viernes, 17 de febrero de 2017

Sida. Por qué el problema del SIDA no se resolverá con medidas puramente técnicas sino con un cambio de actitudes.



1 Sida. Por qué el problema del SIDA no se resolverá con medidas puramente técnicas sino con un cambio de actitudes. Fuente: Alfa y Omega, nº 648/2-VII-2009 Cándido y la lección de humanismo El filósofo e historiador Rémi Brague se pregunta, mediante una fábula, al estilo de Voltaire, sobre el extraño rechazo a la advertencia del Papa de que el problema del sida no se resolverá con preservativo, sino con un cambio de actitudes Verán ustedes, no es con medidas puramente técnicas como se terminará con la adicción al tabaco, con sus consecuencias: el aumento de cáncer de pulmón, de vejiga, etc. Desde luego, poner filtros en los cigarrillos puede limitar los daños. Pero su presencia da a los fumadores una falsa seguridad, y no se preguntan sobre sus motivos y responsabilidades. La verdadera solución, la solución a fin de cuentas, está en la educación: habría que enseñar a la gente a dominar su angustia en vez de fumar como carreteros. Es a ese precio como redescubrirán la alegría de respirar los verdaderos olores de la vida. Bravo, querido doctor, y gracias por esta bonita lección de humanismo! Verán ustedes, no es con medidas puramente técnicas como se llegará al fin de la violencia en los suburbios, con sus consecuencias: la destrucción de edificios públicos, incendios de coches, etc. Desde luego, poner un policía municipal detrás de cada joven puede limitar los daños, y más vale reprimir que dejar a los culpables sin castigo. Pero la presencia de la policía da a los responsables de los suburbios una falsa seguridad, y les evita preguntarse por los motivos de los alborotadores y sus propias responsabilidades. La verdadera solución, la solución a fin de cuentas, está en la educación: habría que enseñar a los jóvenes a controlar sus frustraciones en vez de destrozarlo todo. Es a ese precio como redescubrirán la felicidad de ganarse la vida con un trabajo honrado y contribuir al bien de la sociedad. ¡Bravo, querido político, y gracias por esta bonita lección de humanismo! Verán ustedes, no es con medidas puramente técnicas como se llegará al fin del terrorismo islámico, con sus consecuencias: la regresión de sociedades enteras, la opresión de las mujeres, etc. Desde luego, enviar soldados a Afganistán puede limitar los daños, y más vale no dejar a los fanáticos imponer su Ley. Pero la presencia de los ejércitos occidentales da a los políticos de aquí y de allá una falsa seguridad, y les evita interrogarse sobre los motivos de los talibanes y sus propias responsabilidades. La verdadera solución, la solución a fin de cuentas, está en la educación: habría que enseñar a los musulmanes a pasar a la modernidad sin saltársela. Es a ese precio como redescubrirán la alegría de vivir en democracia y de dialogar en paz con las otras civilizaciones. ¡Bravo, querido diplomático, y gracias por esta bonita lección de humanismo! 2 Verán ustedes, no es con medidas puramente técnicas como se llegará al final del sida, con sus consecuencias: el aborto, el abandono de niños, etc. Desde luego, ponerse un preservativo puede limitar los daños y, si no se puede contener, más vale utilizarlo que contagiar a su pareja. Pero su utilización da a la gente, tanto en África como en otros lugares, una falsa seguridad, y les evita el preguntase por sus motivaciones y sus responsabilidades. La verdadera solución, la solución a fin de cuentas, está en la educación: habría que enseñar a la gente a canalizar sus impulsos sexuales en vez de multiplicar sus experiencias en el fondo insatisfactorias. Es a ese precio como redescubrirán la alegría de amar y de respetar a una persona, de fundar una familia y de educar a los hijos. Bravo, querido Benedicto XVI, y gracias por... ¡Estás loco! ¡Es el Papa quien habla así! ¡No es uno de nosotros, es una sotana! El Papa es alemán, por tanto nazi. Es cristiano, por tanto pasado de moda. Sí, sí, lo he oído en los medios de comunicación. Él es Papa, por tanto siempre está equivocado en todo... Rémi Brague, en Le Figaro Traducción: Rocío Allende www.parroquiasantamonica.com

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