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Cuaresma Domingo 1º, Año A (2017). “Concédenos, Dios todopoderoso, avanzar en el
conocimiento del misterio de Cristo y vivirlo en su plenitud” (Oración Colecta). Las tentaciones de
Jesús. Satanás intentó apartarlo de la misión recibida del Padre; y ha inducido al hombre a
desobedecer a Dios. El tentador siembra la duda y la sospecha sobre Dios. Su pecado llevó a Adán y
Eva a la desnudez, asociada a la idea de fracaso. La idolatría. Poner a Dios en estado de sospecha es
una de las más corrientes tentaciones en las que podemos caer actualmente. Los hombres también
somos tentados. Cinco puntos importantes en el Mensaje para la Cuaresma del 2017 de Papa
Francisco.
Cfr. Domingo 1º Cuaresma Año A
5 de marzo 2017. Génesis 2, 7-9; 3,1-7; Romanos 5, 12-19; Mateo 4, 1-11
Génesis 2, 7-9; 3, 1-7: 2 7 El Señor Dios modeló al hombre del polvo del suelo e insufló en su nariz aliento de
vida; y el hombre se convirtió en ser vivo. 8 Luego el Señor Dios plantó un jardín en Edén, hacia Oriente, y colocó
en él al hombre que había modelado. 9 El Señor Dios hizo brotar del suelo toda clase de árboles hermosos para la
vista y buenos para comer; además, el árbol de la vida en mitad del jardín, y el árbol del conocimiento del bien y el
mal. 3 1 La serpiente era más astuta que las demás bestias del campo que el Señor había hecho. 2 Y dijo a la mujer:
«¿Conque Dios os ha dicho que no comáis de ningún árbol del jardín?». 3 La mujer contestó a la serpiente:
«Podemos comer los frutos de los árboles del jardín; pero del fruto del árbol que está en mitad del jardín nos ha
dicho Dios: “No comáis de él ni lo toquéis, de lo contrario moriréis”». 4 La serpiente replicó a la mujer: «No
moriréis. 5 Bien sabe Dios que cuando comáis de él se os abrirán los ojos y seréis como Dios en el
conocimiento del bien y el mal». 6 Entonces la mujer se dio cuenta de que el árbol era bueno de comer, atrayente a
los ojos y deseable para lograr inteligencia; así que tomó de su fruto y comió. Luego se lo dio a su marido, que
también comió. 7 Se les abrieron los ojos a los dos y descubrieron que estaban desnudos; y entrelazaron hojas de
higuera y se las ciñeron.
Mateo 4, 1-11: 1 En aquel tiempo, Jesús fue llevado al desierto por el Espíritu para ser tentado por el diablo.
2 Y después de ayunar cuarenta días con sus cuarenta noches, al fin sintió hambre. 3 El tentador se le acercó y le
dijo: -«Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en panes.» 4 Pero él le contestó, diciendo: «Está
escrito: "No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios."» 5 Entonces el diablo lo
lleva a la ciudad santa, lo pone en el alero del templo y 6 le dice: -«Si eres Hijo de Dios, tírate abajo, porque está
escrito: «Encargará a los ángeles que cuiden de ti, y te sostendrán en sus manos, para que tu pie no tropiece con las
piedras."» 7 Jesús le dijo: -«También está escrito: "No tentarás al Señor, tu Dios."» 8 Después el diablo lo lleva a
una montaña altísima y, mostrándole los reinos del mundo y su gloria, 9 le dijo: -«Todo esto te daré, si te postras y
me adoras.» 10 Entonces le dijo Jesús: -«Vete, Satanás, porque está escrito: "Al Señor, tu Dios, adorarás y a él
solo darás culto."» 11 Entonces lo dejó el diablo, y se acercaron los ángeles y le servían.
Al celebrar un año más la santa Cuaresma concédenos
Dios, todopoderoso
avanzar en el conocimiento del misterio de Cristo
y vivirlo en su plenitud.
(Oración colecta, I Domingo de Cuaresma)
Satanás trató de poner a prueba la actitud filial de Jesús hacia Dios.
Jesús rechazó los ataques (tentaciones).
(cfr. Catecismo de la Iglesia Católica, n. 538)
La serpiente replicó a la mujer:
“No moriréis. Bien sabe Dios que cuando comáis del árbol
se os abrirán los ojos y seréis como Dios en el conocimiento del bien y del mal.
(Cfr. Primera Lectura, Génesis 2, 4-5)
1. Jesús fue tentado tres veces
- Cfr. Evangelio de hoy, Mateo 4, 1-11.
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Las tres tentaciones en general.
o Catecismo de la Iglesia Católica:
Satanás trata de poner a prueba su actitud filial hacia Dios
• n. 538: Las Tentaciones de Jesús - Los evangelios hablan de un tiempo de soledad de Jesús en el desierto (…)
Jesús permanece allí sin comer durante cuarenta días; vive entre los animales y los ángeles le servían (Cf Mc 1, 12-
13). Al final de este tiempo, Satanás le tienta tres veces tratando de poner a prueba su actitud filial hacia Dios.
Jesús rechaza estos ataques que recapitulan las tentaciones de Adán en el Paraíso y las de Israel en el desierto,
y el diablo se aleja de él «hasta el tiempo determinado» (Lucas 4, 13).
Satanás intentó apartarlo de la misión recibida del Padre; y ha
inducido al hombre a desobedecer a Dios.
• n. 394: La Escritura atestigua la influencia nefasta de aquel a quien Jesús llama «homicida desde el principio»
(Jn 8, 44) y que incluso intentó apartarlo de la misión recibida del Padre (Cf Mt 4, 1-11). «El Hijo de Dios se
manifestó para deshacer las obras del diablo» (1 Jn 3, 8). La más grave en consecuencias de estas obras ha sido
la seducción mentirosa que ha inducido al hombre a desobedecer a Dios.
La tercera tentación: es la idolatría.
o El diablo ofrece a Jesús los reinos del mundo si le adora.
• Mateo 4, 8-10: 8 Después el diablo lo lleva a una montaña altísima y, mostrándole los reinos del
mundo y su gloria, 9 le dijo: -«Todo esto te daré, si te postras y me adoras.» 10 Entonces le dijo Jesús:
-«Vete, Satanás, porque está escrito: "Al Señor, tu Dios, adorarás y a él solo darás culto."»
o Jesús rechaza esa idolatría y declara el verdadero señorío de Dios.
• J. Ratzinger – Benedicto XVI, Jesús de Nazaret I, pp. 63-71: El diablo –presentándose como rey
y señor del mundo - le ofrece los reinos del mundo, y Jesús rechaza esa idolatría y declara el verdadero
señorío de Dios: -«Vete, Satanás, porque está escrito: "Al Señor, tu Dios, adorarás y a él solo darás
culto."». Cristo, durante su vida pública, multiplicará los panes, hará milagros, pero al leer el Evangelio
descubrimos fácilmente, en numerosas ocasiones, que la finalidad de estas acciones era la gloria de Dios,
y estaban hechas en perfecta adhesión a la voluntad de Dios Padre.
2. Los hombres también somos tentados.
a) La tentación de nuestros primeros padres: primera lectura del libro del
Génesis.
o La serpiente es en el Oriente Antiguo símbolo de la juventud perenne, de la
inmortalidad, de la fecundidad, debido sobre todo al fenómeno de su muda
de piel.
• La serpiente es en el Oriente Antiguo símbolo de la juventud perenne, de la inmortalidad, de la
fecundidad, debido sobre todo al fenómeno de su muda de piel. Evoca, por tanto, la idolatría cananea, tan
fascinante para los pueblos agrícolas y nómadas, que querían concretizar a Dios en algún dato
experimental. En una civilización agrícola y pastoril, los hijos, los partos de los rebaños y la fertilidad de
los campos eran considerados casi como el semen de la divinidad difundido en la vida y en la tierra. El
tentador por excelencia es, por tanto, el ídolo. Y el pecado consiste precisamente en ponerse a sí mismo
en el puesto del Dios vivo y creador. La serpiente es también, en el Oriente Antiguo, símbolo del caos:
Tiamat, la divinidad negativa de las cosmogonías mesopotámicas, aparece representada como una
serpiente gigantesca. Además, tal como indica ya el v. 1 de nuestra narración, se considera también a la
serpiente como signo de la sabiduría. (Gianfranco Ravasi, Guía espiritual del Antiguo Testamento, ... p.
88)
La serpiente era un símbolo de la sabiduría en la cultura antigua.
• Era un símbolo de la sabiduría en la cultura antigua. El tentador (satanás o diablo) viene expresado
Aquí bajo la figura de serpiente. La serpiente se representaba, por ejemplo, sobre el sombrero del faráon,
para indicar su sabiduría. Y en la parte del Génesis que se ha leído hoy, es definido como «el más astuto
de todos los animales». Un animal listo y astuto. Nos ayuda a entender cómo la tentación crece en nuestro
corazón como reptando, tal vez, incluso con razonamientos falsos y solapados .....
o El tentador hizo una pregunta que servía simplemente para iniciar el
diálogo; una pregunta que servirá para – después – seducir a Adán y a
Eva.
• El tentador hace una pregunta que sirve simplemente para iniciar el diálogo; una pregunta que
servirá para – después – seducirlos. Y responder a esa pregunta (“¿Cómo es que Dios os ha dicho: no
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comáis de ninguno de los árboles del jardín?”), es ya una victoria a medias a favor del tentador.
Cuando el tentador siembra la duda y la sospecha sobre Dios.
• El tentador sembró la duda, es más, la sospecha: “De ninguna manera moriréis. Es que Dios sabe
muy bien que el día en que comiereis de él, se os abrirán los ojos y seréis como dioses”: que es como
decirles que Dios les ha engañado y que si comen serán como dioses, es decir, decidirán ellos lo que es el
bien y el mal.
• El diablo dice a la criatura: ¡atenta, que Dios te la está jugando, que no es tu padre sino tu enemigo!
El diablo presenta a Dios como mentiroso y celoso de su propia sabiduría y potencia, que no quiere
cedernos, o de las que no nos quiere hacer partícipes.
o Su pecado llevó a Adán y Eva a la desnudez, asociada a la idea de fracaso.
• “Entonces se les abrieron a entrambos los ojos, y se dieron cuenta de que estaban desnudos” (Génesis
3,7). La desnudez era un contravalor en el mundo cultural del Antiguo Testamento. Frecuentemente la
desnudez se asociaba a la idea del fracaso que llevaba consigo la vergüenza; eran “desnudos” los
esclavos, los pobres. De este modo, Adán y Eva descubrieron que eran pobres y tuvieron vergüenza; su
sabiduría era falsa, habían fracasado.
b) Nosotros también somos tentados
o Los pecados - obras de la carne – en S. Pablo. La idolatría.
- S. Pablo, en su carta a los Gálatas (5, 19-21) , incluye entre los pecados – que en ese texto
denomina «obras de la carne» - a la idolatría: «Las obras de la carne son conocidas: fornicación,
impureza, libertinaje, idolatría, hechicería, odios, discordia, celos, iras, rencillas, divisiones, disensiones,
envidias, embriagueces, orgías y cosas semejantes, sobre las cuales os prevengo como ya os previne, que
quienes hacen tales cosas no heredarán el Reino de Dios»(Cf Romanos 1, 28-32; 1 Co 6, 9-10; Efesios 5, 3-5;
Colosenses 3, 5-8; 1 Timoteo 1, 9-10; 2 Timoteo 3, 2-5).
o La idolatría en el Catecismo de la Iglesia Católica.
Los ídolos son criaturas que se toman como dioses: aparte del diablo,
el poder, el placer, la raza, los antepasados, el dinero, el Estado, el
bienestar, los afectos desordenados, etc.
• Según el Catecismo de la Iglesia Católica (cfr. nn. 2112 y 2113), la idolatría es «una tentación
constante de la fe» en cuanto que rechaza «el único Señorío de Dios» desde el momento en que «honra y
reverencia a una criatura en lugar de Dios», consiste en «divinizar lo que no es Dios». Los ídolos son
criaturas que se toman como dioses: aparte del diablo, el poder, el placer, la raza, los antepasados, el
dinero, el Estado, el bienestar, los afectos desordenados, etc. Quien los venera como divinidades y pone
en ellos su confianza, se vuelve vano, superficial, esclavo (cfr. Sal 115, 4-5.8). Por último, la idolatría, al
rechazar el único Señorío de Dios, es incompatible con la comunión divina (Cf Ga 5, 20; Ef 5, 5). Es
incompatible con la fe.
o Adoración de los ídolos
Podemos constatar que hay idolatría cuando nos damos cuenta de
que hay en nosotros avidez, con la consiguiente ansia.
• Hay que precisar que la idolatría surge no porque el bienestar, el dinero, etc. en sí sean
realidades malas, sino porque el primer mandamiento exige la adoración exclusiva del único verdadero
Dios: «Está escrito: Al Señor tu Dios adorarás, sólo a El darás culto» (Mt 4,10). La conversión que se nos
pide de modo especial en la cuaresma, supone un nuevo modo de pensar y de obrar, para poner a Dios y
su voluntad en primer lugar, liberándonos – precisamente – de los ídolos a los que adoramos, que son
tales en cuanto que nos sugestionan y nos esclavizan, desviando nuestro corazón fuera del designio de
Dios. Podemos constatar que hay idolatría cuando nos damos cuenta de que hay en nosotros avidez, con
la consiguiente ansia.
c) La raíz de la tentación de nuestros primeros padres: querer ser como Dios, a
través de una rebelión, de una desobediencia.
La tentación de nuestros primeros padres: una desobediencia cuya raíz es querer superar un límite
insuperable para un ser creado, dejar de ser criatura para ser como Dios, es decir, pretender decidir por sí
mismos lo que es bueno y malo. La libertad humana se cierra a Dios y se abre al «padre de la mentira». Y
a lo largo de la historia el «padre de la mentira» tentará a la humanidad para que rechace a Dios.
“Aquí está la raíz de todos nuestros pecados. Paradójicamente, el «ser como Dios» es también el
origen de toda santidad. Pero con una diferencia decisiva. En el pecado se quiere «ser como Dios» a
través de una rebelión, un acto de orgullo, un gesto violento y humano. En la santidad, el hombre «se hace
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como Dios» en virtud de la obediencia, de la aceptación de la fe, del don divino de la gracia,
confiándose al Señor y a sus mandatos.” (Gianfranco Ravasi, Guía espiritual del Antiguo Testamento, El
libro del Génesis (1-11), Herder-Ciudad Nueva 1992, p. 90).
o El rechazo de Dios por considerar que es una limitación y no la fuente de la
liberación, significa que el hombre es propenso a ver en Dios ante todo
una limitación y no la fuente de su liberación y la plenitud del bien.
Cfr. Juan Pablo II, Dominum et Vivificantem, n. 38.
• “El análisis del pecado en su dimensión originaria indica que, por parte del « padre de la mentira »,
se dará a lo largo de la historia de la humanidad una constante presión al rechazo de Dios por parte del
hombre, hasta llegar al odio: « Amor de sí mismo hasta el desprecio de Dios », como se expresa San
Agustín. (Cf. De Civitate Dei XIV, 28: CCL 48, p. 451). El hombre será propenso a ver en Dios ante todo
una propia limitación y no la fuente de su liberación y la plenitud del bien. Esto lo vemos confirmado en
nuestros días, en los que las ideologías ateas intentan desarraigar la religión en base al presupuesto de que
determina la radical « alienación » del hombre, como si el hombre fuera expropiado de su humanidad
cuando, al aceptar la idea de Dios, le atribuye lo que pertenece al hombre y exclusivamente al hombre.
Surge de aquí una forma de pensamiento y de praxis histórico-sociológica donde el rechazo de Dios ha
llegado hasta la declaración de su « muerte ». Esto es un absurdo conceptual y verbal. Pero la ideología de
la « muerte de Dios » amenaza más bien al hombre, como indica el Vaticano II, cuando, sometiendo a
análisis la cuestión de la « autonomía de la realidad terrena », afirma: « La criatura sin el Creador se
esfuma ... Más aún, por el olvido de Dios la propia criatura queda oscurecida ».( Const. past. Gaudium et
spes, sobre la Iglesia en e1 mundo actual, 36) La ideología de la « muerte de Dios » en sus efectos
demuestra fácilmente que es, a nivel teórico y práctico, la ideología de la « muerte del hombre ».”
o Poner a Dios en estado de sospecha es una de las más corrientes
tentaciones en las que podemos caer actualmente.
Cfr. Juan Pablo II, Enc. Dominum et vivificantem, n. 38
• “El espíritu de las tinieblas (cfr Efesios 6,12; Lc 22,53) es capaz de mostrar a Dios como enemigo de
la propia criatura y, ante todo, como enemigo del hombre, como fuente de peligro y de amenaza para el
hombre. De esta manera Satanás injerta en el ánimo del hombre el germen de la oposición a aquél que «
desde el principio » debe ser considerado como enemigo del hombre y no como Padre. El hombre es
retado a convertirse en el adversario de Dios”.
3. Del Mensaje de Cuaresma para el año 2017 de Papa Francisco.
• “En este tiempo recibimos siempre una fuerte llamada a la conversión: el cristiano está llamado a
volver a Dios «de todo corazón» (Joel 2,12), a no contentarse con una vida mediocre, sino a crecer en la
amistad con el Señor. Jesús es el amigo fiel que nunca nos abandona, porque incluso cuando pecamos
espera pacientemente que volvamos a él y, con esa espera, manifiesta su voluntad de perdonar
(cfr. Homilía, 8-I-2016)”.
• “Es un tiempo propicio para intensificar la vida del espíritu a través de los medios santos que la
Iglesia nos ofrece: el ayuno, la oración y la limosna.”
• “En la base de todo está la Palabra de Dios, que en este tiempo se nos invita a escuchar y a meditar
con mayor frecuencia”.
• Lázaro nos enseña que el otro es un don. La justa relación con las personas consiste en
reconocer con gratitud su valor. Incluso el pobre en la puerta del rico, no es una carga molesta, sino
una llamada a convertirse y a cambiar de vida. La primera invitación que nos hace esta parábola es la
de abrir la puerta de nuestro corazón al otro, porque cada persona es un don, sea vecino nuestro o un
pobre desconocido. La Cuaresma es un tiempo propicio para abrir la puerta a cualquier necesitado y
reconocer en él o en ella el rostro de Cristo.
• Queridos hermanos y hermanas, la Cuaresma es el tiempo propicio para renovarse en el
encuentro con Cristo vivo en su Palabra, en los sacramentos y en el prójimo. El Señor —que en los
cuarenta días que pasó en el desierto venció los engaños del Tentador— nos muestra el camino a
seguir. Que el Espíritu Santo nos guie a realizar un verdadero camino de conversión, para
redescubrir el don de la Palabra de Dios, ser purificados del pecado que nos ciega y servir a Cristo
presente en los hermanos necesitados.
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Vida Cristiana
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