miércoles, 24 de mayo de 2017

La educación de los hijos. La ideología política no debería interferir en la educación de los hijos


1 La educación de los hijos. La ideología política no debería interferir en la educación de los hijos 1. Los Obama eligen escuela para sus hijas Firmado por Ignacio Aréchaga - Fecha: 28 Noviembre 2008 - Aceprensa Aunque se esperan muchos cambios de Obama, su primera decisión en Washington ha sido muy tradicional: los Obama han escogido para sus hijas una cara y prestigiosa escuela privada. Malia, de 10 años, y Sasha, de 7, estudiarán en Sidwell, donde también fue alumna la hija de los Clinton, Chelsea. Este recurso a la escuela privada en Washington es bastante “bipartidista”, pues casi todos los miembros de la clase política hacen lo mismo. Lo que diferencia a los demócratas es que en sus propuestas políticas son ardientes defensores de la escuela pública, aunque prefieren que sus hijos no ocupen plaza quizá para dar oportunidades a otros. Sidwell es una escuela –en realidad con dos sedes– de 1.000 a 1.100 alumnos, de los cuales el 39% se consideran afroamericanos. El ideario de esta escuela, de origen cuáquero, dice que Sidwell es una institución “comprometida con el ideal de la diversidad en cuanto a la edad, origen económico, etnia, género, discapacidad, afiliación política, raza y orientación sexual entre sus estudiantes, profesores y directivos”. La diversidad económica no se sabe cómo la aseguran, ya que el coste anual es de 28.442 dólares para la escuela primaria y 29.442 para la enseñanza secundaria, un precio que no la pone al alcance de cualquier bolsillo. Quizá algún alumno menos adinerado pueda beneficiarse de programas de ayuda como el cheque escolar que está vigente en Washington desde 2004. Este cheque escolar –de un máximo de 7.500 dólares– ha permitido que 2.000 alumnos de menos recursos puedan asistir a escuelas privadas de mejor calidad que las públicas, que allí tienen bastantes problemas. Pero, aunque el programa funciona bien, un nutrido grupo de congresistas demócratas quiere anularlo. El partido demócrata, tradicionalmente aliado con los sindicatos de profesores de la enseñanza pública, afirma que el cheque sale demasiado caro, aunque en realidad su importe por alumno es bastante inferior al coste del puesto escolar público. Pero las familias beneficiarias del cheque están encantadas y solo aspiran a poder ejercer esa libertad de elección de escuela de la que se benefician los hijos de los políticos. La portavoz de Michelle Obama se ha apresurado a precisar que la elección de la escuela de las niñas es un asunto puramente familiar, y que no significa despego por la enseñanza pública. “La Administración Obama –ha dicho– quiere trabajar estrechamente con el sistema escolar en los próximos años para asegurar que la calidad de la educación pública esté disponible para todos los niños”. Solo que en este caso “los Obama han elegido la escuela que era la más apropiada para sus hijas en este momento”. Hay que comprender la decisión de los Obama. Como cualquier familia quieren lo mejor para sus hijas. Pero, en el campo político, habría que pedir a Obama y a los demócratas que respetaran las decisiones de otros padres, que también quieren que sus impuestos les permitan elegir la escuela que consideran más adecuada para sus hijos, en este momento, sin esperar a esa hipotética mejora que se les promete para el futuro. La portavoz de Obama dice que la educación de Malia y Sasha es algo independiente de las opciones políticas del presidente. También a los demás padres les gustaría que la ideología política no interfiriera en la educación de sus hijos. 2. Los demócratas, contra el cheque escolar en Washington Fuente: Wall Street Journal - Fecha: 14 Junio 2008 - En Aceprensa 14 de junio 2008 El cheque escolar nunca es un asunto pacífico en Estados Unidos. El último episodio se ha producido en Washington, donde un nutrido grupo de congresistas demócratas quiere anular el plan que entró en vigor en 2004. Un editorial del Wall Street Journal (11 junio 2008) considera que la postura de los demócratas es puramente ideológica, pues el cheque está dando buenos resultados. Hasta ahora, el programa de Washington ha permitido a unos 2.000 alumnos de recursos modestos acceder a escuelas privadas de buena calidad. El cheque cubre todo el costo de la enseñanza, con un máximo de 7.500 dólares anuales, bastante menos que el coste medio del puesto escolar público en el distrito (11.649 dólares anuales en el curso 2000-2001). Las familias de los alumnos beneficiarios –en su mayoría de origen asiático, afroamericano e hispano– están encantadas con el programa de cheque escolar. Por eso, la decisión de los demócratas 2 les ha disgustado tanto. "La mayoría de los políticos –dice uno de los padres afectados– pueden elegir la escuela de sus hijos. ¿Por qué nos quieren quitar a nosotros esa oportunidad?" El Partido Demócrata, que está aliado con los sindicatos de profesores de la enseñanza pública, argumenta que el programa de cheque escolar está saliendo muy caro (se han destinado 18 millones de dólares). Pero el editorial del Wall Street Journal desmonta este argumento: el plan se ha financiado con fondos íntegramente nuevos, para asegurar que ninguna escuela pública pierda dinero. El caso de Washington muestra, según el editorial, que el cheque tiene detractores por motivos ideológicos: "El motivo por el que los sindicatos quieren acabar inmediatamente con el programa no es porque tengan miedo de que fracase. Lo que les aterra es que el cheque funcione, y que exista una alternativa seria al fracaso de las escuelas públicas". 3. La libertad de elegir escuela para mis hijos Clint Bolick comenta que los últimos candidatos demócratas a la presidencia de Estados Unidos coinciden en algo: llevan a sus hijos a colegios privados, pero se oponen a que los pobres puedan elegir colegio ("The Wall Street Journal", 2 marzo 2007). Firmado por Aceprensa - Fecha: 7 Marzo 2007 Bolick es presidente de Alliance for School Choice, una organización estadounidense que defiende el derecho a elegir escuela. Hay algo, dice, en la política americana que convierte a los demócratas en defensores de la elección de escuela, pero que en la mayoría de los casos, solo se refiere a sus propios hijos, no a los millones de estudiantes de las escuelas públicas que tienen malos resultados. De hecho, hay una correlación perfecta entre los candidatos demócratas a la presidencia que han ejercitado la libertad de elección para sus hijos y la han negado para los hijos de los que no pueden permitirse elegir colegio. Así, cuando Bill Clinton llegó a la Casa Blanca en 1993, continúa Bolick, pudo haber elegido cualquier escuela pública para su hija Chelsea pero optó por una privada, Sidwell Friends. Dos años más tarde, Clinton vetó una ley de cheque escolar que podría haber permitido a las familias del Distrito de Columbia enviar a sus hijos a colegios privados (George Bush sí firmó la subsiguiente versión de ese programa). La hoy candidata presidencial Hillary Clinton sigue oponiéndose con firmeza a la elección de escuela. En una conferencia ante la National Education Association prometió "no abandonar jamás a la escuela pública". Presumiblemente hablaba como política, no como madre, añade Bolick. John Edwards, otro candidato demócrata, detesta que existan "dos sistemas escolares: uno para ricos y otro para los demás". Sin embargo, cuando llegó al Senado envió a sus hijos a un colegio religioso privado porque "según "USA Today", los colegios públicos de Washington DC tenían serios problemas". Edwards también se opone a que las familias de bajos ingresos puedan utilizar un cheque escolar para enviar a sus hijos a colegios privados porque eso sería "sustraer recursos" a los colegios públicos. Siguiendo esa lógica, señala Bolick, él mismo "sustrajo" unos 132.000 dólares a los colegios públicos del DC. Por último, Al Gore, que puede entrar en la carrera presidencial, ha dicho que "si yo tuviera un hijo en uno de esos colegios que van mal, también sería partidario del cheque escolar". Pero como no lo tiene, no lo es, apunta Bolick. También él llevó a sus hijos a colegios privados y se opone a la elección de escuela de las familias pobres. Solo ha habido un aspirante que llevaba a sus hijos a colegios públicos y que votó a favor del cheque escolar en su estado, el ex gobernador de Iowa, Tom Vilsack. Sin embargo renunció a seguir adelante porque su candidatura no logró apoyos suficientes. Y solo ha habido un candidato, el senador Joe Biden, que llevaba a sus hijos a colegios privados pero también apoyaba la libertad de elección de escuela para los demás. El caso misterioso, afirma Bolick, es el del senador Barack Obama, que lleva a sus hijos a colegios privados, califica el cheque escolar de "darwinismo social", pero afirma que "un buen punto de partida tanto para demócratas como republicanos sería experimentar e invertir en algo que funcione". Según Clint Bolick, la libertad de elección funciona: quienes se benefician del cheque escolar mejoran su rendimiento académico respecto de los que se quedan en el antiguo colegio. Y añade que después de repasar la trayectoria de los candidatos demócratas es dudoso que alguno muestre esa apertura a la "experimentación", pero no hay que perder la esperanza.

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