miércoles, 5 de julio de 2017
Literatura infantil y juvenil: libros para el verano 2016. Sugerencias para que los chicos lean.
1 Literatura infantil y juvenil: libros para el verano 2016. Sugerencias para que los chicos lean. Cfr. Aceprensa, LUIS DANIEL GONZÁLEZ, 20.JUL.2016 “Si una mañana de verano un niño”... como decía Roberto Cotroneo. En los largos días de vacaciones, un chico puede aficionarse a la lectura si cae en sus manos un libro que le guste y sea adecuado a su edad. Aquí sugerimos algunos buenos títulos publicados en los últimos meses. También pueden servir nuestras selecciones anteriores (ver Artículos relacionados). • Álbumes para pequeños • Álbumes para primeros lectores • Álbumes para lectores más mayores • Libros infantiles • Libros juveniles Álbumes para pequeños o Colores Formas (John J. Reiss) Blackie Books. Barcelona (2016). 32 págs. Ed. bilingüe. Libros muy populares en los años setenta, que se han publicado hace poco en España por primera vez, en ediciones bilingües. Son álbumes magníficamente diseñados: por el equilibrio de formas y colores de cada página, por la claridad de todo lo que se muestra y enseña, porque todo está pensado y colocado al servicio de lo que se desea transmitir. Ambos cumplen muy bien su función de ser libros de conocimientos: en el primero se presentan el Rojo, el Amarillo, el Azul, el Naranja, el Verde, el Morado, y el Marrón; y en el segundo aparecen cuadrados, triángulos, círculos, rectángulos, óvalos, y más formas de todo tipo. o ¡Buen viaje, bebé! (Beatrice Alemagna) A buen paso. Barcelona (2015). 26 págs. Traducción: Lara Meana. Se narran, con buen humor y sentido de juego, las rutinas propias del momento de irse a la cama del niño como si fueran las mismas de un viaje para el que hay que prepararse con cuidado: escoger las cosas que se llevan, sin olvidarse del libro preferido; asearse y ponerse el traje apropiado; despedirse de papá, mamá y el gato, etc. Las figuras son amables y las escenas están bien compuestas, como es habitual en la autora. 2 o Monky (Dieter Schubert) Ekaré. Barcelona (2016). 28 págs. Álbum sin palabras en el que todo se cuenta mediante una sucesión de formidables dibujos acuarelados. Un niño pierde su monito de peluche en un parque y ni él ni su madre lo encuentran. Entretanto, el monito pasa a ser el juguete de distintos animales, hasta que un pescador lo encuentra. El lector se identifica con los sentimientos del chico, de pérdida, desolación y, naturalmente, de felicidad por la recuperación final de Monky. o Soy un conejo = I Am a Bunny (Richard Scarry y Ole Risom) Lata de Sal. Madrid (2015). 25 págs. Traducción: Susana Collazo y Rafa Salgueiro. Al principio, el mismo protagonista se presenta: “Soy un conejo. Me llamo Nicolás. Vivo en un árbol hueco”. Y, a partir de ahí, lo vemos en el bosque, primero y durante varias páginas en primavera, y luego, brevemente, en verano, otoño e invierno. Las ilustraciones, que se basan en un dibujo detallista de calidad, están bien compuestas, tienen mucho colorido y un tono dulce que se puede llamar disneyano. Todo resulta simpático y tranquilizador. o Felices sueños, camiones grandes y pequeños Que duermas bien, pequeño tren (Tom Lichtenheld y Sherri Duskey Rinker) Blok. Barcelona (2014). 32 págs. Traducción: Roser Ruiz. Dos álbumes para leer antes de dormir. En el primero el narrador del álbum va despidiéndose de la Señora Grúa, la Hormigonera, la Excavadora, etc., mientras las ilustraciones muestran a las máquinas, con los tonos rojizos del atardecer al terminar el trabajo y los oscuros de la noche cuando se retiran a descansar. En el segundo vemos un tren de mercancías que atraviesa las praderas por la noche y, cuando se para, entran en 3 acción toda clase de operarios (monos, liebres, camellos, etc.), que se ocupan de cargarlo. Las ilustraciones, en pastel, son simpáticas y detallistas. Los textos son sonoros y rítmicos. Ambos libros cumplen bien su función de lectura para antes de dormir, comunican vocabulario, conectan bien con los lectores. Álbumes para primeros lectores o Otto, el perro cartero (Tor Freeman) Blackie Books. Barcelona (2014). 26 págs. Traducción: Isabel Obiols. Libro de los que divierten y entretienen a un lector pequeño durante mucho tiempo. En él vemos una oficina de correos con empleados de todo tipo. El protagonista, Otto, es un perro cartero que ha de hacer una ronda y algunas entregas de paquetes: en el invernadero, el Mercado, el Museo de los Dinosaurios, un laboratorio, una orquesta, y un lugar especial. Las figuras son amables y simpáticas. Las composiciones son claras a pesar del mucho barullo que hay en algunos sitios. Las guardas están bien pensadas pues contienen los recorridos de Otto en el plano de la ciudad. El final es excelente. o La vaca Victoria (Nono Granero) Milrazones. Santander (2014). 22 págs. Álbum con un planteamiento y un desarrollo brillantes. “Esta es la historia de la vaca Victoria”, se nos dice en la primera doble página mientras un dibujo nos la muestra; en la segunda doble página leemos: “Se murió la vaca”, y la vemos espatarrada; y en la tercera leemos “y se acabó la historia”, mientras en la página derecha vemos a la vaca en una tumba. Pero, a partir de ahí, el autor se plantea “¿de qué murió la vaca Victoria? Porque no da igual”. Y nos habla de que, según cuál sea la explicación, su historia puede ser una leyenda, una poesía, un cuento, un suceso, un dicho, un relato, una odisea… Relato para contar, compartir, e imaginar posibilidades. El estilo de las imágenes va de acuerdo con lo que se cuenta o sugiere. o Después de la lluvia (Miguel Cerro) Kalandraka. Pontevedra (2015). 32 págs. 4 Debido a unas lluvias continuas e intensas, los animales del bosque han de refugiarse en una cueva. Más tarde se organizan para salir a buscar comida y bebida, y se reparten los trabajos. Pero al zorro, a pesar de sus deseos de ayudar, no le dejan hacer nada. Álbum bien planificado, con unas ilustraciones que son, a la vez, oscuras y luminosas. Son algo estáticas, pero resultan expresivas, las figuras de los animales. El argumento hace pensar en cómo algunos prejuicios nos pueden hacer injustos. Álbumes para lectores más mayores o Akim corre (Claude K. Dubois) Lóguez. Salamanca (2015). 96 págs. Traducción: Maribel G. Martínez. Álbum dividido en varios tramos. Cada uno comienzan con algo de texto para presentar las escenas que, a doble página, vienen a continuación. El relato sigue las peripecias de un niño cuyo poblado es bombardeado y sus padres desaparecen. Los extraordinarios dibujos a lápiz, con mucho movimiento y no siempre nítidos, como corresponde a las situaciones que se describen, están muy bien secuenciados. Son muchas las cosas que no se cuentan pero se apuntan o se insinúan. Es un relato universal, que nosotros, hoy y aquí, entendemos bien, pero cualquiera y siempre, incluso si no tuviera texto, no tendría dificultad alguna en comprenderlo por completo. Además, para los lectores a los que va dirigido es un gran acierto el desenlace. o ¿Cuánta tierra necesita un hombre? (Raphaël Urwiller) Ekaré. Barcelona (2016). 36 págs. Relato de Tolstói, de 1886. Traducción: Leopoldo Iribarren. Relato de Tolstói que ha sido convertido en álbum o libro ilustrado varias veces recientemente. El protagonista es un rico campesino siberiano llamado Pahom que nunca está conforme con la tierra que tiene. Después de aumentar sus posesiones varias veces, averigua que los habitantes de la región de Bashkiria ofrecen tanta tierra como pueda recorrer en un día de marcha, con la condición de que, al atardecer, haya vuelto a su punto de partida. Este álbum acompaña la historia con unas imágenes coloristas muy contrastadas, con predominio del amarillo, el rojo y el azul, que también es el color de la tipografía. Hay composiciones variadas, que se adaptan a lo que va pidiendo la narración: grandes escenarios, primeros planos, siluetas, etc. o El oso que no estaba (Wolf Erlbruch y Oren Lavie) Barbara Fiore. Granada (2015). 36 págs. Traducción: Marina Bornas. El protagonista es un oso muy positivo y optimista que, cuando despierta, se ve perdido en el bosque. Entonces decide intentar encontrarse a sí mismo y, a continuación, se pasa el álbum hablando con unos y otros para buscar respuestas a las preguntas que le preocupan. El relato es ingenioso, al modo autorreferencial posmoderno —habrá quien diga que nos habla de la búsqueda de la propia identidad…—. 5 Algunos encontrarán en la historia, además, un modo de reforzar la autoestima de los lectores,pues el héroe no se corta nada en los elogios que se hace a sí mismo (a pesar de lo cual, cae bien al lector). Libros infantiles o Tinta (Paula Fernández de Bobadilla) Anaya. Madrid (2015). 64 págs. Escenas cortitas, protagonizadas por un pequeño perro que vive con los padres de la narradora. Los incidentes son mínimos: algunos sobre la rivalidad entre Tinta y el gato, otros sobre sus relaciones cautelosas con otros animales, otros sobre las travesuras propias de un pequeño irracional al que, por más que le riñas, no comprende nada. Son momentos de vida cotidiana bien contados y capturados, por el texto, y por las ilustraciones: dibujos acuarelados que transmiten bien el talante aparentemente inocente pero vivaz y revoltoso de Tinta. o Los archivos secretos de la señora Basil E. Frankweiler (E.L. Konigsburg) Palabra. Madrid (2016). Traducción: Almudena Ligero Riaño. Título seleccionado con frecuencia entre los mejores libros infantiles norteamericanos, pero que no se había publicado en España todavía. En Nueva York, Claudia Kincaid, de doce años, y su hermano Jamie, de nueve, se escapan de casa para vivir unos días en el Museo Metropolitano de Arte. Relato que atrae por la personalidad tan bien dibujada de los dos hermanos y por cómo se plantean y entrecruzan las distintas intrigas: quién es el misterioso narrador, cómo se organizarán los chicos para sobrevivir en los baños del Museo, qué podrán sacar en claro de su investigación... Ningún lector joven verá inconvenientes en la improbabilidad de algunas situaciones y el alto nivel de algunos diálogos. Por otro lado, la resolución es sofisticada pero brillante y, contra todo pronóstico, encaja bien. o Tania Val de Lumbre (Maria Parr) Nórdica. Madrid (2015). 228 págs. Traducción: Cristina Gómez-Baggethum. Versión actualizada de Heidi, que además es un libro que lee la protagonista, Tania, una chica de diez años, entusiasta y activa, que vive con su padre, granjero, en un valle de Noruega. Su mejor amigo es el viejo y solitario Gunnvald. Su gran enemigo es el propietario de un camping al que no pueden acudir niños. Tienen encanto la incombustible protagonista y otros personajes que si parecen, e incluso son, hoscos, luego demuestran tener buen corazón. La narración se fija en los sentimientos de Tania y en cómo a veces se sorprende al descubrir reacciones egoístas, e incluso malas, en su interior. Como en tantos libros nórdicos, 6 quedan claros los sufrimientos de los niños ante los comportamientos desleales o de falta de afecto de sus padres. Las ilustraciones, de algunos momentos de la narración, son excelentes. o El regreso a los sauces (Jacqueline Kelly) Roca. Barcelona (2015). 281 págs. Traducción: Jorge Rizzo. Libro compuesto, según anuncia el subtítulo, como una “respetuosa secuela de El viento en los sauces, de Kenneth Grahame, con comentarios útiles y notas explicativas”. Es, por tanto, un relato con los mismos personajes —Rata, Topo, Tejón y Sapo—, con iguales acentos amables y cordiales, y con notas bromistas al pie. También, su argumento se parece al del relato primero: esta vez Sapo se entusiasma no con un coche sino con un globo e, igual que entonces, se mete en líos enormes. Como Rata y Topo son personajes que valoran mucho el ser educados y amables, el relato hace pensar una y otra vez en los sentimientos de los otros. o La microguerra de todos los tiempos (Andrés Barba) Siruela. Madrid (2015). 93 págs. Gombronia es un pueblo en el que todos están obsesionados con el aprovechamiento máximo del tiempo. Cuando se avería el reloj de la plaza, el pueblo se altera. A un niño muy rápido llamado Manuel y a una niña muy lenta llamada Mara los mandan a una misión especial al interior del reloj, después de haberles dado unos caramelos especiales que los vuelven pequeñitos. Libro amable, parecido en su estilo y sus recursos narrativos, a otros relatos infantiles del autor. Muchas reflexiones tendrán más eco en los lectores adultos o, al menos, algo mayores, que en los posibles lectores niños. o El niño bisiesto José (Luis Alonso de Santos) Kalandraka. Pontevedra (2015). 96 págs. Daniel, un chico de diez años que nació un 29 de febrero, nos habla de su vida: sus amigos le llaman Bisi, su padre es escritor y director de teatro, se lleva regular con su lista hermana mayor Lara. Cuenta episodios familiares y colegiales con mucho sentido del humor autoirónico (normalmente, propio de alguien más mayor). Aunque tal vez a la mayoría de los lectores niños les sorprenda, y no acaben de verle al asunto todas las implicaciones que tiene, a muchos lectores adultos les encantará comprobar que Daniel es un lector y espectador excepcional (quizá demasiado). 7 Libros juveniles o Los descazadores de especies perdidas (Diego Arboleda) Anaya. Madrid.(2015). 256 págs. Relato en la tradición de las historias inglesas de nonsensecon un subtítulo, “Genios e ingenios de los años del vapor”, propio de una cierta ciencia-ficción humorística. La narración tiene varios capítulos desconectados entre sí que, más o menos, al final confluyen. Empieza en 1920, con la pequeña Minerva Vapour, “última descendiente de una familia de genios”, y va retrocediendo en el tiempo hasta que, al final, regresa a 1921, que es cuando vuelve a escena Minerva y llegan “los descazadores de especies perdidas”. Todo se narra con ingenio en busca de incitar la curiosidad del lector. o El curioso mundo de Calpurnia Tate (Jacqueline Kelly) Roca. Barcelona (2015). 285 págs. Traducción: Santiago del Rey. Segundo libro del personaje, tras La evolución de Calpurnia Tate. Comienza en 1900, cuando Calpurnia tiene 13 años. Se suceden episodios de distintos tipos: muchos relacionados con animales que Travis, el hermano menor, desea cuidar, con más o menos fortuna. La forma de narrar de Calpurnia es graciosa, ordenada, irónica con su hermano Lamar, afectuosa con su hermano Travis, temerosa con los mandatos de su madre, respetuosa y admirativa con su abuelo. Da mucha información científica, que le cuentan su abuelo y el veterinario, o que ella misma lee, y anota muchas preguntas en sus cuadernos. La historia tiene un tono cordial que Calpurnia solo pierde un poco cuando aprecia que sus padres no contemplan su futuro profesional en paralelo con el de sus hermanos varones, o cuando algún adulto hace comentarios condescendientes hacia ella por ser chica. o Shane (Jack Schaefer) Valdemar. Madrid (2015). 293 págs. Traducción: Marta Lila Murillo. Novela del Oeste varias veces elegida como la mejor del género. En Wyoming, 1889, a la granja de los Starret llega un desconocido misterioso que se presenta con un “llamadme Shane”. Atraído por el buen trato 8 que le dan el granjero, Joe, su mujer Marian y el pequeño Bob, decide quedarse a trabajar con ellos un tiempo. Cuando el gran propietario de terrenos y ganados, Luke Fletcher, aumenta su violencia contra los granjeros que no dejan paso libre a sus reses, Shane desempolva la pistola que tenía oculta. Narración que pivota sobre todo lo que no se cuenta y el lector se imagina en relación al pasado del héroe. Está conseguido el progresivo aumento de la tensión después de un comienzo calmado donde se presentan los personajes y el conflicto. Es un acierto pleno la elección del narrador y su forma de contar: la del adulto que recuerda lo que sucedió, cuando él era un niño y se sintió completamente fascinado por el recién llegado. o Las fabulosas aventuras del profesor Furia y Mr. Cristal (César Mallorquí) Edebé. Barcelona (2015). 271 págs. La contracubierta pone sobre aviso: el relato está dedicado a las víctimas de los asesinatos en el instituto Columbine, en 1999. El lector encontrará, por tanto, un argumento semejante a lo que ocurrió allí: un grupo de chicos violentos (en este caso pronazis) que irrumpirán, disparando, en un instituto de secundaria. Tal vez el héroe sea demasiado perspicaz y tal vez el individuo al que se culpabiliza sin atenuantes —el padre del chico que se vuelve loco, un militar autoritario hasta extremos enfermizos— sea un cliché muy recargado. En cualquier caso, y como es de esperar del autor, la narración está bien construida y bien escrita. www.parroquiasantamonica.com Vida Cristiana
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