miércoles, 17 de mayo de 2017
La conciliación de familia y trabajo. Que el desarrollo de la carrera profesional y la dedicación a la familia no pueden ser enemigos es una teoría sencilla de entender pero no de poner en práctica, y menos aún en tiempos de crisis. Sin embargo, aunque solo sea por salvar el máximo posible del Estado del bienestar, cada vez más países se están aplicando en promover la maternidad. La experiencia ha demostrado que obligar a las mujeres a elegir entre los hijos o el trabajo no es una buena forma de hacerlo.
1 La conciliación de familia y trabajo. Que el desarrollo de la carrera profesional y la dedicación a la familia no pueden ser enemigos es una teoría sencilla de entender pero no de poner en práctica, y menos aún en tiempos de crisis. Sin embargo, aunque solo sea por salvar el máximo posible del Estado del bienestar, cada vez más países se están aplicando en promover la maternidad. La experiencia ha demostrado que obligar a las mujeres a elegir entre los hijos o el trabajo no es una buena forma de hacerlo. Cfr.Día Internacional de la Mujer - Conciliar familia y trabajo: una ecuación con más de dos factores Fernando Rodriguez-Borlado, Aceprensa, 8 de marzo de 2012 Las mujeres dedican más tiempo que los hombres a los niños, pero ellos y ellas emplean el mismo tiempo a ancianos u otros adultos dependientes La conciliación no debería afectar exclusivamente a las mujeres, pero la realidad es que son ellas las que mayoritariamente asumen este tema como algo propio. No obstante, los informes constatan que los hombres poco a poco van implicándose más; pero, por otro lado, la proliferación de hogares monoparentales –con una mujer como cabeza familiar en casi todos ellos– está cargando de más responsabilidades a muchas madres. El problema de la conciliación es, entre otras cosas, un problema de tiempo. Por eso viene bien conocer en qué lo emplean hombres y mujeres. El informe anual del INE acerca de la situación de la mujer (Mujeres y hombres en España 2011) tiene un apartado dedicado exclusivamente a la conciliación (basado a su vez en el Módulo sobre conciliación entre la vida familiar y laboral 2010, de la Encuesta de Población Activa, también del INE). Según este informe, las mujeres dedican cada día una media de una hora y 57minutos más que los hombres a las tareas de “hogar y familia” (2horas y 32 minutos ellos; 4 horas y 29 minutos ellas). Por su parte, ellos emplean una hora y 12 minutos más que ellas en trabajos remunerados. Los hombres dedican más tiempo a sus aficiones, a seguir los medios de comunicación, a las actividades deportivas o al aire libre, a la vida social y a la diversión. También al cuidado personal. En total, en todos estos apartados gastan en torno a una hora y 15 minutos más que las mujeres, un tiempo que podría servir para solucionar algunos problemas de conciliación, aunque es probable que parte del tiempo que los padres denominan “diversión” sea ya un tiempo dedicado a los hijos. Las mujeres son las que más minutos dedican a cuidar de los niños (36 minutos al día más que los hombres); en cambio, ambos sexos se emplean por igual en el cuidado de miembros adultos de la familia, o de dependientes. Hijos y trabajo no son los únicos elementos que conciliar El informe del INE ofrece algunos datos que cuestionan la típica descripción del problema de la conciliación como una lucha entre el tiempo dedicado al trabajo y a los hijos. Por 2 ejemplo, las mujeres sin hijos dedican de media más tiempo a las actividades del hogar que las que sí los tienen, y eso que los niños consumen más de la mitad del tiempo que el total de las mujeres dedican al hogar (los hombres emplean exactamente el mismo tiempo tengan hijos o no). Por otro lado, los hombres desempleados solo dedican 4 minutos más al día a las tareas del hogar que los que trabajan. En cambio, en las mujeres sí que se nota la diferencia, de algo más de una hora. Por último, apenas hay diferencias en el tiempo que dedican al cuidado de personas dependientes los hombres y mujeres con trabajo y los que no lo tienen. Parece entonces que en el tema de la conciliación, los hijos y el trabajo no son los únicos elementos de la ecuación. Otros datos tienen más lógica: un 67,6% de los hombres empleados ha interrumpido el trabajo por un periodo inferior a seis meses para cuidar de sus hijos; en cambio las mujeres lo han interrumpido en una proporción muy superior a los hombres (38,2% frente a 7,4%) durante más de un año. Las mujeres recortan horas de su empleo en más medida que los varones para cuidar de niños menores de ocho años. Solo un 11% de hombres asalariados y un 12,9% de mujeres dicen gozar de cierto margen para fijar su horario laboral con su empleador, lo que pinta un panorama del mercado laboral español mucho más rígido que el de gran parte del continente europeo. Sin embargo, a pesar de la rigidez de los horarios, solo un 16% de los hombres y un 21% de las mujeres habían contratado algún servicio de cuidado de niños, y la principal razón aducida para no hacerlo fue el excesivo precio. No obstante, los niños españoles en edad preescolar (hasta 3 años), y también desde los 3 años a la edad mínima de escolarización obligatoria, acuden a algún centro educativo en mayor proporción que los de la mayor parte de los países de Europa: en España lo hacen un 36% y un 94% respectivamente, frente al 27% y 88% de la UE-27. www.parroquiasantamonica.com Vida Cristiana
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