viernes, 10 de febrero de 2017

Eutanasia: una pendiente muy resbaladiza. ¿Dónde han quedado los recursos legales para evitar los abusos en la legislación sobre la eutanasia?



1 Eutanasia: una pendiente muy resbaladiza. ¿Dónde han quedado los recursos legales para evitar los abusos en la legislación sobre la eutanasia? Fuente: Quizá te interesa - Foro Hacercamino - escrito por Damián Muñoz sábado, 06 de noviembre de 2004 Cuando en un país se plantea la posibilidad de legalizar la eutanasia, los defensores de esta medida siempre insisten en que se aplicará exclusivamente en casos extremos que serán perfectamente tipificados en la ley para evitar cualquier tipo de abusos. Sin embargo, la experiencia muestra que -una vez que se abre la puerta a la eutanasia- la justicia va tolerando cada vez más casos en los que no se cumplen los requisitos previstos inicialmente. Es lo que ha ocurrido en Holanda desde que, en 1993, se aprobó una primera “Reglamentación de la eutanasia”. Sólo era aplicable para enfermos incurables en fase terminal, con un dolor físico insoportable y que pidieran la eutanasia con plena voluntariedad. Y se anunciaron “medidas estrictas de seguridad” para evitar abusos. Repasemos brevemente algunos hechos significativos ocurridos desde entonces. En 1994, el Tribunal Supremo Holandés no penalizó al Dr. Boudewïjn Chabot, que aplicó la eutanasia a una mujer que había perdido a sus dos hijos en un accidente y se la pidió en un estado de profunda depresión (que, evidentemente, condicionaba la voluntariedad). En 1995, el Parlamento admitió que la eutanasia podría aplicarse también a enfermos crónicos incurables, aunque no estuvieran en fase terminal, tanto si su sufrimiento era físico como psíquico (Aceprensa, Servicio 10/98). En 1996, una médico practicó la eutanasia a un paciente de 71 años que presentaba falta de concentración, miedo e inseguridad; estaba inquieto y se sentía poco feliz. Tres años después se supo que el fiscal no consideró necesario procesarla (Aceprensa, Servicio 104/99). El diario holandés de tendencia izquierdista Volkskrant (19-VI-99) manifestó su alarma: "La aplicación de la eutana¬sia a ancianos dementes va demasiado lejos.(...) El crite¬rio de dolor insoportable se ha ido ampliando. Al princi¬pio se refería al dolor físico sin perspectiva de curación. Cada vez más se aplica a cualquier situación física o psíquica que nos resulta desagradable o pesada”. En diciembre de 2001 un tribunal de Amsterdam juzgó al médico que practicó la eutanasia al político Edward Brongersma, que –estando físicamente sano- la solicitó alegando simplemente "no tener ganas de vivir". Aunque el médico fue declarado culpable, no se le impuso ninguna pena porque el tribunal consideró que "los hechos reprochables son tan pequeños que estaría fuera de lugar castigar al médico" (El País, 7.XII.01); el Tribunal Supremo holandés confirmó el 25.XII.02 la condena sin pena de cárcel. En esa línea, al acabar el debate previo a la aprobación de la ley liberalizadora de la eutanasia de abril de 2002, el Ministro de Sanidad Els Borst se mostró partidario de la llamada “píldora de suicidio” para las personas mayores que estuvieran cansadas de vivir. Poco tiempo después, el Dr. Van Ooijen acabó con la vida de un paciente, a petición de su familia (no del propio enfermo). Fue juzgado y declarado culpable, pero no se le impuso ninguna pena “porque había actuado con integridad”. Un entrevistador preguntó a otro médico holandés si se negaría a aplicar la eutanasia a quien estuviera padeciendo de forma insoportable la sensación de ser una carga para unos parientes que sólo esperaban su herencia; la respuesta fue: “Yo pienso, que al fin y al cabo, no me negaría” (“Bioética y Ciencias de la salud”, Julio-Diciembre 2002). En ese mismo año algunos médicos holandeses manifestaron en la prensa que cada vez había más personas que pedían la eutanasia por los motivos más banales: el cansancio propio de una gripe o la pena lógica de una anciana por el fallecimiento de una amiga. Hace pocos meses se supo que tres personas con la enfermedad de Huntington y otra con Alzheimer, en los estadios iniciales de la enfermedad, habían muerto en Holanda por medio de la eutanasia (El País, 7.VI.04). Pese a no cumplirse los requisitos legales previstos, las autoridades judiciales se mostraron decididas a no procesar a los médicos implicados en estos casos. En el último informe oficial sobre la práctica de la eutanasia en Holanda (publicado en 1996) se recogen –de una encuesta anónima- más de 900 casos anuales de eutanasias practicados sin la voluntad de los pacientes. Desde la entrada en vigor –en abril de 2002- de la actual ley de eutanasia, cada vez se comunican menos casos de eutanasia (previsiblemente porque no se cumplen los requisitos legales previstos): el Ministro de Sanidad holandés manifestó recientemente su preocupación por esta tendencia (BMJ, 5.VI.04). La ley holandesa de 2002 autorizaba la eutanasia en niños mayores de doce años que la pidieran. El 30 de agosto de 2004 la Justicia de ese país permitió al Hospital Universitario de Groningen provocar la muerte a menores de doce años, a petición de sus padres. ¿Cuál será el siguiente paso? En una pendiente tan resbaladiza no es posible parar, por muchas “medidas estrictas de seguridad” que se prometan. Damián Muñoz. Coordinador del Máster de Cuidados Paliativos del Hospital La Paz. Madrid. www.parroquiasantamonica.com

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