martes, 4 de julio de 2017
LA LIBERTAD: FINES Y MEDIOS
1 LA LIBERTAD: FINES Y MEDIOS Ricardo Yepes Stork, Fundamentos de Antropología, Eunsa 1996 Una propuesta de lectura reposada sobre una realidad interesante LA LIBERTAD: FINES Y MEDIOS ......................................................................................................................... 1 A. EL PRINCIPIO INTELECTUAL DE LA CONDUCTA HUMANA (PP. 29-31) ...................................................................... 1 Lo propiamente humano es la capacidad de darse a sí mismo fines y de elegir los medios para llevarlos a cabo. Esto es la libertad. ....................................................................................................................................... 1 B. LA LIBERTAD ES UNA NOTA RADICAL DE LA PERSONA HUMANA (P. 84) .................................................................. 2 A. El principio intelectual de la conducta humana (pp. 29-31) Lo propiamente humano es la capacidad de darse a sí mismo fines y de elegir los medios para llevarlos a cabo. Esto es la libertad. Hemos dicho que en el hombre, dotado de vida intelectiva, no todos los objetivos de sus actividades y el modo de llevarlas a cabo vienen dados por la programación filogenética. Por eso corren por cuenta de la elección y del aprendizaje individuales. Por tanto, porque el hombre elige y busca fines, y ensaya medios para esos fines, porque se propone objetivos propios, y no sólo de la especie, el instinto viene en buena parte completado o desplazado por el aprendizaje. En el hombre el aprendizaje es mucho más importante que el instinto. La elección de los fines y los medios (5.2), y su puesta en práctica, son en buena parte aprendidos. El hombre, a diferencia de los animales, debe aprender casi todo lo que hace: andar, comer, hablar, leer, en suma, vivir. Al hombre no le basta con nacer, crecer, reproducirse y morir para alcanzar su autorrealización propia (cosa que sí sucede con una patata o un pájaro). Su vida no es automática, ni tiene sólo fines vegetativos, específicos. Lo propiamente humano es la capacidad de darse a sí mismo fines y de elegir los medios para llevarlos a cabo. Esto es la libertad (6.2): el hombre es dueño de sus fines, porque tiene la capacidad de perfeccionarse a sí mismo alcanzándolos. En cuanto es dueño de sí, es persona (3.2). Esto se puede expresar de esta otra manera: 1) En el hombre el conocimiento (el intelectual, más propiamente) da inicio a la conducta, es decir, la conducta humana está principiada por el conocimiento intelectual. ¿Por qué? Porque si hemos dicho que el hombre elige sus fines y los medios que a ellos conducen, esa elección se realiza mediante ese conocimiento: por ejemplo, dedicarse a investigar las mariposas es una decisión «inventada», por así decir, por el intelecto. 2) En el hombre se rompe el circuito estímulo-respuesta, y éste queda abierto. Esto quiere decir que la biología humana está interrumpida por la vida intelectiva, y por tanto, en el hombre el pensamiento es tan radical y tan natural como la biología, y por eso ésta no antecede a aquél 1 : estímulo --------------------- mente ------------------ respuesta -------------------------------- cuerpo ----------------------------- Si estoy en una ciudad donde el agua del grifo no es potable, y tengo una gran sed, puedo tomar la decisión de no beber, o de beber y arriesgarme a coger una enfermedad intestinal. El hecho biológico de sentir hambre no me dice nada acerca de qué debo comer: para hacerlo tengo que decidir entre hamburguesa, Pollo o cualquier otra cosa. Es decir, en el hombre, la 1 J. VICENTF-J. CHOZA, Filosofía del hombre, cit., 73. 2 satisfacción del instinto exige la intervención de la razón, que puede decidir beber o no beber, comer o no comer, o comer una cosa u otra. «La naturaleza biológica humana no es viable al margen de la razón ni siquiera en el plano de la supervivencia biológica 2 . El hombre, ya se ha dicho, necesita aprender a vivir. Y para hacerlo, necesita razonar. 3) Lo anterior tiene un corolario evidente: el hombre, si no controla sus instintos mediante la razón, no los controla de ninguna manera. Las aves migratorias tienen un mecanismo biológico instintivo que les lleva a volar como, hacia y cuando deben: no necesitan aprenderlo. El hombre, en cambio, tiene que aprender a moderar desde la razón la fuerza de sus instintos (2.7) si no quiere hacerse daño a sí mismo o a otros, como sucede, por ejemplo, con el instinto de la agresividad (11.3). Si el hombre no se comporta según la razón, sus instintos carecen de medida, se toman desmesurados, cosa que no les sucede a los animales, porque en ellos el control es inconsciente y «automático». El hombre, si no es racional, es peor que los animales, en cuanto la fuerza de sus instintos crece entonces en él de una manera excesiva, porque no hay ninguna ley que los modere. En los animales, en cambio, esa ley es instintiva: se da por igual en todos los individuos de la misma especie. Esta es una de las consecuencias de la libertad. B. La libertad es una nota radical de la persona humana (p. 84) 1. La libertad es una nota de la persona tan radical como las anteriores, e incluso más. La persona es libre, porque, como ya dijimos (1.2), es dueña de sus actos, porque es también dueña del principio de sus actos, de su interioridad y de la manifestación de ésta. Al ser dueña de sus actos, también lo es del desarrollo de su vida y de su destino: elige ambos. Definimos más atrás (2.6) lo voluntario como aquello cuyo principio está en uno mismo. Lo voluntario es lo libre: se hace si uno quiere; si no, no. La libertad es una nota tan radical de la persona que exigirá un capítulo propio (6). De todos modos, puede aquí plantearse una delicada pregunta: ¿para ser persona es preciso ejercer actualmente o haber ejercido las capacidades o dimensiones recién mencionadas? ¿Es persona el hombre dormido, o el que está en coma profundo, el niño no nacido, o discapacitado, incapaz de hablar? En pocas palabras, ¿quien no tiene conciencia de sí (3.2. 1) es ya o todavía persona? No se trata de discutir si es persona a efectos jurídicos, sino si en sí mismo es o no es persona quien no ejerce las capacidades propias de ella. ¿Un feto de tres semanas es una mera vida humana, pero no una persona? La respuesta más sencilla dice que el hecho de no ejercer, o no haber ejercido aún, las capacidades propias de la persona no conlleva que ésta deje de serlo, puesto que quien no es persona nunca podrá actuar como tal, y quien sí puede llegar en el futuro a actuar como tal tiene esa capacidad porque es ya persona. Quienes dicen que sólo se es persona una vez que se ha actuado como tal, reducen al hombre a sus acciones, y no explican de dónde procede esa capacidad: es la explicación materialista (16.6). www.parroquiasantamonica.com 2 Id.
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