martes, 4 de julio de 2017

Dios tiene en sus manos casi todas las cartas del juego; pero no posee la última, que encarna nuestra libertad (F. Ulivi).



Dios tiene en sus manos casi todas las cartas del juego; pero no posee la última, que encarna nuestra libertad (F. Ulivi). (…) Estas palabras tocan un tema arduo y delicado, el de la relación entre gracia y libertad. Siempre sorprende pensar que Dios - como sugería una antigua tradición judía - “se retira” después de crear al varón y a la mujer para dejar un espacio a su libertad. Una liberad que él se compromete a respetar también cuando su criatura enloquece: él no paraliza la mano del asesino ni bloquea los proyectos de la persona perversa. Y sin embargo Dios no nos deja solos, abandonándonos a nosotros mismos y permitiendo que la historia precipite en el abismo. Éstas son las otras “cartas del juego” que el Creador tiene en sus manos y que tienen nombres diversos: amor, gracia, perdón, conversión, salvación, y también justicia, juicio, verdad. Continuaba diciendo el escritor Ulivi: «Es necesario siempre buscar; captar las sígnales del camino de Dios», también a costa de sufrimientos, de fatigas, de temores. «Solamente con esta condición puedo acercarme a la meta: al Único». Gianfranco Ravasi, Avvenire, 16 de mayo de 2003 www.parroquiasantamonica.com

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