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Familia. El cannabis, esa ya casi “droga amiga” –a juzgar por la publicidad positiva que le
ofrecen en varios países los impulsores de la legalización total y completa– ha ganado popularidad en EE.UU. entre un segmento de la población particularmente sensible: el de las mujeres encintas.
Marihuana vs. bebés sanos
Aceprensa, LUIS LUQUE - 15.FEB.2017
El cannabis, esa ya casi “droga amiga” –a juzgar por la publicidad positiva que le ofrecen en varios países los impulsores de la legalización total y completa– ha ganado popularidad en EE.UU. entre un segmento de la población particularmente sensible: el de las mujeres encintas.
Según un recién publicado estudio de la Universidad de Columbia: Tendencias en el uso de marihuana entre mujeres embarazas y no embarazadas, entre 2002 y 2014 el porcentaje de gestantes que consumieron cannabis se duplicó: de constituir un 2,4% en el primer año mencionado, pasó a ser un 4%. Esto, de modo general, pero yendo a lo particular, a la segmentación por grupos etarios, se advierte que un 7,5% de las embarazadas de 18 a 25 años dijeron haber fumado la droga durante el mes previo a la realización de la consulta, mientras que “solo” un 2% de las chicas encintas de 26 a 44 años afirmaron lo mismo.
Entre 2002 y 2014 el porcentaje de gestantes que consumieron cannabis pasó del 2,4% al 4%.
¿Demasiadas embarazadas quizás? Pues sí, pero esos números distan de reflejar las cantidades reales. La razón, según The New York Times, es que los médicos que atienden a las gestantes, más que dedicarse a advertirles sobre los potenciales riesgos del consumo de la droga, las emplazan a que dejen de hacerlo bajo amenaza de llamar a los servicios sociales, que pudieran retirarles a sus hijos tras el parto si determinan que la madre ha actuado con negligencia. Y eso, cuando el médico no pasa olímpicamente del tema tras la confesión de la madre. De hecho, casi la mitad de los galenos no dice absolutamente nada.
Pero el peligro es real y tiene múltiples formas. La doctora Yasmin Hurd, neuróloga y directora de la Icahn School of Medicine, adscrita al hospital neoyorquino Mount Sinai, explica al diario que la marihuana, desde un momento muy temprano del desarrollo del feto, modifica los principales circuitos neuronales y los receptores de las señales nerviosas, mecanismos que regulan las emociones y la recompensa, e incluso la función motora y la cognición. Dicho lo anterior, el adjetivo “medicinal” para calificar al referido narcótico –algunas embarazadas dicen consumirlo para atenuar los mareos y las náuseas– puede ser, cuando menos, una mezcla de dulce inocencia e ignorancia culpable.
Que no haya error: no es benigna
Contactada por Aceprensa, la Dra. Hurd accedió a responder algunas interrogantes sobre el tema de las eventuales afectaciones que causa el consumo de la problemática yerba a la vida por nacer.
– ¿Cuáles pudieran ser las principales consecuencias del consumo durante el embarazo para el desarrollo y crecimiento del niño? ¿Cuán a menudo ha constatado Ud. los daños que provoca este tipo de adicción?
– Hay un número de investigaciones que confirman cómo se reduce el crecimiento fetal en los descendientes de aquellas que fuman cannabis durante el embarazo, incluso una vez descontado el consumo de otras sustancias, como el tabaco y el alcohol. Estudios longitudinales han reportado igualmente ciertas perturbaciones en el comportamiento de esos niños a medida que se hacen mayores. No he monitoreado a las mujeres en el hospital, por lo que no puedo dar los números exactos ni la frecuencia con la que se ve este fenómeno.
– ¿Cuál es la razón de que se haya incrementado el número de quienes han perdido el miedo a usar marihuana durante el embarazo?
– Ese aumento suele verse primeramente en las madres jóvenes, tal como ocurre entre quienes no están embarazadas y pertenecen al mismo grupo de edad. Los jóvenes han comenzado a creer que el daño que puede ocasionar la marihuana es mínimo. Las encuestas muestran que no la consideran un riesgo. A menudo comparan el consumo de marihuana con el de drogas como la heroína, que tiene una mortalidad claramente alta, y con otras cuestiones relacionadas con la salud y la vulnerabilidad a la adicción. Entonces, al hacer esa comparación, creen que está bien usar marihuana incluso durante el embarazo.
Las mujeres que consumen marihuana durante el período de lactancia, deben saber que los cannabinoides pasan a la leche materna y de ahí a los bebés
– ¿Considera Ud. que existe una desconexión entre ciertos políticos y los científicos sobre los peligros que representan este tipo de drogas?
– Pienso que hay una desconexión entre todos acerca de los peligros potenciales de esta droga, de modo especial para el desarrollo cerebral. Como se ha dicho, la cocaína y la heroína posibilitan un mayor riesgo de sobredosis y consecuencias negativas para la salud, pero de la exposición del cerebro en desarrollo a la marihuana se ha demostrado que tiene un largo impacto en ese órgano, además de en el comportamiento de las personas adultas. Aunque no tenga las mismas propiedades adictivas de la heroína, la marihuana no es benigna. Las embarazadas deben abstenerse de consumirla y así también después, cuando estén lactando, pues los cannabinoides pasan a la leche materna y de ahí a los bebés.
Las pruebas, a la mano
Muy en consonancia con lo que afirma la especialista van las advertencias de la Asociación Americana de Pediatría (AAP), que en marzo de 2013 señaló que el principal componente químico de la marihuana, el tetrahidrocannabinol (THC) cruza la placenta rápidamente y puede permanecer en el cuerpo de la madre por hasta 30 días después del consumo, con lo que aumenta los riesgos de exposición del feto.
De igual modo, los pediatras estadounidenses sostienen que la droga, a semejanza de otras, modifica los neurotransmisores y la bioquímica del cerebro, lo que puede derivar en una disminución de la síntesis de proteínas, ácido nucleico y grasas, todo esto, sin contar que la combustión durante su consumo produce cinco veces más monóxido de carbono que los cigarrillos normales, por lo que altera la oxigenación del feto.
Los niños cuyas madres consumieron cannabis durante la gestación muestran una tendencia a ir más rezagados en la resolución de problemas y mayor dificultad para memorizar y centrarse en una tarea
Por otra parte –y ya extra uterum–, algunas pesquisas han concluido que los niños cuyas madres han consumido marihuana antes del parto muestran una tendencia a ir más rezagados en la resolución de problemas en el aula y que tienen mayor dificultad para memorizar y centrarse en una tarea. Así lo explica la web del National Institute on Drug Abuse, de EE.UU., que, en justicia, precisa que habría que avanzar otras investigaciones en este sentido para comprobar si esto es consecuencia directa del influjo químico del THC en el feto, o derivación indirecta de los hábitos de la madre que, al consumir drogas, puede descuidar su propia alimentación durante el embarazo y afectar así al niño por nacer.
En otro estudio, realizado por un equipo angloamericano-neozelandés en 2012 y titulado Adictos al cannabis muestran un declive neuropsicológico desde la infancia a los primeros años de la adultez, quedó bien asentado sin embargo que el consumo de marihuana influye en la disminución del coeficiente de inteligencia. El experimento, desarrollado con más de 1.000 personas a quienes se observó desde su nacimiento hasta la edad de 38 años, comparó los coeficientes de todos a los 13 años y a los 38, y constató que aquellos que habían consumido la yerba estaban 8 puntos por debajo de quienes no la habían siquiera olido y que, a efecto de las mediciones, sí evidenciaron un progreso intelectual.
Las pruebas y argumentos sólidos están, pues, a la mano… aunque los apologetas del cannabis insistan en agarrarse del vacío.
www.parroquiasantamonica.com
Vida Cristiana
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