domingo, 26 de febrero de 2017
Cine. Festival internacional de Berlín (2011), sección de cine infantil. En 2011 se aprecia una nostalgia del amor auténtico.
1 Cine. Festival internacional de Berlín (2011), sección de cine infantil. En 2011 se aprecia una nostalgia del amor auténtico. Cfr. Berlinale 2011: el cine infantil y juvenil subraya la añoranza de la familia Jose M. García Pelegrín, Aceprensa 17 Febrero 2011 Berlín. El Festival internacional de Berlín, conocido como “Berlinale”, se compone actualmente de ocho secciones. Si bien en la opinión pública tiene amplia repercusión sobre todo el concurso oficial, por la presencia de estrellas de Hollywood y por la entrega de los codiciados “Osos”, no menos interesante resultan las otras secciones. La del cine infantil (“Kplus”, concurso de filmes dirigidos a niños de hasta 14 años) y juvenil (“14plus”, con películas para jóvenes de 14 a 18 años) tiene especial interés por el público al que está destinado. En la edición de 2011 se han presentado 13 largometrajes en cada uno de esos dos concursos, a los que hay que añadir cortometrajes de diferente duración. En total, acudieron a Berlín personas de 30 países para presentar sus obras en “Kplus” o “14plus”. o El primer amor Los expertos parten de la base de que hoy en día las niñas se enamoran por primera vez a los 10 años. Este recurrente tema lo tratan en 2011 en particular dos filmes; en uno de ellos, la producción noruega “Jørgen + Anne = para siempre” (dirigida por Anne Sewitsky), que inauguró el concurso “Kplus”, la protagonista siente ese sentimiento cuando llega un compañero nuevo a su clase, Jørgen. Antes, como muestra el prólogo lleno de fantasía, los niños soñaban con ser princesas o vikingos; ahora, todo se ha vuelto más complicado, sobre todo para Anne, que siente los celos de la guapa de la clase, Ellen. Si en “Jørgen + Anne” todo gira alrededor de ese primer amor, otra película también noruega (“El portero del Liverpool”, de Arild Andresen) combina este tema con otras cuestiones asimismo presentes en la vida de un adolescente: con mucho humor, trata de Jo, un chico de 13 años, bastante temeroso; no solo le da miedo jugar al fútbol, sino sobre todo le infunde pánico su compañero Tom Erik: ante la perspectiva de recibir una paliza, prefiere hacerle los deberes. Además de por las ecuaciones matemáticas, siente pasión por los cromos de fútbol: su gran sueño es conseguir el del portero de los “reds” (Pepe Reina). Sin embargo, cuando aparece nueva en la clase Mari, que no solo tiene tanta afición a las matemáticas como Jo, sino que también es una gran jugadora de fútbol, el chaval se ve obligado a replantearse sus prioridades. o Niños en situaciones difíciles En pasadas ediciones de la Berlinale, predominaban filmes con niños que han de enfrentarse a situaciones muy difíciles; si bien en 2011 aparecen en menor número, también puede verse cómo en muchos lugares del mundo la infancia está unida a graves problemas. Por ejemplo, en el filme polacojaponés Jutro będzie lepiej (“Mañana, todo será mejor”) unos niños rusos abandonados y que viven en la calle tratan de superar por todos los medios la frontera que les separa de Polonia. Aunque, con sus dos horas, al filme le sobra metraje y la narración es repetitiva, la directora Dorota Kędzierzawska sabe sacar partido del desparpajo de los pequeños actores. Siguiendo la tradición del cine iraní con su eterno tema de niños y guerra, en “Viento y niebla” Mohammad Ali Talebi trata de Shouka y Sahand, a quienes su padre lleva con el abuelo, tras la muerte de su madre. A pesar de que Shouka, la mayor, cuida con mucho cariño de su pequeño hermano y en los montes rodeados de niebla se encuentran a salvo, Sahand es presa de recuerdos dolorosos, que el director muestra en flashbacks. o Familia La familia suele desempeñar un papel central en el cine infantil. En la producción israelí “El diluvio” (dirección: Guy Nattiv), una familia en crisis vuelve a unirse, después de que el hijo mayor, autista, regrese a casa de modo inesperado. Su hermano menor, Yoni, se muestra al principio poco entusiasmado con la idea, Shanzha shu zhi lian, de Zhang Yimou (China) 2 pues ya tiene suficientes problemas con la inminente celebración de su Bar Mitzvah; sin embargo, poco a poco descubre la responsabilidad por su hermano mayor. En “El hombre más fuerte de Holanda”, de Mark de Cloe, Luuk siente añoranza por el padre que nunca conoció y sale a buscarlo por su propia cuenta. En el filme franco-belga A Pas de Loup, Cathy, de 6 años de edad, se siente desatendida por sus padres. El poético film de Olivier Ringer sorprende por su originalidad: toda la película es un único monólogo de la pequeña Cathy. Un lenguaje visual muy particular caracteriza también al filme francés de animación Une vie de chat, de Alain Gagnol y JeanLoup Felicioli: con un trazo sencillo a primera vista, produce un efecto muy sugerente gracias a los contrastes de claroscuro y a la extraordinaria animación. Como el pasado año, también en la edición de 2011 se presenta un filme documental: la producción filipina Sampaguita describe la vida de niños que en Quiapo, el casco antiguo de Manila, venden la flor nacional sampaguita en plena calle y en medio de un denso tráfico. o Búsqueda de la propia identidad Predominaban en pasadas ediciones filmes en que los adolescentes parecían estar ansiosos de probar todo lo que les está vedado (alcohol, drogas, sexo...). En 2011 se aprecia una nostalgia del amor auténtico. El concurso lo inauguró la producción australiana Griff the Invisible, de Leon Ford, sobre un muchacho tímido que por las noches se convierte en un superhéroe. Bajo la superficie de este cuento de atractiva factura visual, el filme presenta también una bella historia de amor entre la realidad y la fantasía. Con una historia de amor, de alto valor emocional, en los tiempos de la revolución cultural china, regresa Zhang Yimou – tras su paso por el cine de artes marciales– al tema que mejor conoce: con un lenguaje formal muy poético, suaves colores y bellos paisajes, Shanzha shu zhi lian (“Bajo el espino”) recuerda los grandes filmes del maestro chino como ¡Vivir! (1994) o El camino a casa (1999). En búsqueda de su propia identidad se encuentra no solo el protagonista de Griff the Invisible: el tema por antonomasia del cine juvenil está presente, también en 2011, en prácticamente todo el programa. Por ejemplo, en el filme británico West is West de Andy De Emmony, Sajid, el hijo menor de Papa Khan, ha de acompañar a este en un viaje a sus raíces culturales, a Pakistán. El muchacho británico, que con su empolvado uniforme inglés parece absolutamente fuera de lugar, encuentra pronto nuevas amistades. La búsqueda de su madre es lo que incita a ponerse en camino al protagonista de la producción venezolano-peruana El chico que miente; la búsqueda de la propia identidad y el estar en marcha continuamente se funden en una historia de gran fuerza visual debido a los bellos paisajes, pero también muy emotiva, gracias al extraordinario joven actor. Un protagonista muy destacado es también el muchacho que encarna a Robbie, de 15 años, que en el filme norteamericano de Matthew Gordon The Dynamiter vive con su medio-hermano y su abuela en una casa destartalada en los más profundos Estados Unidos. Robbie tendrá que encontrar su propio camino, también distanciándose de su hermano mayor Lucas. A pas de loup, de Olivier Ringer (FranciaBélgica) Viento y niebla, de Mohammad Ali Talebi (Irán) 3 o Maternidad joven Un road movie muy particular es el filme australiano Red Dog (dirección: Kriv Stenders), que narra la historia de un perro en la década de 1970, con bellos paisajes y mucho humor, para nada similar a las historias de animales de la factoría Disney. También en el concurso de “14plus” se presentó un documental: Mit dem Bauch durch die Wand, de la directora suiza Anka Schmid, retrata a tres jóvenes madres, Sandra, Jasmine y Jennifer, quienes quedaron encintas con 17 años. La reacción de los padres de las criaturas difiere de un caso a otro: uno de ellos se decide a fundar una familia (contraen matrimonio y al final del documental están esperando el segundo hijo); el segundo no acaba de decidirse a llevar una vida en común con madre e hijo, y el tercero desaparece en seguida del campo visual. Un filme muy optimista, que anima a sobreponerse a todo tipo de dificultades para sacar adelante el embarazo y que lo hace con imágenes divertidas y sugerentes, como la del bebé en brazos de la profesora mientras la madre hace un examen escrito. Mientras que en ediciones pasadas los filmes infantiles y juveniles solían tratar de mundos virtuales, en la Berlinale 2011 Facebook, Internet o los videojuegos no desempeñan papel alguno. El mundo real parece ser suficientemente emocionante. Entrevista con Maryanne Redpath, directora de la sección “Generation” de la Berlinale desde 2008. — A diferencia de años pasados, los filmes de Kplus y 14plus de 2011 tienen como escenario nuestro mundo, no el virtual: Facebook, Internet, etc. apenas tienen importancia. ¿A qué cree que es debido? — Los viajes que han de realizar muchos de los protagonistas en su propia cabeza se pueden comparar con la profundización en mundos virtuales: se trata de descubrir el propio yo, bien en el espacio protegido de un mundo de fantasía o bien abandonando el mundo real para encontrar un supuesto refugio seguro. Que este año el viaje se produzca más en la cabeza que en el ordenador, puede deberse a una casualidad. — Algunos filmes tienen como escenario el pasado; p.ej. el de Zhang Yimou se desarrolla durante la revolución cultural… — La infancia y la juventud son fenómenos atemporales, unidos a retos universales en las diferentes épocas. Nos parece que para los espectadores de hoy supone una gran oportunidad observar cómo vivieron chicos de su edad en diferentes décadas y sistemas políticos. — En 2011 resulta difícil encontrar temas comunes, al margen de los clásicos: los niños sufren por la guerra, pero también por la falta de atención, por la ausencia del padre o de la madre (como en el filme venezolano “El chico que miente”). — Los temas son tan clásicos como los problemas a los que se ven expuestos los niños y los adolescentes en todo el mundo. En nuestra opinión, los caminos individuales que eligen los jóvenes protagonistas y las decisiones que toman hacen que los filmes seleccionados tengan algo muy especial. 4 — Con algunas excepciones (sobre todo “Jess + Moss”) el lenguaje formal parece ser más bien clásico... — Desde el punto de vista formal destacaría el modo radicalmente consecuente de narrar: hablan desde lo más profundo del alma infantil (A Pas de Loup), hacen que las reflexiones puedan verse y experimentarse (“Viento y niebla”, “Jess + Moss”). Y eligen géneros muy destacados: los superhéroes (Griff The Invisible), el melodrama político (Shanza Shu Zhi Lian), road movies (El chico que miente), westerns modernos (Apflickorna), o comedias negras (Skyskraber)... www.parroquiasantamonica.com
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