o Una ayuda
para encontrar la paz en medio de tanto ruido
Vivir con «sencillez»
la Cuaresma:
5 aspectos para
centrarse en lo que realmente es importante
![La simplicidad acerca a Dios. Aquí cuatro cosas sencillas para esta Cuaresma.](file:///C:/Users/freep/AppData/Local/Temp/msohtmlclip1/01/clip_image002.jpg)
La simplicidad acerca a Dios.
Aquí cuatro cosas sencillas
para esta Cuaresma.
J.Lozano
/ ReL - 10 marzo 2020
La vida, sobre todo en el mundo que
vivimos actualmente, es en muchas ocasiones compleja. Prisas, mucho
trabajo, poco tiempo para poder dedicar a los demás, atascos… Y esto
vale para padres de familia, jóvenes o personas mayores.
Muchos anhelan la simplicidad, y en
cierto modo Dios se manifiesta en los sencillos y en lo sencillo. La
Cuaresma es un excelente momento para que cada uno examine su propia vida,
evaluar nuestras prioridades y analizar cómo estamos gastando nuestro tiempo.
Sam Guzmám, editor
de The
Catholic Gentleman, habla de algunos elementos que ha
aprendido en sus luchas para simplificar y acabar contra el caos de la vida,
siendo totalmente aplicables para esta Cuaresma, un momento idóneo para esta
reflexión:
![sam-guzman](file:///C:/Users/freep/AppData/Local/Temp/msohtmlclip1/01/clip_image004.jpg)
Sam Guzmán, católico, padre y
escritor, es el editor de 'The Catholic Gentleman'
1.
Priorizar
La búsqueda de la simplicidad
comienza simplemente haciendo una pregunta: "¿Qué es importante
para mí?". Si no se puede responder esta pregunta directamente es
difícil alcanzar paz. En ese caso uno será esclavo de las cosas externas
que traen amargura y a capricho del resto del mundo. Así que es importante
decidir qué es importante, incluso sagrado, para cada uno. Marcar una frontera
alrededor de las cosas sagradas y decir no a cualquier cosa que amenace con violar
este espacio es importante. No hay que sentirse culpable pues la palabra “No”
es también poderosa.
Sam Guzmán afirma que algunos de
estos compromisos sagrados en su vida son la fe y la familia. “Sin la
base de la oración y la adoración, mi vida se deteriorará rápidamente. Dios,
la Santísima Madre, los ángeles y los santos, estos son lo primero en mi vida.
El cuidado de mi alma debe venir antes que cualquier otra cosa, o nunca podré
dar de mí generosamente. Porque no puedes dar lo que no tienes”, recuerda.
Inmediatamente después de esto
aparece el compromiso con su familia. “El tiempo en familia es importante
para mí, y a menudo digo ‘no’ a cosas buenas que amenazan ese tiempo para
aquellos que amo. Dios me ha confiado a mi esposa y a mis hijos de una
manera sagrada. Son mi principal responsabilidad en la vida. He
escuchado demasiadas historias trágicas de padres que estaban demasiado
ocupados con todo lo demás, incluso cosas dignas, y que descuidaron a sus
familias. Como resultado, su esposa e hijos sufrieron y las consecuencias de
esas heridas continuaron generacionalmente. Me niego a dejar que nada viole
este límite”, señala.
2. Reduce
el consumo
El objetivo de la publicidad es que
las empresas fabriquen deseos y que hagan que las personas que no están contentas
se sientan más descontentas para así gastar dinero. Y funciona
tremendamente bien.
Sam Guzmán señala que “si crees
que eres inmune al poder de la publicidad, piénsalo de nuevo. Todos
somos susceptibles a ello, y funciona en nosotros inconsciente y
subliminalmente”. Por ello, cree que estando “continuamente estimulado
por la publicidad” y es casi imposible estar en paz, pues “nos encontramos
plagados de un descontento que realmente no podemos explicar. Lo
único que parece satisfacerlo, incluso temporalmente, es comprar algo”.
![basura](file:///C:/Users/freep/AppData/Local/Temp/msohtmlclip1/01/clip_image006.jpg)
¿Entonces qué se puede hacer? Es
casi imposible evitarlo por completo, pero hay algunas cosas que puede
hacer. “Lo más importante es simplemente reconocer el poder de una
cultura de consumo y ser consciente de su efecto. Luego, apaga el
televisor y pasa menos tiempo en Internet. Manténgase alejado de Amazon y
reduzca en Instagram”, recomienda Sam Guzmán.
Una solución pasa por llenar la
mente con todo lo que es bueno, verdadero y hermoso: “Pasa tiempo en la
naturaleza y conecta con tus seres queridos (…) Finalmente, sé
generoso. Cuanto más atento estés a las necesidades de los demás, menos probabilidades
tienes de consumir”.
3. Vivir
el momento
En esta vida el ser humano se
enfrenta a dos poderosas tentaciones a diario: “vivir en el pasado o
vivir en el futuro”. Ambas tentaciones deben evitarse. Solo hay un
momento en el que hay que vivir, y ese es el ahora. Sam Guzmán asegura
que “vivir en el pasado con demasiada frecuencia nos llena de arrepentimiento
por cosas que ya no podemos cambiar. Nos preocupamos de cómo las cosas serían
diferentes si hubiéramos tomado mejores decisiones, o cuánto mejor sería
nuestra vida si las circunstancias hubieran sido distintas. Pero incluso si
estamos tenemos recuerdos felices, esto puede robar la alegría del momento
presente donde se vive realmente la vida”.
Por otro lado, considera que “vivir
en el futuro también puede plagarnos de ansiedad. No tenemos idea de
lo que traerá el futuro, y es demasiado fácil dejar que nuestra imaginación
vuele con escenarios, la mayoría de ellos negativos. Este miedo puede
paralizarnos y evitar que tomemos decisiones importantes que necesitamos hacer
en el presente. El miedo es la raíz de muchos defectos, y vivir demasiado en el
futuro rara vez produce paz”.
El único momento que Dios da es el
presente. “Es el momento en que se encuentra Dios y su gracia. Es la
intersección de la eternidad y el tiempo donde tomamos decisiones que darán
forma a lo que nos convertimos. Si podemos aprender a estar contentos
en el momento presente, en lugar de tratar continuamente de escapar de él,
podemos encontrar a Dios y una paz que supera toda comprensión”, explica
Guzmán.
4.
Practica la gratitud
En este cuarto punto, este padre de
familia y escritor recuerda que “la gratitud es esencial para una vida
alegre. Inherente a la gratitud está la humildad y el asombro ante la
gracia de los dones de Dios. También contiene asombro por el reconocimiento de
que todo es un regalo. No hay nada bueno que no nos llegue de las manos
misericordiosas de Dios. La gratitud es el polo opuesto del derecho. Es el
reconocimiento de que no merecemos nada. No se nos debe nada. Cada respiración,
cada latido de nuestros corazones, es un privilegio lleno de gracia”.
![naturaleza](file:///C:/Users/freep/AppData/Local/Temp/msohtmlclip1/01/clip_image008.jpg)
Por ello, cree que “la
gratitud también nos recuerda que la verdadera alegría rara vez se encuentra en
las cosas extravagantes que el mundo nos ofrece”. Sin embargo, la
alegría “se encuentra en dar gracias por los regalos de la vida. Un hermoso
amanecer. Una sonrisa amorosa de tu cónyuge. Una buena taza de café. El olor a
mojado después de la lluvia”.
Una recomendación que hace es
escribir tres cosas cada día por las que estés agradecido. Hazlo un hábito, y
cuanto más lo hagas, más te darás cuenta de que estás rodeado de abundancia.
5. Reza
La oración es la respiración de la
vida espiritual. “En el momento en que dejamos de hacerlo –cuenta Guzmán-
comenzamos a asfixiarnos espiritualmente. No hay mejor manera de
encontrar la paz en medio de las tormentas y el caos de la vida que rezando”.
De este modo, concluye afirmando
que “la oración da profundidad a nuestra vida espiritual y atrae la
gracia a nuestras almas. Nos da la conciencia de un reino celestial
donde los santos y los ángeles siempre están a nuestro lado, listos para
ayudarnos en las pruebas de la vida. Y nos ayuda a recordar valores eternos
cuando las responsabilidades temporales nos presionan. Los sufrimientos de esta
vida son cortos, pero la eternidad es larga. La oración nos da ojos para ver
esto”.
Vida Cristiana
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