jueves, 22 de junio de 2017

La Iglesia Diocesana: la posada del Buen Samaritano. «La Iglesia vive para evangelizar»: esta frase de Pablo VI, en «Evangelii nuntiandi», configura y define el ser de la Iglesia. Se puede decir que todo en ella transparenta la acción de Dios en medio de la Humanidad: desde la celebración de la Eucaristía, hasta la atención a los pobres en un comedor; desde la catequesis que da el retablo de una iglesia de pueblo, hasta la sanación de las heridas familiares que ofrecen los Centros diocesanos de Orientación Familiar (COF); desde el sacramento del Perdón que administran nuestros sacerdotes, hasta los voluntarios que visitan a los presos en las cárceles. En el Día de la Iglesia Diocesana, todos estamos llamados a colaborar con toda esta actividad, que hace de la Iglesia la posada del Buen Samaritano


1 La Iglesia Diocesana: la posada del Buen Samaritano. «La Iglesia vive para evangelizar»: esta frase de Pablo VI, en «Evangelii nuntiandi», configura y define el ser de la Iglesia. Se puede decir que todo en ella transparenta la acción de Dios en medio de la Humanidad: desde la celebración de la Eucaristía, hasta la atención a los pobres en un comedor; desde la catequesis que da el retablo de una iglesia de pueblo, hasta la sanación de las heridas familiares que ofrecen los Centros diocesanos de Orientación Familiar (COF); desde el sacramento del Perdón que administran nuestros sacerdotes, hasta los voluntarios que visitan a los presos en las cárceles. En el Día de la Iglesia Diocesana, todos estamos llamados a colaborar con toda esta actividad, que hace de la Iglesia la posada del Buen Samaritano Cfr. La Iglesia Diocesana - La posada del Buen samaritano 13 de noviembre 2011, Día de la Iglesia Diocesana Alfa y Omega, n. 759- 10 de noviembre de 2011 En medio de la ciudad de Madrid, la parroquia de San Germán acoge a un nutrido grupo de jóvenes que hace realidad, desde hace años, las palabras de Benedicto XVI en la pasada JMJ: «No os guardéis a Cristo para vosotros mismos». Don Pedro José Lamata, Pejota, vicario parroquial de San Germán, explica que «la parroquia, desde siempre, ha tenido mucha vida juvenil, con un coro muy atractivo y muy animado, en el que se da mucha importancia a los salmos y a la polifonía. Eso ha hecho que a los jóvenes les guste mucho celebrar la liturgia, la Eucaristía. Un proyecto relacionado con esto es un grupo de teatro que concebimos como un medio para la evangelización, y así salió un musical, Godspell, con el que hemos ido a muchos sitios y con el que hemos aprovechado para dar una catequesis, un proyecto claramente católico y evangelizador. También hacemos misiones de verano en pueblos de toda España, y todos los veranos organizamos una misión en República Dominicana. Todo lo que hacemos lo acompañamos con una misión popular». Durante todo este tiempo de misión, los jóvenes de la parroquia hacen visitas a las familias y a los enfermos, organizan actividades para la gente joven y para los niños, obras de caridad en conventos o residencias de ancianos..., todo en función de las necesidades de la parroquia. Por las noches se organizan juegos, y la jornada termina con una oración y un tiempo para el testimonio. «A los propios jóvenes les fortalece mucho la relación con el Señor -reconoce don Pedro José-, y ven la necesidad que tenemos de Él. A raíz de las misiones, han descubierto qué significa estar en la Iglesia y en la parroquia. Ha sido a partir de la misión cuando nos han propuesto hacer más oración juntos. Para ello, tenemos una misa diaria para el grupo, y tenemos una capilla en la que, todos los días, hay seis horas de adoración al Señor, por turnos: todo eso ha salido de esas misiones. Este año, la gente ha pedido tener, antes de ir al trabajo o a la universidad, un rato de adoración diario: a las 7 2 y media de la mañana nos reunimos para rezar Laudes, leer el Evangelio del día y meditar en silencio. Y los jueves por la noche tenemos la Adoración eucarística, con alabanza y cantos, muy impresionante». También forma parte de su misión rezar por el drama del aborto, ya que uno de los abortorios más conocidos de Madrid queda muy cerca de la parroquia: «Allí muere mucha gente y a las mujeres les están destrozando la vida -reconoce don Pedro José-. Rezamos mucho por ellos, y cada dos domingos hacemos una actividad de oración y de formación, y rezamos el Rosario alrededor de ese centro». o Para recobrar la salud y la fe Un capellán visita a un niño en la sección de neonatos en un hospital La Iglesia es la posada donde Cristo, el Buen samaritano, deja a los pobres y enfermos para que recobren la salud y la fe. Por eso, también se hace llegar hasta aquellos que cumplen pena en prisión y que no tienen más horizonte que el de unas rejas en la ventana. En la archidiócesis de Valencia, el Proyecto de pastoral penitenciaria se ocupa de llevar la paz y serenidad de Cristo a quienes están privados de libertad, a sus familias y a las víctimas; y ofrece a los presos un camino de rehabilitación y reinserción positiva en la sociedad y también en la Iglesia. Por eso ofrece actividades enmarcadas dentro del área religiosa, social y jurídica, e incluye iniciativas como el acompañamiento espiritual y la celebración de los sacramentos, hasta talleres de costura y clases de español, o el recurso de una Oficina de orientación enfocada hacia la reinserción laboral y social. En paralelo a esta obra de la Vicaría de Acción social y caritativa, funciona la Vicaría de Evangelización, cuyo responsable, don José Javier Llopis, subraya que «todas nuestras actividades están orientadas a llevar a cabo el objetivo pastoral que marca el Itinerario de renovación en el que está empeñada la diócesis». Para ello organizan actividades como la publicación de documentos de apoyo para vivir en profundidad los diferentes tiempos del Año litúrgico, como la organización de peregrinaciones de jóvenes a una ermita o santuario, para alimentar la fe en aquellos que han de llevarla a sus contemporáneos. o Un patrimonio para todos 3 El valor que tienen, para la Iglesia en España, las ermitas, los santuarios y los templos lo conoce bien don Manuel Íñiguez, Secretario de la Comisión episcopal de Patrimonio Cultural, de la Conferencia Episcopal Española. Para él, «el patrimonio de la Iglesia es fruto de la vida y la celebración de la fe, e incluye la evangelización. Nuestro patrimonio responde a la necesidad de la Iglesia de expresar con formas bellas nuestra fe: es la fe hecha cultura. No es cultura sin más; es cultura religiosa, y constituye las mismas raíces de nuestro pueblo. Y no debemos olvidar que el fin prioritario del patrimonio de la Iglesia es la evangelización y el culto divino. Toda fe vivida y celebrada se hace cultura, y eso es lo que ofrecemos al pueblo». Todo ello lo conocen bien los visitantes de la catedral de Sevilla; y es que no se puede ir a la capital del Guadalquivir y no subir los 97 metros de altura que llevan al techo de la Giralda, un monumento considerado Patrimonio de la Humanidad desde 1987. Casi un millón y medio de personas hicieron el año pasado la visita turística a la catedral, lo que la coloca entre los monumentos más visitados de España, como el Museo del Prado, la Alhambra y la basílica de la Sagrada Familia. El presupuesto de la catedral de Sevilla alcanza casi los 9 millones de euros, de los que el 98% procede de recursos generados por la propia catedral. De todo ello, más del 40% de los ingresos de la catedral revierten en la construcción y reparación de templos de la archidiócesis, así como en distintas aportaciones al Fondo común diocesano y a las actividades de Cáritas. Al mismo tiempo, desde hace doce años, viene acogiendo y cofinanciando Escuelas-taller en las que adquieren formación profesional jóvenes desempleados que tienen la oportunidad de insertarse en el mercado de trabajo. Si la gestión cultural y religiosa de la catedral de Sevilla la hace autosuficiente, no ocurre lo mismo con otras iniciativas culturales de la Iglesia en España. Hace ya 15 años, don Miguel Ángel Barbado y el actual Rector de la Universidad Pontificia de Salamanca, don Ángel Galindo, iniciaron en Segovia los cursos de formación de guías para dar a conocer las claves catequéticas del patrimonio cultural de la diócesis. Hoy, este programa pasa por dificultades económicas, pero durante años ha sido pionero a la hora de dar una formación que va más allá de la que ofrece la Universidad. Sus cursos de arte sacro han colocado la visión teológica y espiritual como la piedra angular sobre la que descansa toda la expresión artística del patrimonio religioso. El señor Barbado da ejemplos reales para ilustrar la necesidad de una buena formación catequética a la hora de dar a conocer la belleza de iglesias, monasterios, retablos y capillas que empapan toda la geografía española. Hay 4 quien, ante una talla de Cristo atado a la columna, pregunta: ¿Quién es ese santo? O quien confunde el viril que custodia el Santísimo con una lupa. O quien explica que la Virgen de los Dolores tiene clavadas tantas espadas porque al final se suicidó tras la muerte de su Hijo (sic)... Barbado explica que «es necesario que la gente pueda comprender qué significa cada uno de los cuadros y retablos de nuestras iglesias... Los guías turísticos están pez en este sentido. Cuando les damos un curso, ellos mismos nos dicen: ¡Esto es lo que nos tenían que haber explicado a nosotros! Y es que nuestra pretensión es ayudar a que se conozca bien el origen profundo del patrimonio religioso. El 80% de lo que se explica es patrimonio de la Iglesia, y por eso conviene saber bien qué se explica». A este patrimonio pertenece también el fondo bibliográfico de la Biblioteca diocesana de Córdoba, un centro al servicio de la diócesis de Córdoba y de todos los cordobeses e investigadores que quieran hacer uso de sus valiosos fondos y disfrutar de sus servicios. Tiene como misión específica proporcionar un servicio de apoyo a la docencia, estudio e investigación de los centros académicos de la diócesis, conservar y difundir el patrimonio bibliográfico de la diócesis y colaborar en la difusión de la cultura cristiana católica. Su Directora, doña Inmaculada Vicente, cuenta que «nuestro fondo consta de más de 100.000 volúmenes, de los que 40.000 constituyen el fondo histórico». Tras pasar por algunas dificultades económicas, con ilusión e imaginación se las arreglaron para sacar adelante la Biblioteca, «todo con la misión de guardar y custodiar nuestro patrimonio bibliográfico, y poder difundirlo y constituirnos en centro de apoyo al estudio y la investigación. Ponemos la cultura a disposición de los demás para que todos nos enriquezcamos. Las diócesis deben poner en valor su patrimonio, que es un enriquecimiento y un intercambio recíproco entre diócesis y sociedad», explica Inmaculada Vicente. o El tesoro de los pobres Con toda seguridad, no hay institución, ni en España ni en el mundo, que haga más por los que menos tienen que la Iglesia católica. Y es que son, como defendía san Lorenzo ante los que le llevaron al martirio, el tesoro de la Iglesia. Además de las Cáritas parroquiales que se distribuyen por toda España, hay multitud de comedores, residencias, centros de atención a huérfanos, guarderías, centros de educación especial... En Madrid, por ejemplo, está el Centro Residencial Jubileo 2000, un recurso para que familias en situación de desprotección o riesgo moderado puedan tener un hogar para vivir; o las iniciativas de las Hermanas Misioneras del Santísimo Sacramento, que tienen en Madrid una obra social en la que atienden a casi 300 personas que llaman a sus puertas para desayunar. Además de ello, se encargan de dar alimentos a 600 familias; y una vez al mes, les llenan el carrito de la compra, y se ocupan también de que a los más pequeños no les falten juguetes en Navidad. Ayudando a la familia 5 Y es precisamente la familia el principal foco de atención de los Centros de Orientación Familiar (COF) distribuidos por toda España. En la diócesis de Alcalá funciona el COF Regina familiae; su director, don José María Viñas, explica que «los centros de Orientación Familiar están llamados a configurarse como verdaderos santuarios de la familia, donde se acoge el sufrimiento de tantas personas destruidas por la ruptura matrimonial y familiar. Son la respuesta que ofrece la Iglesia para aliviar las dificultades y las carencias de estas nuevas pobrezas del hombre». Aunque el matrimonio y la familia son un camino excelente para construir la propia vida, «sin embargo - explica don José María-, muchos lo recorren a oscuras, porque no poseen la luz del corazón que ilumine la verdad de su amor y de su vocación. Esta oscuridad dificulta su esperanza cuando los problemas ponen en peligro la comunión conyugal». Para sanar de raíz las situaciones de problemática familiar, «es esencial que el orientador tenga la luz del camino, y para ello debe inspirarse y ejercer su actividad desde la antropología cristiana». Por eso, «el fin fundamental del Centro de Orientación Familiar es, no sólo la restauración de la familia utilizando todos los medios humanos necesarios, sino también el acercamiento de la persona a la paternidad de Dios para que descubra la bondad, la verdad y la belleza del amor esponsal, expresión significativa del amor de Dios al hombre. Aquí radica la gran diferencia de un COF diocesano con cualquier gabinete de orientación al uso. Aquí no tenemos enfrente un problema de conducta, o una cuestión psicológica, afectiva o un trastorno de personalidad; aquí tenemos delante de nosotros a una persona comprendida en su globalidad, en todas sus dimensiones, física, psicológica-afectiva, y espiritual». Desde su experiencia, el director del COF de Alcalá de Henares subraya que «la persona o familia que acude al COF es sanada cuando tiene un encuentro personal con el Señor. El COF debe propiciar la restauración de la dignidad perdida de tantas personas heridas por la experiencia del desamor, la soledad, la violencia doméstica, el trauma del aborto, del duelo... Para ello, sus colaboradores tienen una doble actuación, primero acercando a la persona a Cristo para propiciar la sanación interior; y, segundo, adoptando también el estilo del buen samaritano acogiendo con entrañas de misericordia». Todas las iniciativas que aparecen en estas páginas son, entre otras muchas más, distintas pinceladas de un mismo cuadro: la imagen de Cristo como Buen samaritano, cuya misión de sanar y anunciar el perdón y la paz se encarna en cada actividad de la Iglesia en España. Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo Algunas cifras de la Iglesia en España - Un dinero que da fruto El próximo domingo se pasará una colecta en todas las misas para colaborar en este Día de la Iglesia Diocesana. Para hacerse una idea aproximada de la presencia trascendental que tiene la Iglesia en nuestro país, bastan estas cifras: * La Iglesia ofrece atención religiosa a: - 315.000 niños que reciben el Bautismo cada año. - Más de 120.000 parejas que se han casado por la Iglesia en este año. - 10 millones de católicos que asisten a Misa cada domingo. - Cientos de miles de voluntarios que colaboran en acciones pastorales y/o son miembros activos de asociaciones y cofradías. 6 * La Iglesia atiende también a: - Cerca de 1.400.000 niños que asisten a centros educativos de la Iglesia. - Más de 200.000 inmigrantes en distintos Servicios y Centros. - Los privados de libertad de 77 cárceles españolas. - Más de 50.000 niños y jóvenes de educación especial. - Más de 25.000 huérfanos. - Más de 57.000 ancianos. * La Iglesia trabaja a diario en: - Más de 200 centros hospitalarios, ambulatorios y dispensarios. - 876 casas para ancianos, enfermos crónicos, inválidos y minusválidos. - Cerca de 900 orfanatos y centros para la tutela de la infancia. - Más de 300 guarderías. - 365 centros especiales de educación o reeducación social. - 144 centros de caridad y sociales y 300 consultorios y centros para la defensa de la vida y la familia. - 147 países donde están cerca de 18.000 sacerdotes, religiosos, religiosas y seglares en misiones. www.parroquiasantamonica.com Vida Cristiana

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