él tuvo comienzo la Creación… la salvación del mundo… la renovación del género humano… en él el cielo y la tierra se regocijaron y el universo entero quedó lleno de luz. Bendito es el día del domingo, porque en él fueron abiertas las puertas del paraíso para que Adán y todos los desterrados entraran en él sin temor" (Fanqîth, Oficio siriaco de Antioquía, vol 6, 1ª parte del verano, p. 193b).

-       n. «2174 : II. EL DIA DEL SEÑOR». ¡Este es el día que ha hecho el Señor, exultemos y
gocémonos en él! (Sal 118, 24). El día de la Resurrección: la nueva creación Jesús resucitó de entre los muertos "el primer día de la semana" (Mt 28, 1; Mc 16, 2; Lc 24, 1; Jn 20, 1). En cuanto "primer día", el día de la Resurrección de Cristo recuerda la primera creación. En cuanto "octavo día", que sigue al sábado (cf Mc 16, 1; Mt 28, 1), significa la nueva creación inaugurada con la resurrección de Cristo. Para los cristianos vino a ser el primero de todos los días, la primera de todas las fiestas, el día del Señor ("Hè kyriakè hèmera", "dies dominica"), el "domingo":
"Nos reunimos todos el día del sol porque es el primer día (después del sábado judío, pero también el primer día), en que Dios, sacando la materia de las tinieblas, creó al mundo; ese mismo día, Jesucristo nuestro Salvador resucitó de entre los muertos" (S. Justino, Apol. 1, 67).

El Domingo, cumplimiento y realización plena del sábado

-       n. 2175 :«El domingo, plenitud del sábado».
El Domingo se distingue expresamente del sábado, al que sucede cronológicamente cada semana, y cuya prescripción litúrgica reemplaza para los cristianos. Realiza plenamente, en la Pascua de Cristo, la verdad espiritual del sábado judío y anuncia el descanso eterno del hombre en Dios. Porque el culto de la ley preparaba el misterio de Cristo, y lo que se practicaba en ella prefiguraba algún rasgo relativo a Cristo (cf 1Co 10, 11):
"Los que vivían según el orden de cosas antiguo han venido a la nueva esperanza, no observando ya el sábado, sino el día del Señor, en el que nuestra vida es bendecida por él y por su muerte" (S. Ignacio de Antioquía, Magn. 9, 1).

-       n. 2176:La celebración del domingo observa la prescripción moral, inscrita en el corazón del
hombre, de " dar a Dios un culto exterior, visible, público y regular bajo el signo de su bondad universal hacia los hombres" (S. Tomás de Aquino, s. th. 2 - 2, 122, 4). El culto dominical realiza el precepto moral de la Antigua Alianza, cuyo ritmo y espíritu recoge celebrando cada semana al Creador y Redentor de su pueblo.

El Domingo como día familiar cultural y social y para ejercitar la vida religiosa

-       n. 2184 :«Día de gracia y de descanso». 
Así como Dios "cesó el día séptimo de toda la tarea que había hecho" (Gn 2, 2), la vida humana sigue un ritmo de trabajo y descanso. La institución del Día del Señor contribuye a que todos disfruten del tiempo de descanso y de solaz suficiente que les permita cultivar su vida familiar, cultural, social y religiosa (cf GS 67, 3). 
-       n. 2194: La institución del domingo contribuye a que todos disfruten de un "reposo y ocio
suficientes para cultivar la vida familiar, cultural, social y religiosa" (GS 67, 3).

El Domingo día principal de la celebración eucarística

-       n. 2193 :"El domingo y las demás fiestas de precepto… los fieles se abstendrán de aquellos
trabajos y actividades que impidan dar culto a Dios, gozar de la alegría propia del día del Señor o disfrutar del debido descanso de la mente y del cuerpo" (CIC, can 1247). 

El Domingo, día de la resurrección de Jesús

-       n. 1343:Era sobre todo "el primer día de la semana", es decir, el domingo, el día de la
resurrección de Jesús, cuando los cristianos se reunían para "partir el pan" (Hch 20, 7). Desde entonces hasta nuestros días la celebración de la Eucaristía se ha perpetuado, de suerte que hoy la encontramos por todas partes en la Iglesia, con la misma estructura fundamental. Sigue siendo el centro de la vida de la Iglesia.

Obligación de participar en la celebración litúrgica dominicalII. Los mandamientos de la Iglesia.

-       n. 1389:La Iglesia obliga a los fieles a participar los domingos y días de fiesta en la divina
liturgia (cf OE 15) y a recibir al menos una vez al año la Eucaristía, si es posible en tiempo pascual (cf CIC, can. 920), preparados por el sacramento de la Reconciliación. Pero la Iglesia recomienda vivamente a los fieles recibir la santa Eucaristía los domingos y los días de fiesta, o con más frecuencia aún, incluso todos los días.
-       n. 2042 :El primer mandamiento ("oír misa entera y los domingos y demás fiestas de precepto y
no realizar trabajos serviles") exige a los fieles que santifiquen el día en el cual se conmemora la Resurrección del Señor y las fiestas litúrgicas principales en honor de los misterios del Señor, de la Santísima Virgen María y de los santos, en primer lugar participando en la celebración eucarística, y descansando de aquellos trabajos y ocupaciones que puedan impedir esa santificación de estos días (cf CIC can. 1246 - 1248; CCEO, can. 880, § 3; 881, §§ 1. 2. 4).
«La obligación del Domingo   »
-       n. 2180: El mandamiento de la Iglesia determina y precisa la ley del Señor: "El domingo y las
demás fiestas de precepto los fieles tienen obligación de participar en la Misa" (CIC, can. 1247). "Cumple el precepto de participar en la Misa quien asiste a ella, dondequiera que se celebre en un rito católico, tanto el día de la fiesta como el día anterior por la tarde" (CIC, can. 1248, 1)
-       n. 2181:La eucaristía del Domingo fundamenta y ratifica toda la práctica cristiana. Por eso los
fieles están obligados a participar en la eucaristía los días de precepto, a no ser que estén excusados por una razón seria (por ejemplo, enfermedad, el cuidado de niños pequeños) o dispensados por su pastor propio (cf  CIC, can. 1245). Los que deliberadamente faltan a esta obligación cometen un pecado grave.
-       n.. 2182:La participación en la celebración común de la eucaristía dominical es un testimonio de
pertenencia y de fidelidad a Cristo y a su Iglesia. Los fieles proclaman así su comunión en la fe y la caridad. Testimonian a la vez la santidad de Dios y su esperanza de la salvación. Se reconfortan mutuamente, guiados por el Espíritu Santo.
-       n. 2183:"Cuando falta el ministro sagrado u otra causa grave hace imposible la participación en
la celebración eucarística, se recomienda vivamente que los fieles participen en la liturgia de la palabra, si ésta se celebra en la iglesia parroquial o en otro lugar sagrado conforme a lo prescrito por el Obispo diocesano, o permanezcan en oración durante un tiempo conveniente, solos o en familia, o, si es oportuno, en grupos de familias" (CIC, can. 1248, 2).

El descanso dominical

-       n. 2185:Durante el domingo y las otras fiestas de precepto, los fieles se abstendrán de entregarse
a trabajos o actividades que impidan el culto debido a Dios, la alegría propia el día del Señor, la práctica de las obras de misericordia, la distensión necesaria del espíritu y del cuerpo (cf CIC, can. 1247). Las necesidades familiares o una gran utilidad social constituyen excusas legítimas respecto al precepto del descanso dominical. Los fieles deben cuidar que legítimas excusas no introduzcan hábitos perjudiciales a la religión, a la vida de familia y a la salud.
"El amor de la verdad busca el santo ocio, la necesidad del amor acoge el justo trabajo" (S. Agustín, civ. 19, 19).
-       n. 2186:Los cristianos que disponen de ocio deben acordarse de sus hermanos que tienen las
mismas necesidades y los mismos derechos y no pueden descansar a causa de la pobreza y la miseria. El domingo está tradicionalmente consagrado por la piedad cristiana a obras buenas y a servicios humildes con los enfermos, débiles y ancianos. Los cristianos deben santificar también el domingo dedicando a su familia el tiempo y los cuidados difíciles de prestar los otros días de la semana. El domingo es un tiempo de reflexión, de silencio, de cultura y de meditación, que favorecen el crecimiento de la vida interior y cristiana.
-       n 2193:"El domingo y las demás fiestas de precepto… los fieles se abstendrán de aquellos
trabajos y actividades que impidan dar culto a Dios, gozar de la alegría propia del día del Señor o disfrutar del debido descanso de la mente y del cuerpo" (CIC, can 1247).

La santificación del Domingo por medio de la oración

-       n. 2698:La Tradición de la Iglesia propone a los fieles unos ritmos de oración destinados a
alimentar la oración continua. Algunos son diarios: la oración de la mañana y la de la tarde, antes y después de comer, la Liturgia de las Horas. El domingo, centrado en la Eucaristía, se santifica principalmente por medio de la oración. El ciclo del año litúrgico y sus grandes fiestas son los ritmos fundamentales de la vida de oración de los cristianos. 

Significado del Domingo -  «III. ¿CUANDO CELEBRAR?» - El tiempo litúrgico

-       n. 1163: "La santa Madre Iglesia considera que es su deber celebrar la obra de salvación de su
divino Esposo con un sagrado recuerdo, en días determinados a través del año. Cada semana, en el día que llamó 'del Señor', conmemora su resurrección, que una vez al año celebra también, junto con su santa pasión, en la máxima solemnidad de la Pascua. Además, en el círculo del año desarrolla todo el misterio de Cristo… Al conmemorar así los misterios de la redención, abre la riqueza de las virtudes y de los méritos de su Señor, de modo que se los hace presentes en cierto modo, durante todo tiempo, a los fieles para que los alcancen y se llenen de la gracia de la salvación" (SC 102)
-       n. 2190:El sábado, que representaba la coronación de la primera creación, es sustituido por el
domingo que recuerda la nueva creación, inaugurada en la resurrección de Cristo.




Vida Cristiana

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